Como Halloween y tantos otros eventos importados directamente desde Estados Unidos, el Black Friday La cercanía con el mes de diciembre ha convertido este día en el punto de arranque de la campaña navideña, en la que, sumados los primeros quince días de enero, se concentran prácticamente un tercio de las ventas anuales del comercio. Descuentos de hasta el 70% con el Black Friday saludarán el arranque del periodo de compras por excelencia del año.

Solo Tenerife incluyó el domingo 25 de noviembre, dos días después del Black Friday, entre los diez anuales que cada isla elige para que los comercios puedan abrir sus puertas. En esa misma fecha solo lo harán en Gran Canaria los centros comerciales y grandes superficies que están operativos todos los domingos desde noviembre a abril coincidiendo con la temporada alta de cruceros.

Los rectores tinerfeños, en contacto con los empresarios del ramo, entendieron que había una buena oportunidad de prolongar el tirón del Viernes Negro durante todo el fin de semana y generar ya un ambiente prenavideño que, tradicionalmente, dispara el consumo. En cambio, desde Gran Canaria se optó por exprimir al máximo esa fecha por sí sola y, en cambio, abrir las puertas el festivo 6 de diciembre (Día de la Constitución).

"En Estados Unidos es un solo día y aquí entendemos que así debe tratarse", explicó ayer la presidenta de la Federación de Comercio de Las Palmas (Fedeco), Conchi Cotino. Según detalló, los descuentos durante esa jornada oscilarán entre el 20% y el 30%, si bien en algunos "productos seleccionados podrán llegar hasta el 70%". Estos últimos responderán en todo caso a la necesidad de hacer sitio en las tiendas a los productos de temporada. "Quienes no tienen un outlet en el que dar salida a las existencias de otros años, tienen que hacer esas rebajas sobre el precio original para poder sacar los productos y dar entrada a los nuevos", explicó la presidenta de Fedeco.

Por tanto, el comercio en las islas orientales concentrará sus esfuerzos en el mes de diciembre sin intentar elongar el periodo de ventas desde el Viernes Negro. "Nunca ha fallado", afirmó Cotino sobre una estrategia que denota la gran dependencia que tienen los pequeños empresarios de lo que acontece en seis o siete semanas -"esa es la parte mala", expuso Cotino-, pero que, periodos críticos para la economía en general al margen, les coloca con solidez en la rampa de salida para todo el año.

El objetivo para todos ellos es mantener la tendencia creciente de las navidades de los últimos años e incrementar las ventas en una horquilla que para los menos optimistas arranca en el 3% y alcanza hasta el 8% para el caso de quienes tienen mayor facilidad para ver el vaso medio lleno.

También es tradición que el aumento del volumen de negocio se corresponda con otro proporcional en la creación de empleo. Si se multiplica el número de clientes, es necesario responder con un crecimiento de las plantillas. Estos pueden alcanzar hasta el 25%. Además, Cotino relató que en muchos casos los contratos no se firman tan solo para las fechas específicamente navideñas, sino "hasta con dos meses de antelación para ir formando al personal".

Se trata en esos casos de las tiendas más especializadas o cadenas con varios establecimientos entre las que rota el personal flotante según marque el ritmo de ventas. "La mayoría de estos negocios los integramos empresas familiares y una de las tareas que más nos satisface es la de crear empleo", aseguró la presidenta de la Federación de Comercio de Las Palmas.

¿Último año bueno?

En el sector no pasan desapercibidas las señales que han enviado los mercados durante las últimas semanas. El índice que describe el comportamiento coral de las bolsas de todo el mundo anotó en octubre una caída del 7%. La volatilidad del precio del petróleo, con la oferta lastrada por los embargos de Estados Unidos a Irán y la delicada situación de Venezuela, y el efecto, aún por manifestarse en toda su extensión, de los aranceles en que se materializa el proteccionismo pregonado por Donald Trump, dibujan un panorama en el que caben los pronósticos menos halagüeños.

Los pequeños empresarios del comercio temen que retornen malos tiempos para su actividad, una de las más castigadas con el estallido de la crisis y que, sin embargo, fue de las primeras en remontar. Los continuos crecimientos de la llegada de turistas a las Islas vinieron en este caso en su rescate.