Desde que David Silva hiciera pública el pasado verano su decisión de abandonar la disciplina del Manchester City cuando finalice la presente campaña, al expirar el contrato que le une con el conjunto británico tras una década defendiendo sus colores, el grancanario, a sus 34 años, se ha convertido en una pieza apetecible para muchos clubes.
Primero se daba casi por hecho un acuerdo con el New York City de la Major League Soccer norteamericana; luego saltaba a la palestra el interés del Vissel Kobe japonés, donde milita Andrés Iniesta. El mes pasado, se hacía público el deseo de David Beckham de contar con el jugador isleño para su nuevo proyecto, el Inter Miami, que se ha estrenado este curso en la liga estadounidense, ahora suspendida por la pandemia.
En las últimas semanas, desde Italia apuntaban que el nombre de David Silva se encontraba en la agenda de posibles refuerzos de la todopoderosa Juventus. Y este lunes, la cadena ESPN anunció que el Valencia le ha ofrecido tres temporadas para que regrese a España para finalizar su carrera deportiva.
Esta última opción no resulta descabellada viendo los tiempos que corren. El mediapunta de Arguineguín, según publica el periódico levantino Superdeporte, podría estar replanteándose su idea de emprender una aventura lejos de Europa por la situación de incertidumbre actual y de futuro, tanto en términos sanitarios como económicos, que está generando la crisis del coronavirus en el mundo.
Supondría el regreso del grancanario a un club al que considera su casa, a la que llegaba desde su Arguineguín natal con 14 años y desde donde partió hacia la Premier en 2010. Su venta al Manchester City dejaba en su día en las arcas valencianistas más de 30 millones de euros.
Tras jugar cedido en el Eibar y Celta, en la temporada 2006-07 se incorpora a la primera plantilla ché. Campeón de Copa del Rey en 2008, completó cuatro campañas en el Valencia antes de ser traspasado. En las dos últimas coincidió con César Sánchez, actual director deportivo de la entidad.
La vuelta a Mestalla permitiría a David Silva seguir jugando al máximo nivel, en un equipo con aspiraciones de optar a cosas importantes en la competición doméstica y con posibilidades de disputar la Liga de Campeones.
El parón de las competiciones en Europa, y en caso de que se reanuden su continuidad hasta más allá de junio, le dan más tiempo al jugador de Arguineguín, campeón continental y mundial con España, para evaluar las propuestas que tiene sobre la mesa de cara a su futuro más próximo. El sueño de la afición de la UD de verlo de amarillo parece desvanecerse.
