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Enanos en el Antiguo Egipto

Estamos acostumbrados a ver en retratos y en representaciones cinematográficas históricas a personas con enanismo amenizando la vida de las gentes poderosas del medievo. Sin embargo, no solo durante esta etapa fueron utilizados con fines ociosos. Ya en la antigüedad griega y romana tuvieron una gran popularidad y supusieron un símbolo de estatus y también animaban las celebraciones. Lo que quizá no sea de conocimiento tan común es que en el Antiguo Egipto las personas con enanismo también participaron en la corte y animaron las fiestas del faraón. No obstante, no solo se limitaron a entretener, sino que también asistieron a los sacerdotes durante los rituales religiosos. De hecho, existen tumbas de enanos junto a algunos complejos funerarios de faraones de la dinastía I (2900-2730 a.C.). Si comparamos la calidad de las estelas de los enanos con las de los demás cortesanos comprobamos que las primeras son de mejor calidad, ofreciéndonos conocimiento sobre el aprecio que los soberanos tenían a estas personas.

Enanos en el Antiguo Egipto

Los enanos que servían al faraón estaban separados en dos grupos. Unos, los nmiu, cuidaban a los animales domésticos, se encargaban de la comida y de la ropa del faraón y también fabricaban joyas. Los otros, los dng, no eran enanos sino pigmeos procedentes de África central que contaban también con una muy baja estatura.

Algunos enanos consiguieron ascender en la pirámide social egipcia y llegaron a casarse, formando sus propias familias. También ostentaron cargos importantes y se les enterró muy cerca de sus amos. Un caso famoso es del enano Seneb (dinastía IV, 2543-2436 a.C.) que fue superintendente de tejeduría de palacio, guardián del sello del dios Unherbau y responsable del culto de los faraones Didufri y Keops.

Quizá impresione más el hecho de que también las mujeres enanas lograron ocupar puestos importantes. En la tumba de la reina Nebet se observa a una mujer con enanismo entre las damas de compañía de la reina. Mutnedjmt, hermana de Nefertiti, también contó con servidoras con enanismo, posiblemente consejeras de la reina.

La aceptación de las personas con enanismo en la cultura del Antiguo Egipto puede justificarse por el dios Bes, un gran enano cuyo culto fue muy popular ya que la deidad beneficiaba a la infancia y a la maternidad.

Por todo lo anterior se concluye que la imagen de los enanos en la antigüedad egipcia fue esencialmente positiva. En la mastaba de Seneb en Guiza se observan algunas soluciones para representar a los enanos respetando el canon de proporciones, mostrando las peculiaridades físicas de estas personas sin ensañarse con ellas. Es decir, no se exageraba ni se mofaban de sus características físicas. En 2012 se hallaron dos esqueletos de personas con acondroplasia en un complejo funerario cercano a Guiza. En él se referencia a Amenemope, un sabio (ca. 1391-1354 a.C.) que abogó por el respeto hacia los enanos: «no te rías del ciego, ni te burles del enano… a todos nos ha hecho el Dios».

El decrecimiento de la influencia de la cultura egipcia llevó consigo un declive en la consideración y protagonismo de las personas con enanismo, algo que arrastrarían hasta la Edad Media con la aparición de los bufones y los enanos de compañía.

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