Cercana, digital y, por supuesto, sostenible. Son las tres principales características que debe reunir la pyme, la pequeña y mediana empresa, que quiera asegurar su futuro en una economía que día a día gana en competitividad pero también en compromiso social y medioambiental. Lejos de ser un tiempo inútil, la actual era de la Covid-19 es tan buen momento como cualquier otro para que la empresa vea en cuál de esas tres variables tiene trabajo por hacer. Un buen momento “para reflexionar y para confiar en la comunidad y el entorno”; en definitiva, un buen momento “para pensar en verde”, subrayó ayer Josep Roca, copropietario y fundador del célebre restaurante El Celler de Can Roca, durante el encuentro digital Sostenibilidad: una oportunidad para impulsar tu negocio de forma rentable. Una cita virtual organizada por BBVA y Prensa Ibérica, la empresa editora de LA PROVINCIA/DLP y El Día, que dejó una conclusión por encima de cualquier otra: apostar por el negocio sostenible, ese que respeta y aporta su granito de arena a la comunidad y a su entorno más próximo, no solo no sale caro, sino que a medio y largo plazo puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso.

Roca: “Piensen en la comunidad, sean conscientes de esos valores, déjense asesorar”

En ello coinciden con Roca los representantes de las tres empresas isleñas que también participaron en el webinar (conferencia web o conferencia en línea). Tres entidades que han cimentado su éxito y su reputación no solo en el buen hacer en sus respectivos ámbitos, sino también en el compromiso social y en la búsqueda de la sostenibilidad. Grasaica, Bodega El Grifo y Cervezas Artesanas Isla Verde sirvieron de ejemplo de que ese compromiso con la sociedad es, además, una estable vía de ingresos.

Ana González Villalba, copropietaria de Grasaica, explicó cómo una empresa dedicada a la fabricación y el mantenimiento de vehículos especiales (incluidos equipos aeroportuarios de catering, contenedores de compactación o, por ejemplo, autocompactadores de residuos) reorientó sus esfuerzos y su línea de producción hacia la fabricación de equipos de protección individuales (EPI) ante la carencia de estos materiales en los primeros meses de la pandemia. Es más, Grasaica no solo comenzó a fabricar mamparas, pantallas protectoras faciales e incluso unos singulares dispensadores de gel luminosos que pueden servir a modo de balizas, sino que, además, en la firma se impusieron el “reto personal y profesional” de proyectar y fabricar un respirador mecánico que ya está en fase de homologación sanitaria. “En veinte días fabricamos el prototipo; queríamos aportar nuestro grano de arena ante la escasez de estos aparatos”, ahondó González Villalba.

“Hay desconocimiento sobre las ventajas de la sostenibilidad en la rentabilidad”

LORENZO CABALLERO - Director de Pymes de BBVA

En lo estrictamente relacionado con la sostenibilidad y el medio ambiente, la empresaria ilustró la explicación sobre su creciente importancia valiéndose de la evolución misma de las palabras. “La propia Administración ha ido apostando cada vez más por el reciclaje, se ha eliminado el concepto de basura, que se ha cambiado por el de residuo”, ahondó. En este sentido, Grasaica, cuya labor está estrechamente relacionada con el reciclaje y la reutilización de materiales, ha desarrollado recientemente unos minipuntos limpios que facilitan el depósito y la recogida de residuos. “Apostar por la sostenibilidad es un ahorro a medio y largo plazo”, resumió Villalba durante su intervención en el webinar, que tuvo al director de LA PROVINCIA/DLP, Antonio Cacereño, como presentador y moderador.

Fermín Otamendi, copropietario de la Bodega El Grifo, la más antigua de Canarias y una de las que da lustre al sector vitivinícola de Lanzarote, hizo hincapié en que hay un elemento que debe ir de la mano de la sostenibilidad: la digitalización. De hecho, Otamendi tiene claro que “las empresas que no sean capaces de digitalizarse no serán capaces de sobrevivir”, de ahí que en El Grifo estén redoblando su apuesta por la plena integración de la bodega en el mundo digital. “La pandemia ha obligado a centrarse en la digitalización, en este caso ha hecho que nos distraigamos en un sentido positivo”, expuso el empresario, que destacó la simplificación de la relación con clientes y proveedores (más de dos centenares en el caso de El Grifo) como una de las grandes ventajas del proceso que ha emprendido la empresa.

“Las empresas que no sean capaces de digitalizarse no serán capaces de sobrevivir”

FERMÍN OTAMENDI - Bodega El Grifo

Además, la bodega, en ese otro ingrediente de éxito que supone la cercanía con la comunidad y el cuidado del entorno, ha reducido al azufre, “y poco más”, las sustancias empleadas en su producción, amén de contribuir al mantenimiento de varietales autóctonas de vino de Lanzarote, como el listán negro y el malvasía volcánico, y del singular paisaje de la isla.

