En 2011, tras una última etapa en el banquillo del Leche Río Breogán, Sergio Valdeolmillos se lanzó a la aventura: aceptó el reto de entrenar a la selección de baloncesto de México en los Juegos Panamericanos que se celebraban en Guadalajara. El desafío se saldó con un éxito -la medalla de plata que se colgó el equipo azteca- y un señor disgusto -no cobró por el trabajo realizado-.

Valdeolmillos, un técnico con una hoja de servicios notable en el baloncesto español -dirigió a Ciudad de Huelva y CB Granada en la Liga ACB-, se convirtió en 2011 un damnificado más dentro del caos que administró el deporte de la canasta en el país norteamericano durante las dos últimas décadas, desorden que provocó la expulsión de la Federación Mexicana de Baloncesto (FMB) de la FIBA.

Lo que parecía el descalabro definitivo del basket mexicano se convirtió en el punto de partida de una de sus etapas más brillantes. Y con Sergio Valdeolmillos al frente. "Después de ganar la medalla de plata en los Panamericanos", relata el entrenador andaluz, "me volvieron a llamar. Mi primera intención, después de los problemas que viví durante la primera experiencia allí, era rechazar cualquier tipo de propuesta. Pero cuando lo analicé todo, cuando vi que esta vez todo estaba bajo control del Comité Olímpico Mexicano [COM] y de la Comisión Nacional de Deporte [Conade], la cosa cambió. Me ofrecieron garantías, un contrato FIBA y acepté porque el reto era bonito".

Boom del baloncesto

En un país de marcado carácter futbolero, la selección de baloncesto se ha colado en los medios de comunicación a base de victorias: ganó el Premundial de Caracas -tras recibir una invitación por la expulsión de Panamá-, se impuso en el Torneo FIBA Américas del año pasado y hace unas semanas se hizo con el triunfo en el Centrobasket.

"Cuando llegué al país", revela Valdeolmillos, "ya me apuntaron que en México había más canchas de baloncesto que de fútbol. Por los problemas de su federación no se han logrado buenos resultados, pero es un deporte que gusta mucho, que tiene muchos seguidores y que ahora empieza a resurgir".

El técnico granadino no duda en reclamar su cuota de responsabilidad en los éxitos de México. "Puede sonar pretencioso", advierte, "pero todo el trabajo para dar forma a este equipo lo he realizado yo. Cuando asumí el cargo no había información sobre qué jugadores podían jugar con México al contar la liga nacional con muchos nacionalizados. Tampoco estaba muy claro qué jugadores norteamericanos, de padres mexicanos, podían ser seleccionados. Y todo eso lo he hecho yo, con mis ayudantes y con información de periodistas".

Un triunfo, hoy, ante Corea del Sur llevaría a México a los octavos de final, donde se cruzaría con Estados Unidos. "Es lo mejor que le puede pasar al baloncesto mexicano", asegura Valdeolmillos. "Mucha gente descubrirá el baloncesto en ese partido", subraya un entrenador que afirma "estar encantado en el país". "La gente es muy cálida, me han tratado de maravilla y, en el día a día, no es como lo pintan aquí, no es tan inseguro".