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Gonzalo Salafranca: “La ciencia respalda que el tabaco calentado reduce el daño por fumar”

“La ciencia respalda que el tabaco calentado reduce el daño por fumar”

La prestigiosa agencia gubernamental del medicamento de Estados Unidos (FDA) dictaminó recientemente que los productos de calentamiento del tabaco son una alternativa para reducir el daño que provoca fumar, una resolucion basada en criterios científicos. Se trata de un empujón decisivo para el sistema IQOS de Philip Morris, compañía que lleva varios años trabajando para que los organismos internacionales como la FDA validen sus productos. El director de Relaciones Externas de la empresa en España, Gonzalo Salafranca, celebra que los esfuerzos de investigación realizados en estos años estén dando sus frutos.

¿Qué supone para Philip Morris la reciente resolución de la agencia del medicamento de Estados Unidos (FDA) sobre los productos sin humo?

La orden de la FDA autoriza que la comercialización en EEUU de nuestro sistema de calentamiento de tabaco IQOS se pueda vender como producto de tabaco de riesgo modificado debido a su exposición reducida en comparación con el cigarrillo. Para Philip Morris se trata de una decisión histórica porque reconoce la diferencia entre el cigarrillo y el producto de tabaco calentado. Llevamos más de una década trabajando en distintos frentes con una línea de investigación muy avanzada para desarrollar productos innovadores libres de combustión que puedan suponer una mejor alternativa para los fumadores adultos que van a seguir fumando. La realidad es que hay muchos millones de personas en el mundo que fuman y que la propia OMS dice que van a seguir fumando, alrededor de 1.000 millones según las previsiones. Productos como IQOS evitan la combustión porque hay un consenso en la comunidad médico-científica que es que en el humo que se genera al quemar el tabaco es donde existe un número de componentes dañinos que son cancerígenos y, por ello, al eliminar la combustión se elimina también una gran parte del problema. Este es el eje vertebral de nuestra apuesta y lo que viene a decir la FDA, después de tres años de evaluación, es que nuestro sistema calienta el tabaco pero no lo quema, esto reduce la producción de elementos químicos nocivos y los estudios demuestran que para un fumador cambiar del cigarrillo a este sistema, sin ser inocuo, reduce de forma considerable la exposición a estos componentes dañinos.

¿Qué significa cuando la FDA dice producto de tabaco de riesgo modificado?

Lo que la FDA ha venido a determinar es que no todos los productos de tabaco son iguales porque este es un producto que calienta el tabaco y no tiene nada que ver con el cigarrillo tradicional; que, por tanto, tiene que contar con una regulación diferenciada y que el fumador tiene derecho a conocer estas diferencias. Lo importante es que se trata de una decisión basada en la evidencia científica. Nosotros no buscamos que los demás crean en nuestra ciencia porque pasa lo mismo en cualquier otro sector, lo que decimos es que se verifique la investigación científica que hemos desarrollado durante la última década. Es importante decir que también hay disponible investigación realizada por organismos independientes sobre nuestros productos de tabaco calentado. La decisión de la FDA es un buen ejemplo de cómo autoridades y organismos de salud pública pueden regular las alternativas sin combustión. La regulación supone que el adulto fumador tenga acceso a información veraz sobre el producto. Tenemos que ser claros al decir que nuestros productos no son ni para no fumadores ni para exfumadores ni tampoco son para dejar de fumar, sino alternativas para esos fumadores que seguirían con los cigarrillos.

¿Cómo está actualmente la regulación de este tipo de productos?

Los productos de tabaco de riesgo modificado están regulados por ley en EEUU desde 2009, pero este es el segundo tipo de productos que se autoriza por la FDA para la comercialización con el concepto de modificación de exposición.

“La orden de la FDA se basa en la evidencia científica, el fumador tiene derecho a conocer alternativas”

Gonzalo Salafranca - Director de Relaciones Externas de Philip Morris España

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¿Esta decisión potencia la comercialización en América o mundial de estos productos?

Obviamente la FDA tiene un reconocimiento y un prestigio a nivel mundial. Es interesante también mencionar que las conclusiones a las que ha llegado este organismo están en la misma línea de estudios que han realizado otras entidades gubernamentales como el Comité de Toxicidad del Reino Unido, el Instituto Nacional de Salud Pública y Medio Ambiente de los Países Bajos o el Instituto Federal alemán para la evaluación de riesgos. Son conclusiones que están en la línea con lo que otras entidades de varios países han establecido en relación con nuestro producto y con un enfoque innovador en materia de política pública sobre el control del tabaquismo donde, además de la prevención, hay autoridades y gobiernos que están adoptando un enfoque en el que la reducción del daño es otro pilar complementario. Además de Estados Unidos, el Reino Unido es uno los principales impulsores de esta perspectiva pero también otros países como Japón, Nueva Zelanda y Grecia.

