La Provincia - Diario de Las Palmas

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La falta de profesionales cualificados lastra la economía canaria

La industria, el sector audiovisual, los transportes y la construcción no dan con los perfiles que necesitan | Las empresas se ven obligadas a importar mano de obra

Un trabajador de un taller de coches durante su jornada laboral. Carsten W. Lauritsen

A las industrias canarias les cuesta «Dios y ayuda» encontrar personal de mantenimiento. Los mecánicos y electricistas se cotizan mucho en las fábricas del Archipiélago. En general, «todos los puestos relacionados con la electrónica», explicó el presidente de la Asociación Industrial de Canarias (Asinca), Virgilio Correa. Pero el problema no solo lo padece el sector secundario. Ni mucho menos. Los empresarios de la construcción fueron los primeros en alertar sobre las dificultades para hallar profesionales con la formación necesaria. Dificultades que no solo comparten con las industrias, sino también con sectores tan diferentes como los del transporte y el audiovisual. Aunque pueda resultar paradójico en una Comunidad Autónoma con casi un 20% de tasa de paro, las empresas se las ven y se las desean para cubrir puestos. Tanto que actividades que generan alrededor del 35% del Producto Interior Bruto (PIB) están sufriendo en mayor o menor medida esta especie de desabastecimiento de mano de obra. Y eso sin incluir la hostelería, donde pese a su menor especialización llevan años avisando del bajo conocimiento de idiomas de los demandantes de empleo.

La Federación Provincial de Entidades de la Construcción de Santa Cruz de Tenerife y la Asociación de Empresarios Constructores y Promotores de la provincia de Las Palmas ya advirtieron a finales del año pasado que el sector tenía un déficit de unos 15.000 trabajadores. Son solo una parte de los 700.000 profesionales que hacen falta en toda España, según los últimos datos de la Fundación Laboral de la Construcción. Con una mano de obra envejecida –hasta un 70% del personal en activo está cerca de jubilarse– y un creciente nivel de especialización –el sector abarca desde tareas de rehabilitación y aislamiento de edificios hasta incluso domótica–, la escasez de demandantes de empleo cualificados afecta de este modo a una actividad que supone en torno al 11% del PIB del Archipiélago. Una actividad que se ve así frenada ahora cuando debe tener un papel fundamental para la ejecución de los fondos extraordinarios que Europa ha habilitado para la reconversión de la economía del continente.

Y si los constructores se desesperan hasta encontrar personal especializado, tres cuartos de lo mismo les pasa a los industriales. El presidente de Asinca insistió en que las empresas del ramo tienen especiales dificultades para cubrir los puestos de mecánico y electricista, si bien puntualizó que es un problema cada vez más generalizado. «Todo el personal de mantenimiento», subrayó Correa, es difícil de encontrar, máxime de un tiempo a esta parte por el mayor peso de las nuevas tecnologías y la robotización. Es decir, se trata de un personal al que se le exige cada vez mayor formación y especialización, lo que complica la tarea de dar con el perfil adecuado. El problema de fondo es, por tanto, el mismo que en la construcción. No extraña así que los electricistas con buena preparación se coticen a precio de oro en un sector, el industrial, que ya de por sí se caracteriza por pagar salarios por encima de la media –muy por encima de la media en el caso de Canarias– y por una alta estabilidad del empleo. El mercado laboral está así desaprovechando una de las actividades «mejor remuneradas y más estables», apuntó el presidente de Asinca, y que genera alrededor del 8% del PIB de la Comunidad Autónoma.

Más modesta es la aportación del sector audiovisual a la economía isleña, al menos la aportación directa. Algo menos de un punto del PIB que, no obstante, se multiplica de forma considerable si se tiene en cuenta la actividad que genera a su alrededor: negocios de catering, transportes, alojamiento... En todo caso se trata de un sector de gran crecimiento en los últimos años gracias a los incentivos fiscales a los rodajes de películas, series o documentales. Y también está teniendo dificultades para encontrar personal.

Mucho oficio

El gerente del Clúster Audiovisual de Canarias, Jairo López, hizo hincapié en que el buen desempeño en esta actividad está directamente relacionado con la experiencia. Son necesarios «oficio, oficio y oficio», de modo que para trabajar como, por ejemplo, foquista –el primer ayudante de cámara– no basta con la formación que el candidato haya recibido en el aula, «sino que debe haber trabajado antes en bastantes sitios». Se juntan dos factores: primero, la «muy poca formación» que se imparte en materia audiovisual en el Archipiélago; y segundo, el crecimiento de un sector que va muy por delante del de la potencial mano de obra. «Es mayor el número de producciones que llegan a las Islas que el de los profesionales que tenemos», ahondó López. De alguna manera es como la pescadilla que se muerde la cola.

El chico termina su formación y hace las prácticas, pero si en ese momento la empresa donde las hace no tiene ningún rodaje, no adquiere la experiencia necesaria. En ocasiones incluso ha pasado que el período de prácticas termina justo cuando llega ese proyecto que le permitiría al alumno conocer los entresijos del trabajo. Y esto para labores más propias de operarios, porque para ámbitos más relacionados con la gestión, sencillamente «no hay estudios superiores», recordó el gerente del Clúster. ¿Qué les queda entonces a las empresas ante esta situación? Pues importar mano de obra, es decir, traer personal de fuera. De hecho, López ahondó en que hay entidades que se encargan de encontrar el personal necesario para una producción.

Otra actividad lastrada por la escasez de mano de obra es la de los transportes, que junto con el almacenamiento representa casi nueve puntos del PIB. En este caso el mayor problema es el relevo generacional. Son más los trabajadores que se jubilan que los que se sacan los carnés necesarios para cubrir las bajas, lo que da lugar a un déficit anual de medio millar de empleados.

Desde todos los sectores se pone énfasis en que la solución está en buena medida en la Formación Profesional (FP). En «fomentarla», señaló el presidente de Asinca, y en «flexibilizarla», agregó el gerente del Clúster Audiovisual. Una FP dual donde, por ejemplo, no estén fijados de antemano los meses en que los alumnos de audiovisuales tienen que hacer las prácticas, de modo que estas se adapten al momento en que las empresas tienen un rodaje o proyecto.

¿Dónde está la demanda laboral?


Conductores. En el sector de los transportes hacen falta trabajadores que cuenten con los carnés necesarios para conducir camiones, por ejemplo. No hay relevo generacional y hay muchas más jubilaciones que personas en disposición de sustituir a quienes se retiran.

Mantenimiento. En las industrias se cotiza mucho el personal de mantenimiento, como mecánicos y electricistas. A los empresarios les cuesta «Dios y ayuda» encontrar determinados perfiles.

Construcción. La Fundación Laboral de la Construcción ha avisado que la escasez de mano de obra en el sector es generalizada. Hace falta de todo, o casi: albañiles, gruistas, capataces...

Audiovisual. Como la construcción, el sector audiovisual necesita personal cualificado en general.

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