Los gigantes eólicos ya están a la puerta del centro de Asturias. La compañía madrileña Aratel Energías Renovables tramita la instalación de aerogeneradores de 220 metros de altura –casi como la chimenea de la central térmica de Aboño, la obra civil más alta de la región– en sierras de los concejos de Pravia, Salas y Cudillero.
En Asturias hay en servicio 24 parques eólicos con 531 aerogeneradores, todos ellos en el Occidente y Suroccidente de la región, donde hay un mejor recurso eólico y las directrices sectoriales son menos restrictivas. La aceleración de la transición energética, que en Asturias se ha dejado notar con el cierre de las centrales térmicas de carbón de Lada y Soto de la Barca, ha disparado el número de proyectos de renovables y en estos momentos el Principado tramita 52 parques eólicos con 301 torres. Los últimos proyectos ya incluyen aerogeneradores de última generación, hasta nueve veces más potentes que los primeros que se instalaron en Asturias y, en consecuencia, con una envergadura mucho mayor, con alturas que superan los 200 metros. La construcción de esos gigantes se estaba planteando hasta ahora en concejos alejados del centro de Asturias, pero la proliferación de proyectos en el Occidente –que ya copan los mejores emplazamientos–, los retrasos en el desarrollo de la eólica marina y las restricciones en amplias zonas del Suroccidente –que el Principado levantará en algunos casos en la próxima revisión de las directrices regionales de ordenación de parques eólicos– están empujando hacia el centro de Asturias los nuevos proyectos.
Ocho molinos
En el límite de la denominada zona de alta capacidad eólica, la empresa madrileña AMR 2 Energías Renovables, perteneciente a Aratel Energías Renovables –que a su vez fue impulsada por el madrileño Grupo Corporativo Arrate y la empresa aragonesa de renovables Maetel– está impulsando el parque eólico denominado IEP-Pravia, que consta de ocho generadores de seis megavatios de potencia cada uno, el máximo disponible en estos momentos en el mercado para la eólica terrestre. Las torres de los molinos tendrán una altura de 135 metros y el diámetro de los rotores será de 170 metros. Desde la base de la torres hasta el extremo de las palas, cada aerogenerador tendrá una altura de 220 metros, tres veces más que la torre de la catedral de Oviedo.
El parque eólico se ubicará en las sierras de Pumar y de Villarín, entre cotas de 500 y 700 metros sobre el nivel del mar. En concreto, los aerogeneradores se instalarán entre el pico de Andolinas y el pico Candanéu. Los ocho molinos de viento estarán interconectados por medio de una línea subterránea y desde una nueva subestación se evacuará la energía mediante una línea aérea de alta tensión de doble circuito con una longitud de más de 6,5 kilómetros que verterá a la subestación eléctrica existente denominada Pravia.
El parque eólico IEP-Pravia superó el trámite de selección en competencia y el Principado a sacado a información pública el documento inicial de evaluación de impacto ambiental. En lo que va de 2022 han superado la selección en competencia e iniciado la tramitación seis parques eólicos. Además del IEP-Pravia están los de La Artosa, Sierra de Busto, La Cogocha, Mouxada y Rebustiello.
Acceso a las redes
Muchos de los proyectos de parques eólicos que están en tramitación en Asturias ya cuentan también con el necesario permiso de acceso a las redes de transporte eléctrico. Según datos de Red Eléctrica de España cerrados a 30 de junio de 2022, en Asturias hay más de 1.000 megavatios de eólicos con permiso de acceso a la red a sumar a los casi 700 megavatios en servicio. Además, hay otros 400 megavatios con la gestión en curso.
Desde el Gobierno regional se ha reiterado en distintas comparecencias en la Junta General que es necesario desarrollar energías renovables para tapar el hueco de 2.200 megavatios que dejará el cierre de las centrales de carbón; que los proyectos de eólicos deben superar una "garantista" tramitación ambiental, y que la experiencia señala que sólo una parte de los proyectos acaba materializándose. Diferentes colectivos vecinales y de conservacionistas han denunciado que en los estudios medioambientales no se tiene en cuenta el efecto acumulativo de los parques eólicos concentrados en el Occidente.
