La bolsa española registró hoy la menor caída entre las principales plazas internacionales, el 0,18 por ciento, animada por el avance del sector financiero y la moderación de la prima de riesgo, que se situaba en 369 puntos al final de la jornada.

Así, el principal índice de la bolsa española, el IBEX 35, perdió 15,30 puntos, el 0,18 por ciento, hasta 8.671,20 puntos. En la peor semana desde la primera de mayo del año pasado, cuando se rescató a Grecia, bajó el 9,96 por ciento. Las pérdidas acumuladas en este ejercicio ascienden al 12,05 por ciento.

Con la caída del 4,3 por ciento de Wall Street en la víspera (Tokio bajaba esta madrugada el 3,7 por ciento y Hong Kong, el 4,3 por ciento) y la prima de riesgo en 420 puntos iniciaba la bolsa española la sesión con un descenso del 2 por ciento y perdía el nivel de 8.500 puntos.

Este precio actuaba como soporte -nivel que frena las ventas- y la bolsa rebotaba, a pesar de que se conocían malos resultados empresariales (Royal Bank of Scotland, Allianz o Telecom Italia) y se publicaba que la economía española crecía el 0,2 por ciento en el segundo trimestre (0,7 por ciento interanual).

También se sabía que el presidente francés, Nicolás Sarkozy, conversaría en esta jornada con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y con la canciller alemana, Angela Merkel, y circulaban rumores de intervención del Banco Central Europeo mediante la compra de deuda española, que apoyó la gestora PIMCO.

A pesar de que la producción industrial de Alemania bajó el 1,1 por ciento en julio, con el alza del PIB italiano el 0,8 por ciento interanual en el segundo trimestre, la bolsa española se iba despegando del nivel de cierre de la víspera.

El comisario europeo de Asunto Económicos, Olli Rehn, apoyaba a España e Italia al comentar que "no está justificado" el ataque que están sufriendo, aunque exigió que apliquen rápidamente los ajustes y reformas decididos.

Con la publicación de los datos de empleo estadounidenses la bolsa española ascendía de golpe de 8.800 a 8.900 puntos. La mayor economía mundial redujo en julio su tasa de paro una décima, hasta el 9,1 por ciento, después de crear 117.000 nuevos puestos de trabajo, más de lo previsto.

La indefinición de Wall Street y posterior caída, después de unas ganancias iniciales considerables logradas por la bondad estadísticas laborales, arruinaban el final de la sesión española.

La bajada del petróleo por el cambio de tendencia (el Brent empezaba el día en 104 dólares y se cambiaba a 107, tras subir a 110 con los datos de empleo) también influía en la bolsa española, que concluía con la menor caída entre las plazas internacionales por la subida de la mayoría de los bancos.

De los grandes valores del mercado español sólo bajaron Repsol, el 1,81 por ciento, e Iberdrola, el 1,22 por ciento. Subieron Banco Santander, el 1,18 por ciento; BBVA, el 0,32 por ciento y Telefónica, el 0,2 por ciento.

Respecto al resultado semanal de estas compañías, Repsol bajó el 13,58 por ciento; BBVA, el 11,69 por ciento; Banco Santander, el 10,37 por ciento; Iberdrola, el 8,45 por ciento, y Telefónica, el 5,37 por ciento.

La mayor caída del IBEX correspondió a Abertis, el 3,36 por ciento, mientras que Gamesa cedió el 2,94 por ciento; Caixabank, el 2,86 por ciento; ArcelorMittal, el 2,76 por ciento; Enagás, el 2,2 por ciento, y Sacyr, el 2,16 por ciento.

Bankinter encabezó las ganancias del IBEX con una subida del 4,28 por ciento, seguida de FCC, que avanzó el 2,99 por ciento; Ebro Foods, el 1,47 por ciento; IAG, el 1,46 por ciento, y Banco Sabadell, el 1,38 por ciento.

En cuanto a la evolución semanal de las empresas del IBEX el principal descenso correspondió a Técnicas Reunidas, el 18,41 por ciento, seguida de ArcelorMittal, que cayó el 18,39 por ciento. Sólo subió una compañía, Enagás, el 2,12 por ciento. En este período 19 compañías de este índice registraron pérdidas entre el 10 y el 20 %.

La prima de riesgo italiana supera a la española

Los rumores de una intervención del BCE en el mercado de deuda hicieron que la prima de riesgo española se desplomara y cerrara la sesión en 370,87 puntos básicos, por debajo de la de Italia por primera vez desde mayo de 2010, cuando despuntó el contagio de la crisis de la deuda griega.

La prima de riesgo, que alcanzó por la mañana el récord de 417,6 puntos básicos, emprendió poco después una escalada bajista que le hizo cerrar en su nivel más bajo de la semana.

Esa caída fue posible gracias a que la rentabilidad del bono español a 10 años descendió hasta el 6,053 por ciento, frente al 6,284 por ciento de ayer, mientras que la de su homólogo alemán avanzó hasta el 2,345 por ciento, en comparación con el 2,300 por ciento del jueves.

El rendimiento de la deuda pública española se colocó así por debajo del que exigen los inversores a los títulos italianos a 10 años, que terminaron la sesión en el 6,081 por ciento, lo que propició que su prima de riesgo se situara en 373,6 puntos básicos.

De este modo, Italia desplaza a España como el país de la Unión Europea que no ha sido rescatado y que tiene mayor percepción de riesgo para los inversores.

