Esta vez el Gran Canaria 2014 fue el lobo y no el cordero. Ganó, mordió y convenció frente a un Estudiantes sumiso, cual gacela de Thomson, a partir del acierto en su lanzamiento exterior, la intensidad prolífica de Javier Beirán y el desparpajo de Óscar Alvarado, recuperado para la causa claretiana.

El equipo amarillo invirtió los papeles de víctima y verdugo que en los últimos episodios había asumido en su contra. Los de Pedro Martínez mandaron sobre el Estudiantes de principio a fin y en su lucha por la supervivencia se cobró un triunfo balsámico (73-65) con la que recupera parte de su identidad. Fue una jornada para la consagración de dos nombres propios. Primero, el de Javier Beirán en su centenario ACB, ante el equipo que le hizo debutar pero que no acabó de apostar por su valía y, además, en un duelo cuerpo a cuerpo con todo un símbolo colegial como es Carlos Jiménez. Mientras, Óscar Alvarado demostró ser el base que andaba buscando el Granca para completar a Bellas. En su regreso triunfal, más maduro si cabe aunque igual de valiente tras un nuevo paso por la fructífera experiencia del UB La Palma, mandó en los minutos más importantes del envite; el segundo y el último cuarto.

La cuestión anímica

La consigna era clara; empezar pegando primero. Atacar con velocidad y sin mirar atrás, nunca en estático. Puntos y oxigeno para contraponer su estado de ánimo al pasado más reciente, el de un equipo sin confianza que en el primer cuarto se había acostumbrado a respirar con dificultad, con diez puntos menos y con el partido casi perdido. Pasó ante el Lagun Aro y frente al Valencia y, ante esto, sumido en un mar de dudas, el conjunto amarillo se ahogó en sus propias penas. Ayer no. Marquez Haynes inauguró el electrónico, seguido por Rey y Palacios, antes de que el escolta tejano del Granca volviera a acertar desde la línea de tres y desde la de personales. Canastas como constantes vitales. Pero, como el que tiene una manta demasiado corta, la defensa amarilla se destapó permisiva y, con esto, los colegiales lograron mantener el pulso en el electrónico, gracias, sobre todo, al juego interior de Germán Gabriel. Palacios y Bellas se animaron de tres pero Flores y Gabriel, el mejor estudiantil, igualaron el marcador al final de los primeros 10 minutos. Hasta aquí llegó el equipo de Pepu Hernández.

Entonces apareció el factor Beirán, hoy en día el elemento diferencial del Granca, para anotar dos triples en apenas medio minuto, cambiar el paso e imponer una marcha alegre en el camino hacia el triunfo. Alvarado apareció en escena y continuó la labor que inicio Bellas en el movimiento fluido en ataque. Estudiantes perdió el control, Bramos y Alvarado, sumaron nuevos triples, todos desde el mismo punto, a escasos metros de Pedro Martínez.

El Granca acompañó, esta vez sí su acierto anotador con buenas defensas y la diferencia se plasmó en el marcador, 43-28 al descanso, con el ánimo colegial, sin recursos, ahora por los suelos. Haynes recuperó el ritmo anotador en el tercer cuarto protagonizando en solitario una racha amarilla de nueve puntos. El ataque estudiantil decidió darle todos los balones a Germán Gabriel. El júnior de oro que vistió la elástica titular sobre Pau Gasol tiró de centímetros y kilos para anotar bajo el aro y forzar faltas. La cuarta de Palacios llegó poco antes del final de un cuarto donde el Granca sumó un punto a la renta anterior, 60-44. Los últimos diez minutos vieron una tímida reacción colegial que recortó la diferencia hasta los diez puntos con dos triples seguidos a los que contestó Beirán con la misma medicina. Pepe Hernández y Pedro Martínez se imitaron y se apostaron el resto con el mismo esquema. La defensa zonal y el alero alto jugando como ala-pívot, convirtieron el envite en un duelo a triples en el que salió ganador Javier Beirán sobre Carlos Jiménez. Mientras, Alvarado controlaba como el más veterano de los bases, tanto el ataque como el segundero. Eligió siempre la mejor opción y, con la ayuda de Bellas, durmió el encuentro que murió entre el aplauso unánime del respetable grancanario.