¿Cuál fue su primer pensamiento al aterrizar ayer en Gran Canaria y pisar suelo canario?

Reconozco que lo primero que me vino a la cabeza es un deseo enorme de volver a ser futbolista para poder jugar este playoff. He venido porque quería vivir este partido en la Isla y compartirlo con mi hijo. Yo tuve la suerte de vivir un ascenso y quiero que mi hijo conozca ese ambiente y viva éste.

¿Siente que de alguna manera regresa a un segundo hogar?

Sí, claro. Para mí y para mi familia Gran Canaria significa una parte importante de mi vida. Los canarios siempre me han tratado de una manera fantástica y me gustaría agradecer a todos pero de manera especial a Antonio de Armas.

¿Cree que 11 años es mucho tiempo sin fútbol de Primera?

Demasiado. Ha pasado mucho. A mí me gustaría que mi hijo dijera dentro de muchos años, cuando el equipo esté afianzado en Primera, que él estuvo presente en el último ascenso.

Usted vivió aquella promoción de 1998 contra el Oviedo. ¿Encuentra algún paralelismo?

No mucho. Entonces perdimos 3-0 en Oviedo y sabíamos que remontar era difícil aunque después quedamos 3-1 en el Insular y estuvimos a punto. Ahora estamos ante una gran oportunidad. Las Palmas no es inferior al Almería.

Usted, como jugador, sólo tuvo una idea en la cabeza y un único objetivo: el ascenso a Primera.

Es verdad. Yo venía de jugar en la Premier y sólo quería jugar en grandes ligas, pero me convencieron para venir y ésa fue mi obsesión. Las Palmas es un equipo que debe y tiene que jugar ya en Primera. La afición necesita ver a su equipo jugar contra el Barcelona, el Madrid y el Atlético de Madrid porque para mí ésta es la mejor afición del fútbol español y con diferencia.

Y usted ha sido siempre uno de los preferidos de esta afición.

Bueno, yo lo agradezco y sinceramente no sé qué es lo que vieron en mí para darme tanto cariño. Yo todavía sueño con aquella expulsión a los 14 minutos de mi primer partido. Me cayeron cuatro de sanción y cuando volví, me expulsaron otra vez. Yo, después de esto, quería irme porque pensaba que la gente me odiaba. Pero todos, desde los directivos hasta los aficionados, me apoyaron y me dieron su afecto. Jamás lo olvidaré. Fue uno de los momentos más duros de mi carrera y siempre estaré en deuda.

¿Quizás era por su entrega incondicional y el sentimiento que transmitía en cada partido?

Realmente no tengo una explicación. Yo siempre he entendido el fútbol desde el sacrificio y la responsabilidad. Al entrar en el campo un jugador se debe transformar y tiene que hacer todo lo posible para contentar a su afición y que su equipo gane. Es un deber hacia la grada, que paga para eso.

¿Recuerda también aquellas lágrimas en el descenso de Anoeta?

Sí, claro, como si fuera ayer. Ese año descendimos y decepcionamos a mucha gente. No hicimos el trabajo, fallamos y me sentí muy mal; todavía lo lamento. En Navidades estábamos en la zona media de la tabla y el final de la temporada fue terrible. Nunca olvidaré la derrota contra el Tenerife en la penúltima jornada. Con ese partido nos hubiéramos salvado. Después fuimos a San Sebastián y no dependíamos de nosotros. Lo recuerdo y todavía me duele.

¿Sería ahora el ascenso de la UD un alivio para usted?

Sí, por supuesto. Completamente. Sería algo fantástico para mí. Sería como pasar página.

Su paso por la UD dejó huella. Muchos dicen que desde su salida ningún centrocampista ha podido llenar el vacío que usted dejó.

Yo no lo sé. Estoy seguro de que Las Palmas ha tenido jugadores muy buenos en estos años. Además, en aquel equipo había personalidades muy fuertes. No estaba solo. Era un gran equipo con hombres de una determinación increíble y muy difíciles de batir.

¿Cuál es su mejor recuerdo con la camiseta amarilla?

A mí me gustaba mucho jugar contra el Tenerife. Los derbis tienen algo especial y a mí eso me entusiasmaba, pero sin duda me quedo con el triunfo en el Insular (4-1) contra el Elche del ascenso del año 2000. Ganamos y lo celebramos con toda la ciudad entregada. Fue increíble. Un ascenso es de las emociones más fuertes y bonitas que puede sentir un jugador.

¿Y su peor momento?

Bueno, la verdad es que tengo unos cuantos (risas). Por supuesto está mi debut con aquella expulsión, pero si tuviera que elegir uno, sería sin duda aquel descenso contra la Real Sociedad.

No sé si recomendarle una visita ahora al Estadio Insular ya que está en el proceso de demolición.

Sería triste. Ese estadio para mí era una maravilla. Yo siempre preferiré ese tipo de campos. Sé que el nuevo es muy bueno, pero el ambiente del Insular era increíble. Si el partido de ayer se hubiera jugado en el viejo Insular, el Almería tendría muchos problemas. En el Insular la afición realmente jugaba el partido como un jugador más.

¿Qué le parece esta UD?

Me gusta mucho. He visto cosas fantásticas. Tiene jugadores jóvenes de mucho talento y un juego explosivo. Además, están los canteranos de la UD, ya que este equipo siempre ha dado grandes valores. Me acuerdo de Juan Carlos Valerón, de Manuel Pablo, Jorge o Guayre. Sé que el último en salir es Jonathan Viera y siempre hay más y más jugadores por venir.

¿Le gusta el proyecto de cantera actual de la Unión Deportiva?

Me parece un gran acierto y es por ahí por donde se mueve el fútbol ahora. La cantera trae éxitos.

¿Con qué jugador canario se quedaría si tuviera que elegir?

Hay muchos y todos de gran nivel, como Silva o Pedrito, pero con respeto para el resto yo me quedo con Juan Carlos Valerón. Pienso que si no hubiera tenido alguna que otra lesión hubiera podido jugar mucho más tiempo con la selección española. Técnicamente es una maravilla y es único en la manera en entender el juego.

¿Subiremos?

Yo creo que sí. Soy tremendamente positivo. Estoy seguro. Necesitaremos algo de suerte y que confíen en sus habilidades. El final de la temporada ya está olvidado. Yo les diría a los jugadores que intenten disfrutar. Estamos en un nuevo día, en un nuevo amanecer del equipo y hay que quitarse presión y disfrutar en el campo. Hay que jugar con cabeza, pero también con confianza. Si juegan como ellos saben, subimos seguro.

"