En 2004, después de que la selección de Estados Unidos se tuviera que conformar con la medalla de bronce como premio menor en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, la USA Basketball -federación estadounidense de baloncesto-, eligió a Mike Krzyzewski para enderezar el rumbo de un equipo plagado de estrellas de la NBA pero que había encadenado varios fracasos -en el Mundobasket de 2002, disputado en Indianápolis ni siquiera subió al podio-.

Avalado por su trabajo al frente del programa de baloncesto de la Universidad de Duke, con la que ha ganado cuatro títulos de campeón de la NCAA, Krzyzewski aceptó el reto de reconducir la trayectoria del Dream Team con una sola condición: el compromiso, para trabajar a largo plazo y durante varios veranos, de las estrellas de la NBA. Así, su primer reto fue recuperar el oro olímpico en Pekín 2008 con un paso previo por el Mundobasket de Japón 2006.

En el torneo disputado en tierras niponas, Estados Unidos regresó al podio, aunque para ocupar la tercer plaza -la selección de España fue la campeona y Grecia subió al segundo peldaño del cajón-. Pero a pesar de no alcanzar el triunfo, Krzyzewski obtuvo algo mayor para el futuro: jugadores jóvenes como LeBron James, Carmelo Anthony o Dwayne Wade aceptaron el modelo de trabajo del técnico y se comprometieron para las siguientes citas.

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