El rescate al sistema financiero español a consecuencia de la crisis de 2008-2014 deparará un coste de 60.613 millones, equivalentes al 5,6% del producto interior bruto (PIB) nacional, según estimaciones del Banco de España. Esta cifra es provisional, dijeron tanto el Banco de España como el ministro de Economía, Luis de Guindos, a la espera de los recursos reales que obtenga el Estado cuando venda sus participaciones mayoritarias en los bancos nacionalizados Bankia y BMN, ahora en proceso de eventual fusión. En el cálculo avanzado ayer por el supervisor bancario los ingresos potenciales por la venta de esas acciones se estima en 12.198 millones.

De confirmarse este saldo negativo de la operación de salvamento del sector, el coste final de 60.613 millones supondría la pérdida del 79,32% de los 76.410 millones que se han inyectado, por unas u otras vías, al sistema para hacer frente al deterioro del sector a consecuencia de la crisis financiera internacional y del inmediato pinchazo de la 'burbuja' crediticia e inmobiliaria de España entre 1998 y 2008.

De los 60.613 millones de pérdida esperada, 39.542 millones recaerán sobre el erario público y el conjunto de los contribuyentes, y los 21.071 millones restantes serán la factura para los recursos privados que movilizó el conjunto del sector financiero a través del Fondo de Garantía de Depósitos, que se nutre de las aportaciones que realizan las entidades financieras.

Para el rescate del conjunto entidades financieras que solicitaron ayudas directas (14 cajas, grupos de cajas y bancos filiales de las mismas) se movilizaron 76.410 millones, de los que 64.098 correspondieron a aportaciones de capital; 10.390 millones, a los esquemas de protección de activos concedidos a los bancos que se quedaron con entidades dañadas, y 1.922, a otras garantías otorgadas.

De este volumen de recursos, ya se recuperaron 4.139 millones (3.466 millones aportados por el FROB y 673 millones por el Fondo de Garantía) y la estimación provisional apunta la expectativa de lograr otros 12.198 millones con la venta de acciones de las dos entidades estatalizadas (Bankia y BMN). Este escenario arrojaría una pérdida de 60.073 millones, lo que sumado a otras cuantías por ajustes diversos sumaría 60.613 millones.