Goleador de Las Palmas Atlético y entrenador del juvenil del Cardones. Es Adrián Hernández, uno de los muchos jugadores del filial que están tocando a las puertas del primer equipo de la Unión Deportiva. El delantero, que suma seis dianas en diez partidos esta temporada, completó hace dos semanas dos entrenamientos a las órdenes de Paco Herrera. Entre él y Manu Dimas, que lleva ocho tantos, suman 14 goles de los 18 que ha logrado en este inicio de curso el conjunto de Josico, que encara este domingo su cita más mediática de la temporada ante el Castilla que entrena Zidane (11.00 horas en el Anexo).

En ese papel, aunque de una forma mucho más humilde, también sabe lo que es estar Adrián. El aruquense, que está estudiando para sacar el nivel dos de entrenador, dirige al juvenil del Cardones después de dos años con el benjamín y uno con la escuela. "Ser entrenador me permite entender las situaciones de todos los protagonistas en un equipo. Como técnico lo paso mal tomando decisiones a la hora de hacer la alineación y dejar a gente fuera", admite.

Adrián, que defiende el estilo de fútbol de ataque aunque "lo primordial es adaptarte a tus jugadores", recuerda la experiencia que más le ha tocado el corazón: "El año pasado un niño me dedicó un gol, incluso vino al banquillo a abrazarme -imagen que acompaña este artículo-. Cuando veo la foto se me parte el alma", explica.

El amor por el fútbol en todos los sentidos le viene de familia, pues su hermano mayor también formó parte de la cadena de la UD y su padre -que llevaba a ambos al Estadio Insular- fue entrenador en las categorías de base del Santidad Banot.

La confianza del 'killer'

Tras pasar por el Cardones, el Santidad Banot y el Universidad de Las Palmas llegó a la UD en edad cadete. Y es ahora cuando más cerca se encuentra de cumplir su sueño: llegar al primer equipo. Hace dos semanas fue reclamado por Paco Herrera para realizar dos entrenamientos: "Me dijo que me quería ver, que estuviera allí con ellos y que si en algún momento me ve bien que esté preparado", asegura.

Pero en el 2012 ya completó la pretemporada con el primer equipo, después de un año en el filial en el que había anotado ocho goles. Pero de vuelta al equipo de Tercera vivió el primer revés. Christian Herrera estaba en plenitud y quedó relegado, por lo que en enero se marchó cedido al Estrella. "Algunos con esas cesiones dan un paso atrás y se estancan, pero a mí me ocurrió todo lo contrario. Tengo un gran recuerdo, metí 15 goles en 15 partidos", señala.

Esas cifras le valieron para ganarse un hueco en la plantilla de la temporada pasada, la del regreso a Segunda B. Sin embargo, pese a la salida de Christian Herrera, otro delantero -Héctor Figueroa- lo metía todo y le tocaba un rol secundario. La cosa cambió en la segunda vuelta y, sobre todo, en este inicio de curso.

Pese a la aparición de Manu Dimas, con el que se complementa a la perfección, Josico le ha encontrado un sitio en banda para que jueguen los dos juntos: "Me he adaptado rápido y me está gustando porque participo más y puedo tirar desmarques que es lo que más me gusta", explica.

Al final su insistencia le ha valido para tener continuidad en el filial y firmar en diez partidos seis goles, dos más que en toda la temporada pasada: "Si algo me define es que nunca bajo los brazos, siempre lucho hasta el final", indica. "He cambiado en cuanto a mentalidad y moral. La confianza que me transmite el entrenador es lo que realmente me está motivando", concreta.

Con su aportación goleadora y su permanente lucha es uno de los líderes de un filial que quiere volver a hacer historia.