Plata en un baño de gloria en Newport. ¿Cómo analiza la conquista del segundo puesto en el Mundial de la clase 420 junto a Pablo García en Estados Unidos?
Pues que al final lo único importante es trabajar duro y no rendirse jamás. Simplemente eso.
¿A qué factores achaca su éxito y el de las hermanas Pilar y María Caba, por ejemplo, que dispara la leyenda y el palmarés del Real Club Náutico de Gran Canaria y del combinado nacional?
Sobre todo a las muchas horas de dedicación tanto en el agua como en tierra, en relación a la preparación física y puesta a punto del barco. Este premio forma parte de un importante sistema de trabajo y tiene muchos padres. Estamos orgullosos tras nuestra participación.
¿Qué le aporta competir y navegar con Pablo García? ¿Hasta qué punto es importante mantener una compenetración perfecta durante la competición?
Realmente todo. No es fácil pasar tanto tiempo junto con una persona en tantas situaciones y escenarios de estrés. Pero con Pablo todo parece fácil. Tanto en el agua como cuando trabajamos en el barco, cada uno tiene sus roles claros. Bien definidos. Todas las decisiones se hablan entre los dos y no hay ninguno que destaque más que el otro. Después a la hora de convivir es como si fuese mi mejor amigo, desconectamos de la vela y simplemente nos lo pasamos bien.
¿Quién es su regatista favorito, a quién considera como un competidor ejemplar?
Desde pequeño siempre he admirado mucho a Tara Pacheco [regatista olímpica de Arguineguín, campeona del mundo de 470 y que compite en la actualidad en la clase Nacra 17 con Fernando Echávarri y pertenece al Club Suroeste Mogán]. Ya que ha salido como yo del Club Regatas Suroeste Mogán, pues refuerza esa admiración. Otra persona que destaca por sus resultados deportivos y como persona es Luis Doreste.
¿Se traza como meta competir en los próximos Juegos Olímpicos de Tokio de 2020, que arrancan el 24 de julio?
Una campaña olímpica son palabras mayores. Tanto en la dedicación como en los costes. Además para Tokyo 2020 ya vamos tarde. Si en algún caso se podría hablar de 2024 o 2028 como reto olímpico.
Detalle su próxima hoja de ruta competitiva, ¿qué pruebas maneja en su calendario?
La idea es esperar un poco a los cambios que vienen en las clases olímpicas y empezar algún proyecto el año que viene. Por el momento seguiré en la clase 420 pero a partir de ahora como entrenador y también navegando la próxima temporada en crucero.
Pilar Caba, oro en el pasado Mundial en 420, desvelaba en este medio las miserias y penurias para competir. Deben abonarse los 4.000 euros que cuesta poner disputar la cita mundialista. ¿A usted competir le cuesta dinero o dispone de ayudas a través de subvenciones o patrocinios?
Contamos con ayudas pero son mínimas. Al final cuando haces las cuentas siempre te acaba costando dinero. Es un deporte realmente caro y sólo recibimos apoyo económico de nuestro club [Real Club Náutico de Gran Canaria].
Detalle su mejor fotograma en el mundo de la vela.
Siempre hay muchos más momentos malos que buenos. Por eso intento quedarme con todos los buenos, pero este último ha sido realmente espectacular.
¿A quién le dedica este último éxito en Estados Unidos?
En primer lugar a mis padres por estar siempre detrás de mí sin dudarlo. A todos mis entrenadores: David López, Mariano Laforet, Pacuco Díaz, Aaron Sarmiento, Iván Morales, Bimbo, Gustavo del Castillo y todos los que han aportado algún granito de arena. A mis compañeros de equipo y a todas las personas que me han apoyado.
