El 90% de las camas ya disponibles

El complejo Playamar reabrió el 26 de agosto y ya tiene reservas para los meses de invierno

Fernando Estany junto a la piscina de los apartamentos Playamar. | | ANDRÉS CRUZ

Fernando Estany junto a la piscina de los apartamentos Playamar. | | ANDRÉS CRUZ / Jesús Montesdeoca

«Después de 500 días cerrados, parece que por fin empezamos a caminar y hay buenas expectativas para este invierno». Fernando Estany, representante de un grupo de propietarios que explota cuatro pequeños complejos hoteleros en Playa del Inglés, es optimista ante las reservas que está recibiendo el Playamar, que abrió el pasado 28 de agosto y actualmente está al 55-60% de su ocupación.

Estany espera reiniciar el 1 de octubre la actividad en los otros tres establecimientos, los apartamentos Parquemar, y los hoteles Nayra y Canary Garden, pero calcula que hasta la temporada de invierno del 2022-2023 no se alcanzarán las cifras anteriores al cierre por el coronavirus. «Para octubre y noviembre ya empezamos a tener unas cifras tranquilizadoras, que son ni mucho menos las de antes de la pandemia, y siempre que no venga otra ola de contagios y asuste a la gente», comenta el empresario.

Los complejos turísticos pequeños, apartamentos y bungalows con solo unas decenas de camas, tienen ahora la ventaja añadida de que disponen de cocina y no cuentan con tantas zonas comunes como los grandes hoteles, pues «son muchos los clientes que vienen huyendo del contacto social y se sienten muy protegidos en este tipo de estancias», apunta.

Los turistas alojados estos días en el Playamar son mayormente alemanes, porque estos complejos de Playa del Inglés trabajan con turoperadores germanos, pero a través de portales como Booking.com también reciben a gentes de todos los lugares de Europa. «Como todos los establecimientos de sur de Gran Canaria», explica Estany, «a partir de octubre empiezan a venir las personas mayores porque los jóvenes tienen hijos en edad escolar».

En este tramo intermedio de septiembre, en los próximos días se alcanzará una ocupación del 90% en el Playamar, pero no se va a mantener así, sino que en octubre y noviembre estará en torno al 45-50% y para el invierno, a día de hoy, ya tienen vendidas el 30% de las camas. La pandemia, según el empresario, también ha transformado el mercado, por la incertidumbre, y los turistas ya no planifican sus viajes con seis meses de antelación, sino con reservas de última hora, de 15 días como máximo.

«Nadie se atreve, porque tantas veces se ha dicho que la epidemia se acaba y luego no es así», relata Estany, quien asegura que este tipo de negocios han tenido que hacer grandes esfuerzos para sobrevivir a un cierre tan prolongado. En el caso del Playamar, de los seis empleados habituales, cuatro estuvieron en ERTE y dos siguieron trabajando, un jardinero y un vigilante, pese a que no hubo ningún ingreso de dinero.

Las ayudas al sector, como los 1.400 millones concedidos por el Estado o la devolución de la cuantía del IBI por parte del Gobierno de Canarias, animan a seguir adelante y el 90% de las camas extrahoteleras estarán disponibles.

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