La pasada semana aterrizaba en nuestro país el último teléfono inteligente de Apple, el iPhone SE. El nuevo dispositivo de la compañía norteamericana destaca especialmente por haber reducido drásticamente el precio con respecto a otros iPhone -es el de menor importe jamás comercializado- pero muy especialmente porque mantiene un tamaño de pantalla -las cuatro pulgadas- que parecía cosa del pasado.

Según muchos analistas, este nuevo iPhone es una huida hacia adelante de la compañía ante el estancamiento de las ventas de su producto estrella, pero quizás cabría preguntarse si no se trata de la enésima manio-bra contracorriente que tan buenos resultados le han dado siempre a Apple. Incluso podría ser que la gente empezara a estar algo cansada de llevar en su bolsillo enormes teléfonos con mastodónticas pantallas.Y tal vez, solo tal vez, lo que empieza a demandar el mercado es la tecnología más actual en un móvil de menor tamaño.