Salvador Miranda se ha embarcado en la aventura más grande jamás contada sobre el Régimen Económico y Fiscal (REF). Historiador, economista y ahora también abogado se ha propuesto relatar en seis tomos el devenir de la especial fiscalidad de las Islas desde los Reyes Católicos hasta el momento actual. Esta tarde -19.30 horas en la Casas Consistoriales de la plaza de Santa Ana- presenta el primero de ellos.
Un total de 666 páginas con el muy útil truco de un breve resumen ilustrado (16 páginas) que describen el contenido total y ejercen como anzuelo para que el lector acuda a las páginas precisas -el libro está magníficamente indexado- y conozca más sobre la importancia de la sal, la orchilla o las conchas, por ejemplo, como elementos esenciales del régimen tributario de los años siguientes al desembarco de los castellanos en las Islas.
"El REF es una moneda de dos caras", expone el autor. De una parte, el "sacrificio" que supone para las arcas del Estado recaudar menos a cambio de "poblar las Islas. Antiguamente no existía un ejército como tal, sino milicias", apunta Miranda, con lo que una reducción del número de ciudadanos abría las puertas a las escuadras inglesas, holandesas o portuguesas.
Se cuidaban mucho de que eso no sucediera Los Reyes Católicos, que habían puesto sus ojos en Canarias para lanzarse al negocio de la caña de azúcar que tan buen resultado estaba dando en Madeira, para evitar la expansión de Portugal y para preservar las riquezas españolas que salían por el golfo de Guinea; por ejemplo, el oro.
La otra faz del REF es la constitución de un Gobierno insular autorizado por el fuero de Gobernación aprobado por los monarcas Isabel y Fernando en 1494. No solo la instalación de una administración insular, sino también el modo en que esta se "financiaba", es decir, el establecimiento de una hacienda local. "Este primer tomo se centra en el REF de los siglos XV y XVI desde el punto de vista de la Hacienda real; el segundo abarca ese mismo tiempo, pero analizando las haciendas locales de Gran Canaria, Tenerife y La Palma", explica Salvador Miranda.
"Visión simplista"
Será el año próximo cuando vea la luz la segunda entrega. La cadencia a partir de entonces será de entre dos y dos años y medio para cada tomo. "Si mi salud y mi profesión me lo permiten", matiza el autor, para quien "faltaba cohesionar los datos históricos, económicos y jurídicos", lo que conducía a mantener "una visión simplista" sobre el REF.
En ese punto, Miranda Calderín introduce otra de las virtudes de la colección: la reproducción de los documentos que dan sustento a sus conclusiones. "Pretendo que los estudiantes o historiadores puedan extraer las suyas", afirma, y entendió que una buena manera de conseguirlo era poner frente a ellos gran parte de los muchos legajos que ha hallado sobre las relaciones Canarias-Estado en el archivo de Simancas, el archivo Municipal de La Laguna o el del Cabildo de La Palma.
El ataque de Van der Does (1599) y el terrible incendio de 1842 acabaron con la mayor parte de los fondos documentales de Gran Canaria. "Solo el libro rojo se salvó, porque lo tenía el secretario municipal en su casa", apunta el autor, que rompe "mitos" sostenidos durante cientos de años como el carácter "extraordinario" de los fueros isleños. "El privilegio de franqueza, que eximía de pagar la alcabala castellana [el macroimpuesto de la época], era igual al que se establecía en las provincias peninsulares que se conquistaban", expone. Y lo mismo ocurría con el fuero de Gobernación que consagraba los aparatos administrativos locales.
Miranda elabora ahora el tercer tomo, para el que recurrirá también al archivo de Indias. El respaldo de los patrocinadores, la ULPGC y el Círculo de Empresarios de Gran Canaria, le animan a ello.