Casi la mitad de los contratos indefinidos en Canarias es a tiempo parcial

Solo uno de cada cuatro acuerdos laborales firmados en 2023 en las Islas es ‘fijo’ a jornada completa

El 69% de los temporales dura menos de un mes

Obreros trabajan en la remodelación de un parque público de las Islas.

Obreros trabajan en la remodelación de un parque público de las Islas. / Carsten W. Lauritsen

En 2021 se firmaron en Canarias 37.815 contratos indefinidos. El año pasado se suscribieron 282.793. La reforma laboral ha multiplicado casi por ocho el número de este tipo de contrato en la Comunidad Autónoma. Un hecho que el Gobierno central insiste en recordar cada vez que tiene la oportunidad. Sin embargo, un contrato indefinido no le proporciona al trabajador un blindaje automático frente a la precariedad. Al menos no siempre. Hasta un 46% de esos casi 283.000 acuerdos de duración indefinida rubricados en 2023 en el Archipiélago, es decir, cerca de la mitad, es o fue a tiempo parcial.

La precariedad laboral es el resultado de la diabólica combinación de tres factores: el desempleo, la temporalidad y la parcialidad. El desempleo siempre es en Canarias un problema mayor que en el conjunto del Estado. Tanto en períodos de crisis como en fases de bonanza económica, la tasa de paro en las Islas está, de forma irremediable, por encima y hasta muy por encima de la media nacional. Al cierre de 2023, la tasa de desempleo se situó en España en el 11,8%; y en la Comunidad Autónoma, en el 16,2%, casi cinco puntos más. Luego están la temporalidad y la parcialidad, los dos factores responsables de convertir a muchas personas en trabajadores pobres. Personas con contratos de corta o muy corta duración y/o que tienen jornadas inferiores –y por lo tanto también ingresos inferiores– a la del empleado a tiempo completo. Uno de los grandes objetivos de la reforma laboral promovida por la ministra Yolanda Díaz era precisamente paliar la temporalidad y la parcialidad, y si bien es evidente que hay menos contratos temporales y más indefinidos, no es menos cierto que la calidad de los mismos está tan en entredicho como antes de la reforma.

La duración de las contrataciones suscritas el año pasado fue la menor desde 2006

En el capítulo de los indefinidos, de esos 282.793 registrados en Canarias a lo largo del año pasado, 152.706 eran o son a jornada completa. Son el mayor logro de la reforma laboral, cuando menos desde la perspectiva del trabajador y en términos estrictamente cuantitativos. La supresión del contrato por obra o servicio –se firmaron 167.000 en la región durante 2021–, la eliminación del eventual –hasta 302.000 en aquel último año prerreforma– y, en definitiva, la preponderancia normativa que se le ha dado a la modalidad indefinida han desembocado en ese mucho mayor peso de este tipo de acuerdo en el mercado laboral del Archipiélago. Con todo, un contrato indefinido no es un contrato fijo, por mucho que en ocasiones se los pretenda equiparar. Es, sencillamente, un acuerdo sin fecha de extinción preestablecida. Ni más ni menos. Por eso hay paradojas que en realidad no lo son; por eso en 2023 se firmaron en España más de 6,1 millones de indefinidos y, sin embargo, la duración media de los contratos –46,36 días– fue la más baja desde 2006, la más baja en 17 años. El hecho de que la duración de los acuerdos esté en mínimos de casi dos décadas pese a que se suscriben menos convenios temporales que nunca evidencia cómo, efectivamente, un contrato indefinido no es siempre sinónimo de larga duración, y mucho menos de contrato fijo.

La reforma laboral se revela más eficaz ante la temporalidad «contractual» que contra la parcialidad

Además, y al margen de esos 152.706 acuerdos a jornada completa, la otra mitad de los indefinidos, el otro 46% para ser exactos, es a tiempo parcial. Un total de 130.087 contratos de los cuales 44.496 son o fueron fijos discontinuos –una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Galicia, que sienta doctrina, ya ha dejado claro que los fijos discontinuos son de facto acuerdos a tiempo parcial– y los restantes 85.591, contratos a jornada parcial propiamente dichos. Así que cerca del 50% de los convenios indefinidos rubricados en la región, casi uno de cada dos, está afectado por la parcialidad. En definitiva, una mayor cantidad de contratos indefinidos no significa per se una mayor calidad de las relaciones laborales. En este sentido, la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), uno de los think tank o centros de investigación más prestigiosos del país, ya avisó en un reciente informe que aunque la reforma laboral ha contribuido sobremanera al objetivo de reducir la temporalidad «contractual» –no confundir con la real–, no ha sido tan eficaz en la mitigación de la inestabilidad, la parcialidad y, al fin, la precariedad. En esta línea hay que apuntar que de los alrededor de 650.000 contratos, de todas las modalidades, registrados el año pasado en las Islas, menos de un 24% –algo menos de uno de cada cuatro– era indefinido a jornada completa.

En cuanto a los convenios temporales, la estadística del Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE) muestra el enorme peso que la hipertemporalidad, esto es, los contratos de muy corta duración, tiene en el mercado laboral de la región. De los 235.271 acuerdos suscritos en 2023 por circunstancias de la producción –el tipo de convenio temporal más habitual en el Archipiélago–, hasta 162.331, un 69%, duraron menos de un mes. El otro contrato temporal más numeroso, el de sustitución, lo utilizaron empresas y trabajadores de la Comunidad Autónoma un total de 84.558 veces, en su mayor parte sin duración determinada.

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