Los canarios encadenan cuatro años de pérdidas de poder adquisitivo

La revalorización de los salarios en el arranque de 2024 tampoco logra doblegar la inflación

Los sueldos mejoran en las Islas por debajo de la media nacional

Una chica mira el anuncio de rebajas en el escaparate de un comercio.

Una chica mira el anuncio de rebajas en el escaparate de un comercio. / ANDRÉS CRUZ

En 2021, el año en que se gestó la crisis de precios, la inflación se situó en Canarias al cierre del ejercicio en el 5,8% en tasa anual. Ese año, los salarios subieron en las Islas poco más de un 2% de media, de modo que el coste de vida se encareció casi cuatro puntos más, mucho más, de lo que se incrementaron los sueldos. En 2022, la inflación cerró el ejercicio en el mismo porcentaje que en 2021, esto es, en el 5,8%. Ese año, la revalorización salarial media se quedó en el 2,8%, tres puntos por debajo del alza experimentada por el Índice de Precios de Consumo (IPC). Llegó entonces 2023.

El IPC en tasa anual despidió el año pasado en el 3,8%, mientras que el incremento medio de las nóminas de los asalariados canarios no pasó del 3,5%, una subida notable que, aun así, resultó inferior a la del precio de la vida. En consecuencia, los trabajadores, las familias trabajadoras de la Comunidad Autónoma, llevan a sus espaldas un trienio de pérdida de poder adquisitivo, o lo que es lo mismo: llevan un trienio empobreciéndose por más que haya quienes disfrutaron de una mejora en la nómina.

Lo peor, con todo, es que 2024 amenaza con continuar la racha y convertirse en el cuarto año consecutivo de caída del poder de compra de los hogares de la región. No en vano, el primer trimestre también ha salido cruz para los asalariados, con la vida encareciéndose a mayor ritmo del que se revalorizan los sueldos.

El Ministerio de Trabajo y Economía Social, que dirige Yolanda Díaz, actualizó este miércoles la estadística mensual de convenios colectivos con los datos de marzo. Al cierre del primer trimestre de 2024, los convenios con efecto en este mismo año incluyen una revalorización salarial media, a nivel nacional, de un 2,91%. En Canarias, sin embargo, la subida media es algo inferior, de un 2,75%.

Resulta así que los sueldos se han incrementado en las Islas en lo que va de año ligeramente por debajo de lo que lo han hecho en el conjunto de España –siempre en cifras promedio–, si bien es necesario tener en cuenta la variable de la inflación, de los precios, para ver si los asalariados pierden o ganan poder adquisitivo. No en vano, un trabajador al que se le sube la nómina un 10% no necesariamente gana capacidad de compra. Si el IPC, esto es, el coste de la vida –la cesta de la compra, la luz, el agua, la bombona de butano, la gasolina…–, se encarece un 11, un 12 o un 13%, el trabajador del ejemplo habrá perdido poder adquisitivo, se habrá empobrecido. Por el contrario, un empleado al que su empresa le concede una modesta subida del 1% ganará capacidad de compra, será un poco más rico, si la inflación se queda por debajo del punto porcentual.

En definitiva, una cosa es el valor nominal de algo, en este caso el valor nominal del sueldo, y otra cosa es el valor real del mismo. Dicho de otro modo: si usted gana 2.000 euros al mes, siempre le será mejor cobrar cien euros más con la inflación en un saludable 2% que cobrar 150 más con el IPC en el 15%. Es esto último, a grandes rasgos, lo que ha vuelto a suceder en el arranque de 2024.

La inflación se situó al término del primer trimestre, en tasa anual, en el 3,2%. Es decir, casi tres décimas por encima de la revalorización salarial media en España y cerca de medio punto por encima de la revalorización salarial media en el Archipiélago.

Esto significa que tanto el trabajador tipo español como el trabajador tipo isleño despidieron los tres primeros meses del año un poco más pobres que cuando lo comenzaron. Ambos pueden comprar menos cosas y recibir menos servicios aun cuando han tenido subidas de sueldo, en especial los canarios, ya que la brecha entre el alza de la nómina y el alza del IPC es en su caso mayor. Es más, ese 3,2% en el que se colocó la inflación al finalizar el último trimestre es el dato nacional, pero si se toma como referencia el porcentaje en la Comunidad Autónoma, que el Instituto Nacional de Estadística publicó este viernes, la brecha entre la inflación y la revalorización salarial es aún mayor.

El Índice de Precios de Consumo se fue en marzo en las Islas, en tasa anual, hasta el 3,5%, con lo que se mantiene, como estaba previsto, por encima de la media estatal. En enero, la tasa nacional fue del 3,4%; la canaria, del 4%. Y en febrero, el alza se moderó tanto a nivel estatal, al bajar al 2,8%, como regional, donde disminuyó hasta el 3,1%, aunque una vez más con un peor porcentaje en el Archipiélago.

En la Comunidad Autónoma se combinan así, para pesar de su clase trabajadora, dos factores: una inflación más alta que en el conjunto de España y una menor subida salarial media. La negociación colectiva, por tanto, todavía no ha logrado asegurar el poder adquisitivo de los asalariados, que un año más, y van cuatro, ven cómo los precios en el supermercado, en la gasolinera, en el bar o en el restaurante suben más que sus nóminas.

Es verdad que cuando la patronal y los sindicatos se sientan para negociar un nuevo convenio colectivo, o la modificación de uno ya existente, suelen tener en cuenta el factor del IPC, y también es verdad que el incremento suele ser mayor justamente para evitar la merma en la capacidad de compra; sin embargo, no es menos cierto que las condiciones heredadas de años anteriores revelan que empresarios y representantes sindicales infravaloraron el factor de la inflación. Además, hay que tener en cuenta que no todos los trabajadores están cubiertos o protegidos por un convenio colectivo. Los hay con convenios sin vigencia, caducados, y directamente sin convenio alguno.

En el caso de Canarias, esa revalorización salarial media del 2,75% en lo que va de 2024 la disfrutan 190.816 empleados de 11.916 empresas. Lo mismo que el alza pactada en 2023, del 3,5%, benefició a 297.347 asalariados de 26.491 entidades. El resto, exceptuados quienes cobran el sueldo mínimo, que se ha subido en varias ocasiones en los últimos años, ha de esperar los resultados de la negociación colectiva, o de la negociación directa o individual con sus empleadores, para caminar por 2024 con un poco más de dinero en los bolsillos.

A medida que se incorporen nuevos convenios a la estadística se podrá comprobar si al fin se doblega, o no, el temido Índice de Precios de Consumo.

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