Madala llegó en patera a la isla de Gran Canaria con apenas quince años de edad. Ahora tiene 24 y dos sueños en la vida: el primero es poder representar a su país, Mali, como boxeador y el segundo, ganar una medalla en los Juegos Olímpicos. Por lo pronto ya ha cumplido el primero y el siguiente está cada vez más cerca en el camino.

Madala no pudo clasificarse para Tokio 2021 en el preolímpico de Senegal de boxeo, celebrado en febrero del pasado año, porque se dislocó el hombro “desde el minuto uno del combate”, pero tuvo que aguantar para terminarlo, unos doce minutos, con un solo brazo. No pudo clasificarse en esa competición por solo dos puntos.

Aunque todavía no tiene claro en qué gimnasio entrenará a partir de marzo, el joven de Mali recuerda que fue el grancanario Cristian Sicario Pérez quien le llevó el pasado año a la cita preolímpica de Dakar y, por lo tanto, es una persona para la que “no tiene palabras” más que de agradecimiento y mucho respeto.

La preparación de este joven púgil maliense de cara al preolímpico de París, que se celebrará en julio, comenzará en febrero. Las restricciones por la pandemia no le permiten ahora mismo disfrutar de entrenamientos de boxeo propiamente dichos, con contacto, pero intentará ponerse a tono con pesas y natación.

Madala ha explicado a Efe que quien le motivó a iniciarse en la practicar del boxeo fue uno de sus amigos con quien había vivido en un centro después de su llegada a Gran Canaria en patera.

“Llegué con quince años, viví en un centro de menores y salí cuando cumplí dieciocho”, relata. Tras salir del centro, el joven fue acogido por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), que ha dado a conocer su historia esta semana en su programa Radio Refugio.

En un centro de CEAR estuvo alrededor de un año pero no disponía de papeles que le permitieran poder trabajar “ni en Canarias ni en ninguna parte”, por lo que tuvo que buscar un contrato de trabajo de un año para poder cambiar dichos papeles.

“Aquí no lo conseguí, fui a la Península con mi tío y él me ayudó a cambiarlos”, manifestaba el joven púgil, para luego añadir que, una vez cambió los papeles para poder trabajar, no se sentía muy cómodo y le comentó a su tío que iba a “volver a casa”, a Gran Canaria.

Cuando estuvo de vuelta en la Isla comenzó a entrenarse con el amigo que le motivó a empezar pero luego cambió de gimnasio para prepararse con Sicario, con quien debutó y luego viajó a África a competir.

A su 24 años, compagina la práctica boxística con su trabajo en una pizzería

Ganar una medalla en los Juegos Olímpicos es “su sueño”, asegura, para apuntar que tenía otro sueño más arriba en su lista de prioridades, el de participar representando a su país y que ya ha podido cumplir.

Regreso triunfal a su país

Tras representar a su país natal en el preolímpico de Dakar en febrero de 2020, donde no pudo clasificarse, viajó hasta Mali para visitar a su madre. Allí fue recibido por muchísima gente, incluso llegaron a darle un micrófono para que pudiera dirigirse a todo el mundo y un policía le acompañó y protegió durante los seis meses que pasó allí el año pasado. “Todo eso es un orgullo para mí y para mi familia”, reconoce emocionado al recordar que cuando salió de su país lo hizo de noche y a escondidas de su familia. Sólo su madre conocía en aquel momento su itinerario de viaje.

Ahora su plan es convertirse en boxeador profesional, porque por el momento es amateur, y, luego, poder seguir hasta ir a Las Vegas y participar en el campeonato de artes marciales mixtas (MMA). Sin embargo, Madala tiene planes a más largo plazo y, cuando concluya su carrera como deportista, le gustaría regresar a su país y crear una empresa. “Quiero crear empleo para que la gente pueda trabajar y así ayudar”, dijo a Efe para recordar que, por el momento toca seguir su segundo sueño, clasificarse para los próximos Juegos Olímpicos de Tokio.

Madala compagina ahora la preparación para el preolímpico de París con su trabajo en una pizzería en Las Palmas de Gran Canaria. Espera que a partir de marzo o abril pueda regresar el contacto a los entrenamientos.

“Quiero llegar a un nivel al que todavía no he llegado y hasta que no llegue a él, no puedo descansar. Mis ojos solo están enfocados en eso, en el futuro”, concluye.