El Barcelona, sin el jugador grancanario Dani Sarmiento, que aún se recupera de su lesión en la mano, se impuso al Fraikin Granollers en la final de la Copa del Rey, disputada en Gijón, por tan sólo un gol de diferencia, 27-26, porque los vallesanos jugaron un gran partido y obligaron a los campeones de Europa a emplearse a fondo hasta el último segundo. Los porteros de los dos equipos Gonzalo Pérez de Vargas y Dimitrije Pejanovic ofrecieron un recital impidiendo que los guarismos en el marcador fueran más elevados.

El Granollers comenzó mandando 1-3, a raíz de que Pejanovic sacó tres claros balones, uno de ellos en el lanzamiento de un penalti, a Sigurdsson, a quien acabó desesperando. En la otra portería, Pérez de Vargas no se quedó atrás, pues realizó intervenciones de mucho mérito hasta que poco a poco los azulgranas fueron imponiendo su vertiginoso ritmo de juego y se marcharon en el marcador con cuatro goles de ventaja, 10-6.

Pero el conjunto vallesano no se vino abajo y con un parcial de 1-5 lograba el empate a once, lo que provocó tiempo muerto por parte de Xavi Pascual para provocar la reacción de su equipo que llegó a medias porque llegó al descanso con tan sólo un gol de ventaja, 15-14. Si Pejanovic firmó una gran primera parte, el inicio de la segunda fue inconmensurable, pues detuvo todos los disparos del Granollers, lo que aprovechó su equipo para endosar al Barcelona un parcial de 4-0 que le daba tres goles de ventaja, 15-18 (m. 36) y nuevo tiempo muerto de Pascual.

El Barça no marcó su primer gol hasta casi los ocho minutos en un lanzamiento de Karabatic, que inició la remontada de su equipo y el empate a 18 puntos, dos minutos después y se puso por delante con un gran gol de Noddesbo. Pero el Granollers no quiso que se repitiera el resultado de la pasada edición en Pamplona y luchó hasta el final.