La Provincia - Diario de Las Palmas

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El alza de la luz y las materias primas encarece el menú en los restaurantes

El sector comienza a repercutir los sobrecostes en los precios de la carta | Bocadilos, entrantes y postres están entre los platos que más se incrementan

Una mujer trabaja en la cocina de un restaurante. Delia Padrón

«El aceite, la carne o el pan suben cada semana y hemos tenido que ajustar el precio de toda la carta». Comer fuera de casa es ahora más caro que hace un año. Son muchos los restauradores canarios que se están viendo obligados a repercutir en sus menús parte de los sobrecostes que están registrando, no solo en la compra de los productos con los que elaboran sus platos, sino también los de la factura de la luz, que sube mes a mes, o la de la bombona de butano que está también disparada. 

César Vieira, que regenta la cafetería Mucho Gusto en la capital tinerfeña, asegura que está realizando malabarismos para poder seguir ofreciendo lo mejor a sus clientes pero apunta que ha tenido que modificar los precios de la carta para que su negocio pueda sobrevivir. «Como sigamos así no se dónde vamos a parar», sostiene y enumera que «la pechuga ha subido ya 60 céntimos el kilo y el aceite ha multiplicado por dos su precio, todo sube». «Necesitamos que nos ayuden», recalca. 

«Hemos subido una vez pero es difícil para la clientela aceptar incrementos cada poco tiempo», señala Saúl Medina

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«Hay productos que se han encarecido hasta cuatro veces y no hemos tenido más remedio que subir también», lamenta Saúl Medina, propietario junto a Alejandro González del Bar La Majada, en Gran Canaria. Sin embargo, señala que el negocio «ha perdido rentabilidad» ya que no han podido trasladar a la carta todos los incrementos que han experimentado en los últimos meses. «Hemos subido una vez pero es difícil para la clientela aceptar incrementos cada poco tiempo». 

Los propietarios de bares y restaurantes están ahogados. No solo cada vez es más dificil conseguir ciertas materias primas sino que muchas se han encarecido de forma desproporcionada. «Algún proveedor ya nos ha advertido que debemos aprovisionarnos porque el stock está muy bajo», explica Medina, mientras que otros «no nos dejan comprar la cantidad que necesitamos sino que tenemos un máximo”. 

Mei Chen, de la cafetería Brillante en Santa Cruz, ya tiene asumido que tendrá que incrementar los precios de los platos combinados y bocadillos para poder seguir trabajando. «Nos está afectando mucho», sostiene, antes de añadir que nadie se esperaba que después del cierre y las restricciones derivadas de la pandemia tuvieran que soportar una crisis de estas características.

Sin embargo, para algunos ya es demasiado tarde. Es el caso de Juan que se ha visto obligado a cerrar su zumería asfixiado por el incremento de la factura de la luz. «De un mes para otro el recibo pasó de los 100 a los 500 euros y no te daban facilidades para fraccionar el pago», expone. Su única salida «cerrar antes de seguir perdiendo más dinero». 

La inflación que continúa al alza, espoleada por los altos precios de la energía que repercuten a su vez en el resto de bienes y servicios, ya se ve reflejada en el encarecimiento del precio medio de la oferta gastronómica en Canarias. En concreto, los menús han subido casi un 9%, según lo establecido por un informe elaborado por Delectatech, una compañía especializada en el análisis de datos en el sector de la restauración. Este estudio determina que algunos de los productos que más lo han notado son los bocadillos, los dulces y postres, los entrantes o las recetas que incluyan pescado. 

La subida de precios y el estallido de la guerra en Ucrania ha cortado de golpe la tendencia al alza en el gasto en bares y restaurantes que se venía produciendo tras la reapertura después de lo más duro de la pandemia. Los ciudadanos están retrayendo lo que consumen fuera de casa para tratar de compensar la inflación que devora parte de sus ingresos. Así lo evidencian los datos de gasto con tarjeta de BBVA Research que muestran como a partir del 24 de febrero la inversión en hostelería cae en picado mientras la que se realiza en supermercados aumentó un 40%. Una tendencia que ya están notando los establecimientos de restauración en las Islas que ven como sus clientes piden solo media pulguita para desayunar, espacian sus visitas al establecimiento o ya recurren al socorrido tupper para salvar el almuerzo de la jornada laboral. 

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