Ha nombrado varios países europeos ¿Por parte de la UE hay alguna disposición o normativa en este sentido?

Este tipo de tabaco novedoso de reducción del riesgo, en el marco de la Directiva actual que regula los productos del tabaco, ya tiene cierta diferenciación en el tratamiento regulatorio en relación con el empaquetado o las advertencias sanitarias que hay en la cajetilla en comparación con el cigarrillo.

¿En qué situación estamos en España en materia de regulación y evaluación científica?

La regulación de estos productos proviene de la directiva europea con esa cierta diferenciación y apostamos porque cualquier cambio normativo esté basado en la evidencia científica, que debe ser el motor a la hora de determinar el tratamiento regulatorio de los productos sin combustión.

“En Canarias estamos sufriendo la ausencia del turismo, hay que replantearse cuáles son las prioridades”

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Philip Morris tiene a IQOS como producto estrella pero también se está trabajando en otro tipo de alternativas ¿en que situación se encuentran?

Efectivamente, el objetivo es liderar una transformación del sector hacia productos que demuestren que reducen el daño en comparación con el cigarrillo, por algún lado hay que empezar y ahora mismo el sistema de calentamiento del tabaco es el que tenemos más desarrollado, tanto desde el punto de vista científico como comercial. Pero también estamos desarrollando otras líneas porque un solo producto no puede ser válido para esos 1.000 millones de fumadores que hay en el mundo, cada uno tiene distintos perfiles y, en cualquier caso, nuestra apuesta es que estos productos se desarrollen con una base científica sólida y para ello contamos con un equipo de más de 430 expertos de distintas disciplinas en el centro de investigación y desarrollo que está en Suiza, siempre con la idea de realizar productos sin combustión. No son productos que estén exentos de riesgo porque contienen nicotina pero sí pensamos y la ciencia demuestra que es una mejor alternativa para los fumadores.

¿Los tiempos de la ciencia van en consonancia con la planificación realizada por PMI para comercializar estos productos?

La ciencia lleva sus tiempos y los resultados hasta la fecha son inspiradores y positivos y en esa línea vamos a seguir trabajando. Para la tecnología de tabaco calentado se han realizado 18 estudios no clínicos y 10 estudios clínicos con conclusiones que están validando organismos internacionales.

Después de los años que llevan en el mercado estos productos ¿cómo están respondiendo los fumadores? ¿Hay diferencias entre países y continentes a la hora de aceptarlos frente el tabaco tradicional?

Me gustaría recalcar algo que dice la FDA en su autorización y es que la decisión de determinar esta orden es apropiada desde el punto de vista de promover la salud pública en general, es decir, contando no solo a los fumadores sino también a los no fumadores. Los datos a día de hoy reflejan que hay más de 10 millones de fumadores en el mundo que han cambiado a IQOS y este es un dato positivo porque nuestra ambición es sustituir el producto mayoritario del cigarrillo por estas alternativas sin humo.

¿Cómo está impactando la situación generada por el Covid-19 en el mercado tradicional del tabaco y en los productos alternativos?

En Canarias igual que en otros sectores hemos sufrido la ausencia del turismo y lo estamos notando, lógicamente desde el punto de vista de la compañía el Covid nos ha obligado a cambiar nuestra forma de trabajar pero como empresa hemos tenido varios aprendizajes: estar pendiente de lo que es importante en cada momento y, obviamente, la seguridad y la salud de los empleados es la prioridad, mientras que como actividad empresarial hemos enfocado en las cosas que son esenciales. Estamos en un ejercicio de reflexión porque, a pesar de los efectos de la pandemia, también supone una oportunidad replantearnos en todos los niveles cuáles son las prioridades y la forma de trabajar en este entorno.

¿Cual esta siendo el impacto de la medida que entró en vigor en mayo desde la UE sobre las cajetillas de tabaco y la información sobre sus efectos en la salud?

Esta regulación lo que ha hecho es poner de manifiesto el esfuerzo por parte de todos los operadores del mercado del tabaco de trabajo y la colaboración con las autoridades para cumplir con esos requisitos. Es algo reciente y seguimos trabajando en la implementación a todos los niveles de los aspectos que establece la normativa. La predisposición para hablar con cualquier autoridad sanitaria es total.

En Canarias aún está pendiente de decidirse qué organismo tiene que inspeccionar el cumplimiento de esta directiva, aspecto que en la Península sí está establecido ¿no?

Efectivamente, por las diferencias entre Península y Canarias aquí todavía la Comunidad Autónoma tiene que decidir la autoridad responsable de la verificación del sistema de seguimiento de trazabilidad de las cajetillas. En Península es el comisionado para el mercado del tabaco del Ministerio de Hacienda y aquí la inspección depende del Gobierno de Canarias.

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