Y de la Isla de los Volcanes a la Isla Verde, La Palma, que presta su sobrenombre a la fábrica artesanal Cervezas Isla Verde, ubicada en Tijarafe y que en 2017 dio un salto definitivo para el éxito de su negocio con una notable inversión en energías renovables. Gino Theo de Reuwe, propietario de la empresa, explicó que la elaboración de cerveza es un proceso que consume mucha energía eléctrica y mucho gasoil, por lo que en 2017 optaron por una reconversión en la que subyacía “una responsabilidad ética”. La cervecera ha dejado así de consumir “miles de litros de gasoil”, agregó de Reuwe, sustituyéndolos por biocombustible; y el gasto en energía eléctrica ha caído al mínimo gracias a los colectores y placas solares. “Esto nos da la satisfacción de tener una cerveza con el agua y la luz del sol de La Palma”, apuntó el empresario belga, que decidió instalarse en Canarias tras una visita a la región.

“Los precios de las instalaciones renovables han bajado muchísimo”

GINO THEO DE REUWE - Cervezas Isla Verde

Con todo, el propietario de Cervezas Isla Verde puntualizó que la satisfacción no se queda en lo personal o lo social, sino que se traslada directamente a la cuenta de resultados. Tal vez la inversión “no sea rentable en dos años, pero sí en siete u ocho”, y, además, “los precios de las instalaciones renovables han bajado muchísimo”, añadió el empresario, que emplea botellas fabricadas exclusivamente en Canarias y que colabora con productores locales en la elaboración de nuevos sabores. Isla Verde trabaja ahora, por ejemplo, en una cerveza a partir de la fruta ecológica cultivada en una finca palmera. Al final, tal como señaló Josep Roca, todas estas experiencias de éxito, como también la de El Celler de Can Roca, parten de algún modo de la idea de “pensar en verde”, es decir, de valorar lo que las energías renovables, la eficiencia energética, el reciclaje o la reutilización de materiales pueden hacer por el negocio y por la sociedad sin la que aquel no existiría. “Piensen en la comunidad, sean conscientes de esos valores; es momento de dejarse asesorar para encontrar la mejor conexión con la sostenibilidad”, resumió el fundador del que fuera reconocido como mejor restaurante del mundo en 2013 y 2015 por la prestigiosa revista Restaurant Magazine.

“El concepto de ‘basura’ se ha eliminado, se ha cambiado por el de ‘residuo’”

ANA GONZÁLEZ VILLALBA - Grasaica

Lorenzo Caballero, director del área de Pymes de BBVA en Canarias, puso énfasis justamente en lo anterior ante el “desconocimiento” que existe en la pyme sobre las ventajas de la sostenibilidad también en términos de rentabilidad, esto es, en la cuenta de resultados. “Las pymes tienen la creencia de que ser sostenible es caro y, sin embargo, es una oportunidad de ser rentables”, destacó Caballero.

Una exigencia del consumidor

Más allá de las repercusiones positivas en la comunidad, el entorno y el medio ambiente, la sostenibilidad es un factor de éxito empresarial que tiende a generalizarse por exigencia del consumidor. En ello reparó ayer durante el encuentro digital organizado por BBVA y Prensa Ibérica el director de Pymes del banco en Canarias, Lorenzo Caballero, que hizo hincapié en que a esos beneficios sociales y al ahorro de costes energéticos se suma el valor que otorga la “diferenciación”. “Porque el consumidor va a exigir la trazabilidad del producto, por ejemplo, va a exigir sostenibilidad”, insistió Caballero. Es decir, que llegará un momento en el que la empresa que no haya dado el salto hacia un modelo más respetuoso y eficiente se quedará fuera de mercado. En este sentido, el representante de BBVA sacó a colación la oportunidad de cara a la reconversión de muchas empresas que suponen los fondos europeos de reconstrucción, de los que Canarias aspira a arañar alrededor de 3.600 millones de euros que en su mayoría irían destinados para proyectos de modernización del tejido productivo. Además, el propio BBVA tiene líneas de crédito abiertas para la financiación de plantas fotovoltaicas o la implementación de medidas de desarrollo sostenible. El mismo El Celler de Can Roca colabora estrechamente con la entidad financiera en la puesta en marcha de nuevas iniciativas. Sobre esto último, Josep Roca destacó ayer el cambio de uso que le dieron al salón de banquetes del Celler, que se convirtió en un nuevo restaurante, accesible a todos los bolsillos, en el que la piedra seca, la madera y las cañas contribuyen a hacer realidad el principio de los hermanos Roca: “La restauración restaura el alma”. Josep, que al margen de copropietario y fundador es también el sumiller del célebre restaurante (y varias veces nombrado mejor sumiller del mundo), apuntó que pese a la pandemia, tienen reservas para 11 meses.| M.Á.M.