¿En qué medida le ha servido su experiencia como jugador del Granca y su implicación como líder del vestuario amarillo, en su nueva faceta como entrenador?

Ha sido muy importante. Muchos de los chicos que teníamos en Maine no eran jugadores de la NBA y querían dirigir sus carreras hacia el baloncesto europeo. Con la experiencia que acumulé durante los 10 años que estuve en la ACB me encontré en una buena situación para enseñar a estos jóvenes jugadores qué es lo que deben hacer y trabajar si quieren ganarse una oportunidad en Europa. La del año pasado fue una temporada maravillosa y muy interesante para mí porque todos tenían muchas preguntas y todos querían jugar en la ACB. Ellos saben que es la mejor liga que hay en Europa.

Udoka en San Antonio, Larrañaga en los Celtics y Scheyer en Duke, entre otros ex del Granca; ¿qué tiene este equipo?

Bueno, yo tuve la oportunidad de hablar con Ime cuando nos enfrentamos a los Spurs y también fui a cenar con Jay cuando lo hicimos contra los Celtics. La verdad es que es maravilloso tener una relación de amistad con exjugadores del Gran Canaria y que ahora tienen carreras de tanto éxito al nivel de la NBA. Yo estoy convencido de que hay una razón para que Gran Canaria haya producido tantos buenos entrenadores en los últimos años. Todo el tiempo que yo estuve en el equipo siempre tuvimos buenos jugadores y que también eran grandísimas personas. A la mayoría de ellos les preocupaba más el equipo que el beneficio individual. Nuestro éxito como grupo era importante para nosotros y nuestro director deportivo -Berdi Pérez- siempre encontraba buenos jugadores que encajaran en estos principios. Por eso creo que tuvimos tan buenos jugadores que ahora se han convertido en buenos entrenadores en la NBA.

¿Hay algo en su nueva faceta como entrenador de los técnicos que tuvo en la Isla?

He aprendido mucho sobre los distintos entrenadores que tuve. Siempre pensé en aprender e intentar quedarme con muchas cosas de ellos que después me pudieran servir. Tuve la oportunidad de aprender de técnicos de mucho éxito en la ACB. El estilo que se practica en la NBA es diferente a los conceptos FIBA, pero también hay muchos puntos comunes. Yo jugué para tres entrenadores diferentes en el Gran Canaria y todos ellos influyeron mucho en mí.

¿Por ejemplo?

Pues, Manolo Hussein tuvo mucha paciencia conmigo cuando yo era un jugador joven que intentaba aprender a ser un buen profesional La paciencia es muy importante en un técnico. Sin esto, un entrenador se volvería loco en el trabajo diario con sus jugadores. Después, jugar para Salva Maldonado fue una grandísima experiencia. Siempre trató a todos sus jugadores por igual y siempre con respeto. Siempre supo como sacar el máximo rendimiento de sus jugadores cuando éstos no se encontraban en su mejor momento. Es algo que valoro especialmente. No puedes acertar cada tiro que realices y sabes que habrá noches en que no te salen las cosas. Por eso, Salva siempre me hizo sentir que había muchas otras cosas que podía hacer para ayudar a mis compañeros en la victoria. Tanto Salva como el señor Samaniego fueron grandes profesores para mí, tanto dentro como fuera de la cancha, y esto es otra algo por los que siempre sentí respeto hacia ellos. Además, cuando el partido terminaba, ya fuera con victoria o derrota, siempre te trataban como una persona no como un jugador. Eso fue importante para mí. Por último, Pedro Martínez fue otro técnico que influyó en mi carrera. Siempre exigía lo mejor de ti, ya fuera en el partido o en los entrenamientos. Siempre estuvo preparado para los partidos. Sabía lo que teníamos que hacer para ganar y se aseguraba de que lo hiciéramos. Esto es algo por lo que siento respeto hacia él. Estar perfectamente preparados tiene un valor tremendo a este nivel. Yo veo eso cada día con todo el trabajo que realizamos para que nuestros jugadores tengan éxito. Pedro, Himar Ojeda y Carlos Frade trabajaron muy duro para asegurarse que estuviéramos siempre preparados para ganar.

¿Qué tipo de entrenador o qué estilo de juego le gustaría tener cuando llegue el momento?

Todavía no sé qué tipo de entrenador seré en el futuro. Durante mi carrera me definí por los conceptos defensivos. La intensidad defensiva siempre estuvo en mi mentalidad y fue una de mis prioridades sobre el parqué. Eso evidentemente no cambiará cuando me convierta en entrenador. Siempre será una prioridad que mis jugadores jueguen duro en defensa y compitan sin importar las excusas. Después, el estilo NBA está más basado en el uno contra uno. La ACB siempre tuvo más que ver con los sistemas y los conceptos de equipo. A mí siempre me gustó más el estilo ACB que el del uno contra uno. A lo mejor, encontrar un equilibrio entre ambos podría ser un buen principio para enfocar mi carrera en el futuro.

¿Barajaría la opción de dirigir algún equipo europeo? ¿Se imagina hacerlo en el Granca?

Entrenar en Europa, si surge la posibilidad, sería algo de un enorme valor para mí. Mi objetivo actual está centrado en convertirme algún día en entrenador de la NBA. Sé que el camino es largo y que queda mucho para eso, pero quiero seguir formándome en los distintos estilos del baloncesto y aprender de ligas diferentes. Gran Canaria siempre será un lugar especial en mi corazón y si algún día tengo la enorme fortuna de entrenar a mi antiguo equipo será algo de gran significado para mí. Yo amo la Isla y especialmente a la afición del Granca. Poder volver algún día a casa y como un entrenador ganador para el Granca me haría muy feliz; sería un momento especial en mi vida. Pero, por ahora, me centro en seguir aprendiendo y tener la esperanza de que los Portland Trail Blazer puedan gana un anillo de la NBA esta temporada.