Inversión extranjera y talento local: una alianza para el crecimiento sostenible

La multinacional tabaquera JTI, presente en las Islas desde hace más de 60 años a través de su fábrica de Tenerife, ha anunciado su intención de trasladar a Canarias la producción de algunos formatos de las marcas Winston y Camel, que hasta ahora se manufacturaban en Alemania y Polonia. Este movimiento, que incrementará en un 40% la capacidad productiva de la planta, estará respaldado por una potente inversión de 46 millones de euros.

Tal y como ha ocurrido a lo largo de la historia del emblemático centro productivo, el compromiso de su equipo será clave para afrontar este nuevo desafío. Y es que las personas son la fuerza impulsora detrás de cualquier iniciativa de éxito. Su talento, y capacidad para afrontar los retos que se van presentando constituyen los cimientos sobre los que se pueden construir proyectos sólidos y sostenibles a largo plazo.

José Alberto Hernández, responsable del departamento de Producción, es un testigo de excepción de cómo ha evolucionado la fábrica a lo largo del tiempo. Lleva 32 años trabajando en la planta, una vida, y a lo largo de su extensa carrera ha desempeñado diferentes cargos y responsabilidades hasta llegar a su posición actual. “Me incorporé a la plantilla en el año 1991, pero no sería hasta 2007, momento en el que la fábrica pasó a pertenecer íntegramente a JTI, cuando verdaderamente despegué como profesional. Al principio fue duro porque el cambio de mentalidad fue radical y tuvimos que amoldarnos a una nueva forma de trabajar con unos estándares de calidad muy exigentes, pero también bonito y emocionante. La compañía quiso apostar por el talento local y puso los medios para que la adaptación fuese lo más sencilla posible para todos”.

La fuerza combinada de tecnología, inversiones y talento humano ha hecho posible que la fábrica de Tenerife haya ido ganando protagonismo frente a los otros 37 centros productivos que JTI posee en el mundo

En este sentido, Hernández valora por encima de cualquier otro aspecto las oportunidades de desarrollo que la multinacional brinda a sus empleados. «En JTI, la cultura laboral es única; te cuidan, te ofrecen la posibilidad de crecer, de formarte para asumir nuevos roles y donde sientes que tus opiniones importan y son escuchadas. Es como una gran familia donde todos se apoyan».

Además de promover la promoción interna y la capacitación constante de sus colaboradores, JTI ha invertido en la última década más de 75 millones de euros en la ampliación y modernización integral de la planta, convirtiéndola en uno de los centros más punteros de Europa. La fuerza combinada de tecnología, inversiones y talento humano ha hecho posible que Tenerife haya ido ganando protagonismo frente a las otras 37 fábricas que JTI posee en el mundo.

«He tenido la oportunidad de visitar muchas de las fábricas de JTI, desde Rusia hasta Andorra, una experiencia muy enriquecedora que ensancha tu perspectiva y te permite integrar las mejores prácticas a tu trabajo diario. Sin embargo, el ambiente de trabajo que se respira en Tenerife es único. Todos nuestros compañeros quieren venir aquí”, afirma con orgullo Hernández.

En cuanto al traslado de la producción a Tenerife de algunos formatos de Camel y Winston, Hernández subraya el enorme reto que supone en términos operativos, pero también el positivo impacto que tendrá en todo el tejido económico de las Islas.

“Incrementar el volumen de producción no solo es una buena noticia para JTI sino que nuestros proveedores principales, así como otras muchas empresas vinculadas a la actividad de nuestra fábrica, se verán igualmente beneficiadas por esta decisión”.

"En JTI, la cultura laboral es única; te cuidan, te ofrecen la posibilidad de crecer, de formarte para asumir nuevos roles y donde sientes que tus opiniones importan y son escuchadas. Es como una gran familia donde todos se apoyan"

Es relevante señalar que el aumento en la producción también contribuirá a incrementar significativamente las exportaciones de tabaco en Canarias, que por primera vez superarán a las del plátano, según estimaciones de la compañía.

Las fábricas del futuro, hoy

Junto con la modernización de maquinaria e instalaciones, JTI ha destinado un parte importante de sus inversiones en los últimos años a potenciar la eficiencia de la fábrica, posicionándola como un ejemplo en términos de sostenibilidad y cuidado del medioambiente.

“Este año conseguiremos generar el 25% de la energía que consumimos y que esta sea además limpia, de fuentes solares. En paralelo, estamos trabajando en otros proyectos, como el reemplazo de luminarias tradicionales, instalación de sensores de presencia, sustitución de motores por otros modelos más eficientes o almacenamiento de energía a través de baterías, este último aún en fase de estudio, con el objetivo de minimizar el impacto de nuestra actividad en el entorno”, señala Sabrina González, manager del departamento de Ingeniería.

La ingeniera, que se incorporó a JTI hace 11 años, destaca que el equilibrio que existe entre la pertenencia a un grupo con unos estándares muy rigurosos y la autonomía para idear e impulsar proyectos propios ha sido clave para avanzar en el ámbito de la sostenibilidad. “Existe un conjunto de requerimientos globales que todos los centros productivos debemos cumplir, pero cada fábrica tiene margen para adaptar los planes a su propia realidad y proponer nuevas iniciativas”, explica.

“Contamos con un sistema interno que permite a cada empleado aportar libremente sus sugerencias, y las mejores propuestas son reconocidas y premiadas. Sin ir más lejos, uno de los proyectos que estamos implementando actualmente, que consiste en el uso de válvulas y sensores que garantizan la presión mínima necesaria por máquina, de manera que el equipo de suministro general puede reducir su consumo en un 20%, partió de una propuesta de nuestro departamento de Ingeniería”.

“Tenemos una máxima clara: si el servicio existe aquí y podemos contratarlo aquí, el negocio se queda en Canarias”

Con la mirada puesta en el futuro, González considera también que el notable aumento de la producción que va a experimentar la fábrica en los próximos meses tendrá una repercusión muy positiva ya que “la actividad de la planta no solo genera beneficios directos para JTI, sino que impulsa un movimiento económico más amplio en toda la región. La maquinaria, por ejemplo, se compra a proveedores internacionales, pero contamos siempre con contratas locales para su instalación y mantenimiento. Tenemos una máxima clara: si el servicio existe aquí y podemos contratarlo aquí, el negocio se queda en Canarias”.

“Aunque en primera instancia debamos asumir esfuerzos importantes para adaptarnos al nuevo escenario y cumplir con los planes de producción de la compañía, queremos seguir demostrando que somos una fábrica solvente, preparada y en la que se puede confiar. Estamos acostumbrados al cambio y este nuevo desafío nos permitirá, sin duda, seguir reforzando nuestra imagen en el exterior como un centro productivo de primera línea, capaz de afrontar cualquier reto sin perder su esencia cercana y familiar, muy alabada por los miembros de JTI de otras localizaciones”, resume la ingeniera.