La Agencia Estatal de Seguridad Aérea (Aesa) está realizando inspecciones en los aeropuertos españoles para verificar que se respetan los derechos de los pasajeros perjudicados por el cese de actividad de la aerolínea austriaca Niki, que en el caso de Canarias afecta a 186 vuelos en cinco islas, la comunidad con más vuelos cancelados de los 316 programados en los aeródromos de la red de Aena entre ayer y el próximo 20 de diciembre. Los aeropuertos afectados son Lanzarote, con 18 vuelos; Fuerteventura con 26; Gran Canaria con 72; La Palma con 10, Tenerife Sur con 60 vuelos; Málaga con 16; y Palma de Mallorca con 114 vuelos cancelados entre llegadas y salidas.

Las verificaciones de Aesa se están realizando para comprobar que se respetan los derechos de los pasajeros establecidos sobre retrasos, cancelaciones y denegaciones de embarque.

Del total de los 316 vuelos cancelados, 158 tienen origen en España, que son para los que Aesa tiene competencias . La aerolínea alemana Condor comunicó ayer al Cabildo de Tenerife que programará vuelos adicionales para que puedan retornar a sus países los pasajeros afectados por el cese de operaciones de Niki, y que entre hoy y el domingo son unas 1.350 personas.

El consejero delegado de Turismo de Tenerife, Vicente Dorta, explicó a Efe que además de los vuelos adicionales que le ha comunicado Condor, otras compañías aéreas también pondrán a disposición de los viajeros afectados las plazas libres de que dispongan. No obstante, tras contactar con Aena y las diferentes aerolíneas confirmó que de momento no existe efecto alguno, como también se reseñó desde el Cabildo de Lanzarote.

La consejera de Turismo del Cabildo de La Palma, Alicia Vanoostende, informó ayer que trabaja para incorporar alternativas con el objetivo de mantener las conexiones aéreas con las ciudades alemanas con las que operaba la compañía.

La mayoría de las personas que habían comprado en internet billetes de la aerolínea y que no pueden o han podido volar por la quiebra de la compañía, podrán obtener la devolución del monto de sus pasajes. Se trata de una excepción, ya que, en principio, una empresa que se declara en bancarrota no está obligada a pagar sus deudas. Los pasajeros afectados deben reclamar ante la compañía y aquellos que hayan adquirido los billetes a través de un operador podrán solicitarle a éste una reubicación en caso de que Niki no responda.