Odisea como ejemplo de pasión ante la crisis. Doce reinas con un corazón gigante. 4.200 kilómetros, quince horas de viaje y una recompensa con aroma a liderato. A falta de recursos económicos, así se forja un ejemplo de coraje. De Gran Canaria a Navarra. Ida y vuelta. Doce jugadoras del Rocasa ACE Gran Canaria -primer clasificado de la División de Honor-, acompañados por su entrenador Paco Santana y el jefe de la expedición Yubal Moreno, regresaron ayer de su visita al actual campeónel SD Itxako de Estella con victoria. Las gladiadoras del barrio de Las Remudas tuvieron que alojarse en un camping en Iratxe (Navarra), cenar en un Burger King y pernoctar, tras el partido, en la terminal del aeropuerto de Barajas debido a la delicada situación por la que atraviesa el club isleño de balonmano.

Las jugadoras María Luján, Haridian Rodríguez, Gladys Dévora, Alba Albadalejo, Jezabel López, Davinia López, Tiddara Trojaola, Melania Falcón, Susi Sánchez, Adriana González,María González y Tamara López estaban citadas, el pasado viernes, a las 13.15 horas en el aeropuerto de Gran Canaria. Esperaba la disputa de la novena jornada del máximo campeonato nacional y el sueño de mantener el liderato ha fortalecido el alma de un escudo especializado en cantera [por la factoría verde pasó la medalla de bronce en los pasados Juegos de Londres Marta Mangué].

Tras Alicante, Valencia, Castelldefels (Barcelona) y Barakaldo, el calendario dictó sentencia y las isleñas afrontaban el último desplazamiento de 2012 -habrá un parón desde el 19 de noviembre al 8 de enero en la competición nacional por la celebración del Europeo de Serbia-. El vuelo de la compañía Iberia IB-3927 conformaba la primera estación para las doce jugadoras, donde sobresale la veterana y alma del cuadro Davinia López.

El equipo isleño aterrizó en la capital de España a las 18.30 -horario peninsular- y fue entonces cuando se inició la cruzada. El Rocasa ha optado en este curso liguero desplazarse en coches de alquiler y prescindir de la guagua. Con tres turismos, la expedición partió de Madrid con rumbo a Estella (Navarra), donde esperaba el SD Itxako, actual campeón de la División de Honor y subcampéon de la Liga de Campeones pero que afronta un momento caótico al no poder cumplir con la deuda de 1,6 millones que mantiene con sus jugadoras.

El equipo grancanario, tras detenerse para cenar un bocadillo y un refresco en el hostal Los Nogales en La Rioja, llegó a la medianoche del pasado viernes al camping de Iratxe -a tres kilómetros de Estella-. Cinco horas al volante. Yubal Moreno, Paco Santana y Davinia López ejercieron de pilotos para un grupo con la moral por las nubes, a pesar del último tropiezo en la visita al Barakaldo -que se saldó con un polémico empate-.

Avalado por un bloque de acero y una apuesta descarada por la cantera, el Rocasa ha dado la campanada con una propuesta ultraofensiva. Paco Santana, hombre de la casa, es el responsable del milagro táctico. "Prima el compromiso y ante todo valores como la solidaridad. Estás jugadoras están curtidas y saben lo que quieren. Ha llegado su hora", detalla el técnico, que también dirige al Cadete de la cadena teldense.

Apasionado del tenis, Santana devora revistas de running como Live Sport mientras agota los últimos cartuchos de un viernes 9 de noviembre subrayado en rojo. El estratega no se fía del desplome del Itxako y receta a los cuatro vientos "respeto", desde la vivienda número 18 del camping. El cuadro navarro, que no pudo completar la pretemporada ante el reclamo de 594.000 euros de las jugadoras de la pasada temporada, está en llamas. Es el denominador común de una competición marcada por el éxodo de estrellas por los impagos.

Diana y cruasán

En la jornada del pasado sábado, las jugadoras se despiertan a las 8.45 horas y pasan al comedor del complejo lúdico-deportivo.El camping Iratxe respira paz celestial con un monasterio just a solo cien metros. Dentro del itinerario del Camino de Santiago, el Rocasa ha tenido que desechar un hotel de tres estrellar por cuestión de precio. Se escapa del presupuesto, el camping es el reclamo exigido por un club en situación de alerta [la entidad confía en recibir en las próximas horas los 25.600 euros de la cantidad nominada de la pasada temporada de la Dirección General de Deportes del Gobierno de Canarias].

Y del desayuno, con café, leche, zumo de naranja y un cruasán, a un ligero descanso para iniciar el trabajo físico con una sesión de carrera continua. El campo de fútbol del camping vale como pista de bólidos donde María Luján y Gladys Dévora -uno de los grandes valores de futuro del club y que se unirá a la próxima convocatoria de la selección nacional júnior- emulan a Bolt para sentar cátedra.

Yubal Moreno y Paco Santana también forman parte del pelotón que suda por un espacio próximo a la media hora. "Estiren, niñas", espeta Santana que comienza a vacunar a fusilar su desconfianza. El Diario de Navarra hace referencia del estado catatónico de un rival de nombre ilustre. Paseo por Estella, compra de lotería y almuerzo.

Ensalada, pasta, tomate y pechuga con papas fritas. Almuerzo con impronta infinita. Las jugadoras asumen el aire marcial de un protocolo repetido hasta la extenuación. Por un momento se olvidan las fatalidades del viaje y Davinia López reitera el registro salvador de la victoria. "Ganar te da confianza pero nuestro primer puesto no es real. Pronto llegará la hora de la verdad -en relación a los partidos del mes de enero y febrero-", argumenta la bandera del Rocasa.

Portar el maillot de líder, en el momento más dulce en sus 24 años en la máxima competición nacional, provoca el respeto de rivales como el Itxako. El Pabellón de Estella asume con dignidad la derrota frente a un Rocasa superior con Haridian, Davinia y Alba como jugadoras franquicia. Ante la indignación local con el criterio arbitral, el Rocasa suma por 33-36 su octava victoria y sigue gobernando la categoría. Dictadura verde.

Tras el combate, las jugadoras vuelven a los vehículos. Coches y escenarios para la conversación e incluso la meditación. Suena Bisbal y Edwin Rivera. Aparece la figura de Glen Medeiros. Llueve en Soria y espera Madrid para completar los 800 kilómetros. Casi diez horas en la carretera. Un infierno.

A las tres de la mañana, no hay margen para la euforia. Restan cinco horas para la salida del IB-2468. Otro vuelo exprés. Y en el silencio de la terminal, en esa jungla amarilla de hierro, la portera Susi -de 20 años y natural de Elche- recuerda que el Elda le debe diez meses. "El club [Rocasa] es ahora mi familia", repite a las siete de la mañana. Luján, que destila veneno en la pista, compra el AS para rendirse a los encantos futbolísticos de CR-7. Y Jezabel se refugia en la literatura. Tiddara apunta al aeropuerto diabólico. "No somos masoquistas; esta espera es lo peor". Melania es la alegría del vestuario. La familia de gladiadoras toma su segundo avión en dos días y pone rumbo a la tierra prometida. Fin a la pesadilla. Adiós al penúltimo drama.