Comerse el mar y no solo mirarlo

Los canarios son, con 14,5 kilos al año, los que menos pescado consumen de toda España

Los armadores de Anacef lanzan una campaña para revertir la tendencia

Productos expuestos en una pescadería del Mercado Municipal de Telde.

Productos expuestos en una pescadería del Mercado Municipal de Telde. / JUAN CASTRO

Julio Gutiérrez

Julio Gutiérrez

Bañada por el océano por sus cuatro costados, Canarias es, sin embargo, la comunidad autónoma española que menos pescado consume; hasta un 25% menos que la media del país. La asociación de buques arrastreros congeladores españoles Anacef, con sede en la capital grancanaria, lanza una campaña para revertir la situación y asegura que el precio no motiva la escasa presencia de sus capturas en las mesas isleñas.

Islas, rodeadas por el océano, medio en el que viven los peces; nada que añadir a lo que se aprende en los primeros años de escuela. Peces que se pescan, se comercializan y se incorporan al menú, pero, sin embargo, en las mesas canarias en menor medida que en las tierras de secano de ambas castillas, Madrid o La Rioja. La paradoja admite el debate, pero más allá de este y sin perderlo de vista por si aparece una causa objetiva, Anacef (Asociación Nacional de Buques Congeladores de Pesca de Cefalópodos) quiere que los isleños se citen con el jurel, la pota o la merluza, por ejemplo, a la hora de la comida y la cena.

A lo largo de 2022 cada canario consumió 14,5 kilogramos de pescado, un 25% menos de los 19,2 kilos en que se situó la media nacional. Si la comparación se establece con los asturianos, los que más pescado utilizaron en sus cocinas –24,5 kilos por persona–, la diferencia se dispara hasta el 43%. 

¿Qué motivos pueden explicar gaps de estas dimensiones en una de las comunidades autónomas con mayor protagonismo del medio marino? «Ni es nuevo, es algo que se arrastra desde hace tiempo, ni el escaso consumo es exclusivo en Canarias». Lo asegura Silvia Solís, subdirectora general de Sostenibilidad Económica y Asuntos Sociales de la Dirección General de Ordenación Pesquera y Acuicultura del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Hay gran variedad de cefalópodos y pescados asequibles, por lo que el precio no es un obstáculo

En su opinión, «la falta de conocimiento», pero no ya del producto, «sino de las maneras de prepararlo», tiene mucho que ver. Y desde luego, lo que no tiene que ver, contra «el mito que se debe desterrar», afirma el gerente de Anacef, Juan Carlos Martín, «es el precio. Descargamos unas 20.000 toneladas de pescado al año [distribuidas principalmente en España y el resto de Europa], que suponen una facturación aproximada de entre 55 y 60 millones de euros».  

Por tanto, el precio medio del kilo es de entre 2,80 y 3 euros. «Claro que si quieres comer rodaballo o marisco todos los días va a ser caro», explica Martín, «pero vendemos jurel congelado en el momento por 1,5 euros o incluso menos, y tronco de merluza sin cabeza y eviscerada a 4 euros».

Ocho restaurantes

Aun señalando que hasta que el pescado llega al consumidor hay otros pasos que encarecen el producto –transporte, comercialización, impuestos...–, no es el precio una circunstancia determinante para explicar la escasa presencia de pescado en la dieta de los hogares isleños. Si el problema no está en los castigados bolsillos de los canarios, Anacef entiende que hay una cuota de mercado a la espera de ser seducida con productos como el pescado y los cefalópodos.

Desde hoy, la revista mensual de la aerolínea Binter desgrana en un reportaje la campaña We like fish, en la que colaboran cuatro restaurantes grancanarios –El Pote, Bar Imperial, Enoteca El Zarcillo y Vinófilos Triana– y otros tantos de Tenerife –Cofradía La Laguna y el Mar, Taberna Vasca Txupinazo, El Capricho de Nicomedes y Taberna Iruña– que comercializarán las capturas de la Organización de Productores Pesqueros (OPP) Anacef.

Anacef culpa a flotas como la rusa o la china de la «esquilma» que provoca la migración de miles de africanos

Con sede en Gran Canaria, la asociación surgió para la defensa de los intereses de los armadores españoles –quince en la actualidad con 16 buques arrastreros congeladores– en caladeros de África occidental y del Atlántico suroccidental. Los barcos asociados operan en aguas de Marruecos, Mauritania, Senegal, Gambia, Guinea Bissau, Guinea Conakry, Liberia, Sierra Leona y Cabo Verde «al amparo de acuerdos de pesca sostenible entre los países terceros y la Unión Europea o también por acuerdos privados».

La esquilma rusa y china

Juan Carlos Martín quiso también salir al paso de algunas de las afirmaciones vertidas recientemente en torno a las causas que generan el fenómeno migratorio. El gerente de Anacef asegura que no están detrás de la esquilma de recursos que empuja a un número indeterminado de africanos dedicados a la pesca a aventurarse a bordo de una patera. 

«Los acuerdos nos obligan a contar con la población de esos países para cubrir un porcentaje elevado de la tripulación. Por supuesto, sin discriminación salarial, y si nos obligan a un 60%, metemos un 70%», asegura Martín, para añadir que también están obligados a operar con criterios de sostenibilidad. «Somos los primeros interesados en que no haya sobreexplotación», afirma, para culpar a flotas como «la rusa o la china» de la «esquilma» que deja sin trabajo a los pescadores locales.

Las principales especies que captura la flota de Anacef son: pulpo, pota argentina, pota negra, calamar patagónico, merluza negra, merluza de Senegal, merluza argentina y jurel.

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