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La revancha de Cristina

Las actrices canarias Isabel Torres y Lola Rodríguez protagonizan la serie sobre La Veneno que estrena hoy AtresMedia. La producción se convierte en instrumento normalizador y una oportunidad laboral para profesionales transexuales del sector audiovisual

La revancha de Cristina

"El mundo no está preparado para lo que viene". Con esa frase resumen los directores Javier Calvo y Javier Ambrossi el impacto que provocará la serie Veneno que , basada en la vida de la famosa transexual Cristina Ortiz, estrena hoy AtresPlayer con la presencia en dos de los papeles principales de las intérpretes grancanarias Isabel Torres y Lola Rodríguez. La serie, además de reivindicar el papel aperturista que jugó sin proponérselo el televisivo personaje en la España de la década de los 90, supone un reconocimiento al colectivo trans que ha sido empleado en la película y que incluye tanto a las protagonistas -artistas transexuales interpretando, por fin, a transexuales- como a profesionales de campos tan diversos como fotografía, el equipo técnico, los ayudantes de dirección, la peluquería y el maquillaje? Y es que Cristina, desde la tumba, parece haberse tomado la revancha para ella y, de paso, para el resto de este castigado colectivo LGBTBI.

Si esta noche el grupo AtresMedia, de Antena 3 Televisión, estrena un producto televisivo tan arriesgado como Veneno es que, sin querer desdecir a los directores de la serie, España parece que sí está preparada para vivir un acontecimiento audiovisual como este.

Donde sin duda alguna sí están (o estamos) preparados para afrontar con naturalidad lo que supone en Canarias este estreno, de donde proceden Isabel Torres y Lola Rodríguez, dos de las protagonistas del proyecto y, además, mujeres transexuales con amplio recorrido y muy populares en el Archipiélago, particularmente en Gran Canaria donde residen.

Según explicaba este viernes Isabel Torres en la presentación 'online' que AtresMedia realizó como acción promocional previa al estreno de hoy, para interpretar a La Veneno en su edad madura tuvo "que engordar 20 kilos con ayuda de un nutricionista comiendo cinco veces al día pero muy sano todo, nada de chucherías", matiza, además de trabajar el reconocible acento almeriense de Adra que empleaba la desaparecida Cristina junto a tres coach durante casi dos meses, para suprimir la suavidad de su habla canario. La ayudaron a calcar aquella famosa dicción de Cristina -inolvidable su muletilla final "diiiiiigoo"- una persona de Adra "que además conoció a La Veneno; Dani Veneno, el mejor imitador de Cristina de toda España y la actriz Ana Carril, que me ayudó a cerrar el personaje", explica la intérprete.

El resultado está a la vista de todos lo que han visto los tráiler y promociones de Veneno o los cinco minutos que AtresPlayer emitió en exclusiva este viernes: Isabel Torres está enorme en su interpretación, un papel que supone un espaldarazo para su carrera pero, sobre todo, es un homenaje a aquella mujer "que fue un referente trans sin quererlo. Cristina no fue nunca de víctima y eso la convirtió en una heroína", añade.

La conexión canaria de la serie de los Javis no acaba aquí [además de tener, también, a Goya Toledo entre el elenco]. La joven intérprete Lola Rodríguez, de 21 años y natural de Gran Canaria, da vida en Veneno a otro personaje imprescindible en la vida de la televisiva Cristina Ortiz.

"Cuando supe que había un casting para la serie Veneno y me enteré que buscaban a alguien para interpretar a Valeria Vegas tuve claro que iba a ir a por ese papel", explicaba este viernes Rodríguez sobre su personaje, que es la periodista y autora de la autobiografía de La Veneno.

Las similitudes personales entre la escritora real y Lola Rodríguez son, cuanto menos, curiosas ya que ambas han vivido sus propios proceso de transición, unas vivencias que Lola dice haber sabido imprimir a su personaje.

"Cuando La Veneno triunfaba en televisión yo tenía unos 9 ó 10 años pero ya entonces buscaba respuestas a mi homosexualidad. Cómo no, Cristina fue importante en aquello no sólo porque fuese un referente de belleza sino porque ya era una persona indispensable en el mundo trans", recuerda la joven cuyo papel es crucial en el desarrollo de la historia que aborda esta producción, parada ahora por razones de seguridad debido al coronavirus y las limitaciones laborales derivadas de la pandemia.

Fallecida en circunstancias aún no aclaradas del todo en noviembre de 2016, Cristina Ortiz fue estrella de televisión además de prostituta y presidiaria. La Veneno no tuvo una niñez sencilla. Marcada por los abusos, las palizas, los insultos, las amenazas y todo tipo de vejaciones siempre se la calificó de juguete roto -"juguete roto no; un bombón", se defendía ella-.

Con su desparpajo, su espectacular belleza y su forma de hablar tan descarada, plagada de insultos, llegó a tocar el cielo de la fama. Ganó mucho dinero, conoció a personajes muy importantes pero su caída estuvo a la altura de su éxito: fue brutal.

Sus últimos años estuvieron marcados por las penurias económicas y un enorme deseo de reconocimiento aunque, sobre todo, tenía mucha necesidad de sentirse escuchada. De la mano de Valeria Vegas cumple en 2016 el sueño de ver publicada su autobiografía, un proceso que resulta clave en el desarrollo de la trama de Veneno ya que el guión hace saltos temporales gracias al desarrollo del papel que interpreta Lola Rodríguez metida en la piel de la periodista.

132 actores, 200 figurantes por capítulo [son ocho] y 150 técnicos completan esta superproducción televisiva que pretende entretener y lanzar también un mensaje: las mujeres trans no son peligrosas; peligroso es el mundo que las rodea. Diiiiigoo...

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