De lo poco bueno que deja esta pandemia está el daño que ha hecho al presencialismo, esa insistencia de las direcciones de las empresas por tener a los trabajadores en la oficina aunque el trabajo que estén realizando no lo requieran. La conclusión es que el teletrabajo ha llegado para quedarse, pero aún resta darle un marco legal adecuado que espante la actual inseguridad jurídica.
Antes del pasado mes de marzo, las empresas tecnológicas pregonaban casi en el desierto sobre las bondades del teletrabajo. De repente, afrontar el día a día desde el propio domicilio era la solución. “España tenía solo un 5% de teletrabajo, de los más bajos de Europa; ahora estamos por el 34%”, expuso Norberto Borrego, de Compañía Cervecera de Canarias (CCC) en las XXXVIII Jornadas de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social.
El teletrabajo es también un modo de acercarse a esa conciliación tan difícil de llevar a la práctica en no pocos casos. Sin embargo, no se basta por sí mismo, tiene que venir “acompañado de la flexibilidad horaria”, expuso José Ramón Dámaso, de grupo JD Asesores y Consultores. De lo contrario, solo se estaría cambiando la silla de la oficina por la de casa.
Natalia Elías, de Tanatorio San Miguel, señaló la rapidez con la que tuvieron que trabajar los departamentos de informática tras el decreto de estado de alarma para conseguir tener a todos operativos “en 24 horas”. “Muy positiva” ha sido la experiencia de trabajar desde casa, a juicio de Borrego, para quien el presencialismo “ha pasado a segundo plano” dejando su sitio al concepto de “trabajo realizado”.
Ahora bien, también hay sombras que, según Dámaso, podrán evaluarse cuando pasen cinco años. La “ausencia de cercanía” puede desembocar en una “falta de sintonía con los compañeros” y al no poder socializar con ellos podrán darse hasta “trastornos del comportamiento”.
El también expresidente del Grasolpa señaló también la necesidad de aclarar si es la empresa la que debe correr con los gastos de un accidente en casa en horario de trabajo y de desplegar más fibra para garantizar la calidad de las comunicaciones en todos los rincones.
