El Comité de Competición y Disciplina Deportiva de la Federación Interinsular de Fútbol de Las Palmas ha decidido dar traslado a la Fiscalía del expediente en relación con los incidentes del partido entre el Chilegua y el Jandía, en el sur de Fuerteventura. Además, se ha impuesto una multa de 600 euros al Jandía por los incidentes de público. Así lo explica la Federación en un comunicado. Cabe recordar que en ese partido un aficionado amenazó a una colegiada de 16 años gritándole: "Como te pille fuera, te violo".

En la resolución se estiman parcialmente las alegaciones formuladas por el UD Jandía, al tiempo que se da traslado de la resolución y el expediente a la Fiscalía "por si los hechos protagonizados por José Domingo Arocha Ferrer" fueran constitutivos de delito y perseguibles por el Ministerio Fiscal".

Además, Competición declara responsable de los incidentes de público "de naturaleza muy grave" al Jandía, como equipo visitante, imponiéndosele una multa de 600 euros.

Se tiene en cuenta no obstante como atenuante la colaboración prestada por el UD Jandía, "por cuanto identificó al autor de los insultos y amenazas sexistas/machistas dirigidos a la jueza asistente, facilitando su nombre y apellidos y reconociendo que dicha persona había sido jugador de dicho club antes de que fuera expulsado de su disciplina".

Los hechos se produjeron el pasado 6 de diciembre en el campo municipal de La Pared en partido de Liga Primera Regional de Fuerteventura. En el apartado de observaciones del acta, el árbitro consignó que "tras finalizar el partido mi asistenta me comunica que en el último minuto de dicho encuentro durante un saque de banda hay una revuelta de varios jugadores y un aficionado del Jandía bajó al filo de la grada diciéndole: '¡Ay esos tobillos!, como te pille fuera de violo, te voy a partir la cara', con signos de violencia mordiéndose la lengua y hacer el movimiento de pegarme con la mano, 'te voy a meter un lapo como sigas pasando de mí', siendo sujetado por varios jugadores diciéndole que se fuera y que se callara".

Este hecho tuvo una especial trascendencia mediática y condujo, en unión de otros episodios de violencia contra los árbitros en distintos puntos del Archipiélago, a que los colegiados de todas las islas (a los que se unieron sus compañeros de baloncesto) efectuaran una acción de protesta en la jornada siguiente, donde paralizaron los partidos cuando se llevaban cinco minutos de juego.