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El Cabildo, a por la Copa del Rey de baloncesto 2023

La ACB tenía previsto organizar el torneo en Valencia, pero el retraso en la finalización de la obra del nuevo pabellón ‘taronja’ abre la posibilidad de que regrese a Gran Canaria | Barcelona y Málaga llevan la delantera de momento

El trofeo de la Copa del Rey de la edición 2018, expuesto en Gran Canaria.

Se repite la historia. La fórmula que se viene utilizando a la conclusión de los ciclos mandatarios en la consejería de Deportes del Cabildo de Gran Canaria vuelve a acudir a su vieja confiable: la Copa del Rey de baloncesto. En los rincones del Instituto Insular de Deportes ya empiezan a moverse los hilos, hasta el punto de que el consejero, Francisco Castellano, y la recién nombrada gerente del IID, María de los Ángeles Ramos, estuvieron ayer en Madrid en una reunión en la que trataron el asunto para traer la edición de 2023 a la Isla.

La misión no es sencilla, puesto que ambos conocieron de primera mano que Málaga y Barcelona, las otras grandes candidatas, llevan la delantera en este momento, sin embargo, los intentos por que la Copa se dispute en la Isla, como ya sucediera en 2015 y 2018, es algo más que una intención.

Cinco años después del último torneo del KO celebrado en el Arena de Siete Palmas, la maquinaria cabildicia ya se ha puesto manos a la obra con los primeros contactos con la ACB.

Para entender la jugada hay que trasladarse primero a Valencia, ciudad en la que la ACB, tenía previsto organizar la próxima edición copera una vez uno de los referentes del basket nacional, Joan Roig, presidente del club taronja, solicitara la disputa del torneo en 2023.

¿Y por qué? Bueno, qué mejor forma de poner a primer nivel mediático la inauguración del Casal Arena España con la disputa del que se considera el mejor producto de la ACB y que tanta admiración levanta más allá de las fronteras nacionales y que se mira con ojos deseosos incluso en la NBA.

Solo ocurre un problema en este plan del dueño de Mercadona y es que el pabellón, que tiene una capacidad para 20.000 aficionados y que se está construyendo desde el año 2020, tenía previsto acabarse antes del verano de 2023. Justo apretando los plazos para acoger la Copa. Pues bien, esto no va a ocurrir tal y como el propio Roig y la empresa constructora del recinto han confirmado.

“Será el mayor Arena de España con cerca de 20.000 personas de capacidad. No puedo decir la fecha en la que esperamos inaugurarlo, pero no será en 2023, será en 2024”, declaró el presidente del Valencia BC, quien sufraga de su propio bolsillo el proyecto, durante el anuncio de los resultados anuales de Mercadona.

Por su parte, la constructora Licampa 1617, que se adjudicó la obra por concurso público y donde Roig invierte 220 millones en el proyecto a 50 años de gestión, comunicó que “la previsión” para acabar la obra del Casal Arena “se ha ido ajustando” dado el avance de las mismas. Por lo pronto, la primera estructura metálica de las gradas está en proceso de ganar altura.

Repercusión en 2018

Pero volviendo a la Isla, la intención de Castellano ya empezó a hacerse público la pasada semana, la cual no fue de fácil gestión dado que por su condición de vicepresidente del CB Gran Canaria, como presidente de la Fundación Canaria del Deporte (propietario de la SAD, o sea, el club), tuvo que afrontar por segundo año consecutivo la aprobación de un presupuesto económico que vuelve a oler a fracaso millonario con previsión de cerrar el año con 1,5 millones de euros por encima de lo firmado el pasado viernes en el Consejo de Administración del Granca.

Sale así a la luz la pretensión del Cabildo de volver a traer un producto a la Isla que le fue beneficioso en 2018, cuando de una inversión inicial por parte del ente insular cifrado en 1.050.000 millones de euros para pagar el canon correspondiente para la organización del torneo, posteriormente se calculó que el impacto económico alcanzó los 21.476.689 euros. Cifras monetarias que confirmó el que por entonces era el consejero de Deportes, Ángel Víctor Torres, actual presidente del gobierno regional, después de encargar una auditoría a la firma Dentsu Aegis Network, un grupo dedicado a la multimedia e investigación de mercados que cotiza en Bolsa de Valores de Londres.

De este impacto cabe desmenuzar que 11 millones de euros fueron en concepto de ingresos directos que llegaron por el gasto de los asistentes, de los patrocinadores del evento, y por proveedores y medios de comunicación acreditados. 4,6 millones de euros se refirieron a beneficios generados en medios por la presencia de la marca Gran Canaria y otros 3,1 millones se destinaron en ingresos a la Hacienda Pública.

Eso en el global, pero en el movimiento de dinero que se produjo en esos cuatro días de febrero de 2018, el gasto de los aficionados llegados a la Isla desde la península o desde el extranjero, alcanzó los 1.411 euros de media; mientras que los residentes gastaron 158. Se calculó que hubo un flujo de movilidad de unas 38.000 personas, que gastaron un total por encima de los 10 millones de euros en áreas como el transporte, restauración, hostelería y gastos varios entre la organización y otros patrocinadores.

Finalmente, el retorno económico total imputable a la marca Gran Canaria entre la difusión mediática y en distintos activos publicitarios alcanzó los 4,6 millones de euros, según la auditoria de la firma londinense, pues se retransmitieron más de 45 horas televisivas, y hubo una tirada de más de 160 páginas en periódicos de tirada nacional. Además del éxito que obtuvo en redes sociales, con 13 millones de impresiones en Twitter de cualquier concepto relacionado con la Copa y por ende de la Isla.

Números que fueron sinónimo de éxito organizativo, sin embargo, el Cabildo todavía no ha cumplido con algunas de las obligaciones derivadas de la celebración de un evento de este tipo, como es ampliación del número de escuelas formativas en los 21 municipios de la Isla. Es un asunto que aún le queda por resolver al consejero.

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