Los bonos italianos con vencimiento en 2021 resultaron menos beneficiados que los españoles en su bajada, que fue de una décima respecto al 6,189 por ciento de ayer.

En cualquier caso, la rentabilidad de la deuda soberana de todos los países periféricos de la Unión Europea, a excepción de Grecia, sufrió importantes descensos, debido a los rumores de que el Banco Central Europeo (BCE) estaba comprando títulos.

Por ejemplo, el rendimiento de los títulos a 10 años de Irlanda descendió hasta el 9,81 por ciento, por debajo de la barrera del 10 por ciento por primera vez desde abril, en tanto que la rentabilidad de los bonos portugueses cayó casi tres décimas, hasta el 10,669 por ciento.

Según operadores del mercado consultados por Efe, el organismo encabezado por Jean-Claude Trichet habría adquirido bonos de España e Italia, después de que ayer actuara supuestamente sólo sobre los de Portugal e Irlanda.

La ambigüedad con la que habló Trichet -criticada por ejemplo por la vicepresidenta para Asuntos Económicos, Elena Salgado- agudizó la tensión en el mercado de deuda, lo que llevó a la prima de riesgo española a cerrar el jueves en 398,4 puntos básicos, su nivel más alto desde la creación del euro.

Para calmar los ánimos, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, sostuvo hoy que el acuerdo sobre el segundo rescate a Grecia, destinado a garantizar la estabilidad de la Eurozona, podrá aplicarse a principios de septiembre.

Tras asegurar que el acoso de los mercados contra la deuda española e italiana es "incomprensible", admitió que España ha avanzado mucho en sus planes de ajuste y de reformas, aunque es crítico que las aplique de forma "contundente".

Wall Street cierra su peor semana desde 2009

Tras el batacazo del jueves, cuando los principales índices de Wall Street cayeron por encima de los cuatro puntos porcentuales en un día de nerviosismo generalizado en los mercados, el parqué neoyorquino no pudo evitar hoy terminar con su mayor descenso semanal desde marzo de 2009.

El Dow Jones de Industriales, el principal indicador del parqué neoyorquino, cerró esta volátil última jornada de la semana con un ascenso del 0,54%, con lo que añadió 60,93 puntos al cierre anterior para terminar en 11.444,61 unidades.

Pero esa subida apenas le sirvió para contrarrestar la caída del jueves, cuando restó unos impresionantes 512,76 puntos, su mayor retroceso desde diciembre de 2008, cuando el país estaba sumergido ya en la crisis económica.

Así el índice de referencia del parqué neoyorquino ha acumulado esta semana un fuerte retroceso del 5,75%, el mayor desde marzo de 2009, y se ha deshecho de todo lo ganado durante el año para encontrarse ahora el 1,15% por debajo del nivel de cierre del último día de 2010.

Aún menos alentador es el panorama para los otros dos principales índices de Wall Street, el selectivo S&P 500 y el índice compuesto del mercado Nasdaq, que no se libraron esta jornada de los números rojos y terminaron con descensos del 0,06% y el 0,94%, respectivamente.

El S&P 500 ha acumulado en los últimos cinco días una caída del 7,19% y el Nasdaq del 8,13%, sus retrocesos semanales más pronunciados desde noviembre de 2008, de forma que están ya hundidos en las pérdidas en términos anuales. Así, el selectivo ha retrocedido el 4,63% desde enero pasado, al tiempo que el Nasdaq se ha depreciado el 4,54%.

El fantasma del jueves, en el que el temor a una recesión en la economía estadounidense y al contagio de la crisis de deuda en la zona euro se hicieron con los inversores, siguió planeando hoy sobre el parqué neoyorquino, y eso a pesar de que esta jornada se conoció que el temido informe de empleo en julio en EEUU quedó por encima de lo pronosticado por los analistas.

En los primeros minutos de las contrataciones los inversores respondieron con avances superiores al punto porcentual en los tres principales índices de Wall Street a la noticia de que la economía de este país creó en julio 117.000 empleos, lo que hizo descender el índice de desempleo una décima hasta el 9,1%.

Esas cifras quedaron por encima de las previsiones de los analistas, que habían calculado un aumento de entre 75.000 y 80.000 empleos, lo que hubiera mantenido el índice de desempleo en el 9,2%.

Pero tan solo media hora después del inicio de la jornada los avances se desvanecían y el ánimo vendedor se instalaba entre los inversores, que respondieron con miedo a los rumores que apuntaban a una rebaja de la calificación de la deuda estadounidense por parte de Standard & Poors.

También fueron rumores los que, hacia la media sesión, consiguieron levantar de nuevo el ánimo comprador de la jornada, cuando se especulaba que el Banco Central Europeo (BCE) estaba dispuesto a comprar deuda española e italiana a cambio de que esos países se comprometan a tomar más medidas de austeridad.

Finalmente lo que sí se confirmó fue que Italia acometerá nuevas reformas económicas que han sido consensuadas con otros líderes de la Unión Europea (UE), lo que apoyó las compras en la media sesión neoyorquina.

Divididos entre tantos rumores que movieron los mercados esta jornada, la volatilidad fue la principal protagonista del día y finalmente Wall Street terminó la sesión sin un rumbo claro, aunque la semana tuvo un tono decididamente pesimista.

Con esos números se van de fin de semana los inversores, que esperan que sea más tranquila la semana que viene, en la que apenas se conocerán resultados empresariales de relevancia y tan sólo se difundirán datos preliminares de la confianza de los consumidores en EEUU.