A la segunda la vencida. Hoy los tamaraceiteros estamos orgullosos porque la UD Tamaraceite ha llegado a lo más alto de su historia, futbolísticamente hablando, y cerrando así la herida de aquel desgraciado partido ante el Peña de Ibiza.

Un equipo de fútbol, de barrio, fundado en la temporada 1966-67, tras el cambio de denominación de Porteño a Tamaraceite, y que por primera vez en su historia estará en la liga de bronce española, a base de mucho esfuerzo y de la generosidad de muchas personas.

Creo que es de bien nacidos ser agradecidos y lo que está claro es que si hoy estamos en Segunda B es porque los hermanos Ramírez, Héctor y Miguel Ángel, apoyaron este proyecto, no solo económicamente, sino implicándose personalmente, como ha sido el caso de Héctor, el presidente del club, dedicándole mucho tiempo de su familia para que, no solo el Tamaraceite se consolidara como club, sino para formar una escuela de fútbol donde los niños y jóvenes del barrio pudieran tener una alternativa a estar tirados en la calle.

El mejor Tamaraceite de la historia ha llegado de la mano de una temporada inolvidable, no solo por la alerta sanitaria en la que estamos insertos, sino porque se realizaron gestas como la participación en la Copa del Rey eliminando a todo un Almería y cayendo posteriormente ante un primera europeo como fue el Granada. El Tamaraceite ha hecho historia, pero me consta que continuará, desde la humildad, sin olvidar de donde viene y cuales son sus limitaciones económicas. Pero lo que no le va a hacer perder el norte es su labor más importante, la social, la cantera de niños y jóvenes que aglutina su gran escuela.

Chus Trujillo, su entrenador, tiene mucho que ver también en esta hazaña que será recordada por todos los que amamos a este barrio. Un hombre humilde, con los pies en la tierra y un obrero del fútbol, de los de pico y pala, de los que con su paciencia característica ha sabido llevar este magnífico proyecto adelante, sobreponiéndose al “fracaso” de perder la temporada pasada el ascenso en el minuto 92. Un proyecto que ha sabido conjuntar jugadores locales con jugadores de la UD Las Palmas como David García, David González, Asdrúbal, Romario o Aythami, que han aportado veteranía, experiencia y sobre todo trabajo.

Ahora que somos de bronce es un buen momento para recordar a todos aquellos presidentes que han formado parte de la historia de este club desde su fundación, como José Tejera, Juanito Guedes, Antonio Juan Suárez, Antonio Suárez, actual presidente de la Federación de Fútbol de Las Palmas, Lorenzo Marrero García, José Julio Hernández y Armando Santana que estuvieron dándolo todo en una época nada fácil tampoco.

Y en cuanto a los jugadores, los, A. Robles, Aythami Álvarez, Jordan, Alberto, David García, Casais, López Silva, Julio, David González, Juan Andrés o Asdrúbal, pasarán a la historia junto a aquella primera alineación del Tamaraceite formada por Pancho Viera, Lorenzo, Cide, Viera, Bermúdez, Tomás, Angel Molonwny, los hermanos Nóbrega, Arturo y Brezi. Pero también de todos esos jugadores históricos que todavía tenemos en nuestra retina como Pedro, excelente portero, Pichi, Manolito, Ramón, Pepito, Pepe Juan, Julio Hernández, Julio Medina, Armando, Miguel el "Moro", Maxi, Marrero, Óscar, Domingo “el caballito”, Juan y Pepe Ramírez, Marino, Guelo, Antonio Falcón, Matías, Sevilla, Juan Carlos, Castillo, Morete, Juani Guedes, Gustavo, Claudio, y tantos y tantos que han formado esta gran familia del Tamaraceite a lo largo de los años.

No quiero terminar sin destacar el papel de la afición. La ilusión que ha despertado este equipo solo es comparable a la que tenía el Tamaraceite de los años 60 y 70 que llenaban el viejo Juan Guedes en aquellas mañanas dominicales y donde todo el barrio se reunía en torno al fútbol.

Recuerdo de pequeño empezar la mañana futbolera viendo el juvenil del Tamaraceite. Los niños esperábamos a nuestras estrellas como si fueran los Reyes Magos, a las 11 de la mañana, sentados en las piedras o en las gradas de madera, hasta que se construyeron las gradas de cemento posteriormente.

La magia del Juan Guedes se hizo realidad en una mañana del Día de Santiago Apóstol, que a buen seguro habrá tenido algo que ver desde allá arriba y que ha llegado a metas impensables por el mismísimo Juanito Guedes en aquellos años.