Es de justicia resaltar el papel que en cualquier manifestación deportiva, cultural y de otro contenido juega su director. En el ajedrez, y por lo que a los acontecimientos vividos en los últimos cincuenta años en la Comunidad Canaria se refiere, los hemos tenido con todo tipo de graduaciones, inclinándonos nosotros por dos nombres que han marcado una época, y que ahí permanecen como ejemplos para las futuras generaciones, a la postre, indiscutidas propietarias de todos los legados que se generan.

Es el caso de la fidelidad de Ildefonso Lasso Pérez, quien dirige el Torneo Internacional de Ajedrez El Corte Inglés desde su año fundacional en 1979.

Lasso comenzó a dirigir la organización del Torneo coincidiendo casi con la apertura de los grandes almacenes en Las Palmas de Gran Canaria, y felizmente para el deporte ciencia canario, sigue contando con la confianza de esta prestigiosa firma hasta el día de la fecha.

Lasso, como se le conoce en el mundo del ajedrez, ha contado igualmente con el respaldo de los miles de ajedrecistas que en representación de más de 85 países han competido en sus 32 ediciones, algunos muy ilustres, de primera talla mundial.

Educado, solícito, sencillo, trabajador infatigable, amante como pocos de las virtudes formativas y científicas que esta disciplina pensante ofrece a la sociedad, se acercó por primera vez a un tablero de ajedrez en la populosa Barriada de Schamann cuando apenas contaba 20 años, allá por 1967, creando un Club, que mantuvo antes de asumir responsabilidades en la directiva del Club de La Caja Insular de Ahorros de Canarias.

Todavía resuenan los ecos de la atronadora ovación con que los aficionados premiaron el cuarto título logrado por el bosnio Bojan Kurajica en el 32 torneo El Corte Inglés que finalizó el pasado día 8. Detrás de ese escenario, huyendo de los focos como es habitual en él, estaba Ildefonso Lasso, que ya prepara la siguiente cita de 2012, con su tradicional saludo, que si por fuerza del tiempo y la costumbre pierde solemnidad, seguro que gana en hondura cordial y amistad cierta.