En el año 2018, la Asociación Española de Contabilidad y Administración de empresas (AECA) puso en marcha la Fundación Contea para impulsar la educación económica y financiera en la sociedad. Esta entidad sin ánimo de lucro se dedica a elaborar análisis, informes y contenidos formativos que distribuyen a través de diversos canales de difusión y, de forma presencial, en centros de enseñanza, entidades profesionales y otras instituciones. 

El refuerzo de la cultura financiera en los estudiantes de 6 a 18 años es una de sus principales misiones. Para ello, además de poner el foco en nociones específicas de contabilidad y administración de empresas, también busca fomentar la creatividad, el emprendimiento, la diversidad o el liderazgo ético y responsable. Tampoco dejan de lado la formación de los educadores, que gestionan a través de acuerdos con los centros, y el fomento de iniciativas y proyectos de terceros a través de premios, becas, ayudas y financiación.

Con motivo de la celebración del Día de Educación Financiera, ‘activos’ entrevista a José Luis Lizcano, director gerente en AECA y secretario de Contea, y José Manuel Oviedosenior advisor en la fundación.

En general, ¿cómo es el nivel de conocimientos financieros o cultura financiera en España? ¿Por qué?

Informes y encuestas realizados sobre conocimientos financieros posicionan a España en un nivel medio, con necesidad de mejora. Así lo indican los sucesivos informes PISA, que evalúan estudiantes de entre 13 y 15 años, respecto a otros países de la OCDE.

En Europa, Reino Unido y Países Bajos Europa son países punteros de la educación económico-financiera en los centros de enseñanza: son pioneros en la elaboración y lanzamiento de estrategias nacionales de educación financiera, existe un apoyo del gobierno y se ha introducido como asignatura obligatoria en el currículo escolar, como se desprende del estudio realizado por Fundación Contea y Fundación PwC (2018).

En España, la educación económico-financiera a nivel preuniversitario se incluye en el currículo escolar a partir de 2014. En el caso de Secundaria, que comprende ESO (12-16 años) y Bachillerato (16-18 años), las materias que se imparten de Economía, Finanzas, Administración de empresas o Emprendimiento tienen carácter de ‘asignatura opcional’ y no abarcan a todos los estudiantes, al dejar fuera a los alumnos de Bachillerato de Ciencias y Arte. Los cambios anunciados por la nueva Ley de Educación (LOMLOE) racionalizan la oferta, pero lo importante será analizar los contenidos de las asignaturas que vean la luz.

Para el resto de la población, destaca la iniciativa de la plataforma Finanzas para todos (promovida por el Banco de España y la CNMV), que agrupa a organismos gubernamentales y entidades adheridas (entre las que se encuentra la Fundación Contea). En nuestra opinión, la plataforma necesita reconocimiento institucional por su larga trayectoria y experiencia y un mayor involucramiento en una estrategia nacional de educación financiera.

¿Existe algún beneficio o ventaja en formar en cultura financiera a los niños? ¿Cuáles son?

Sí. Señalaremos un par de ellos: comprensión del valor y uso del dinero y el ahorro, y entendimiento de la importancia de la planificación de decisiones económicas.

Pongamos un ejemplo. Un menor puede recibir dinero de diversos medios: la paga semanal, por su cumpleaños, haber superado el curso escolar, una atención de los parientes, por realizar trabajos caseros, por ayudar a los vecinos en alguna tarea... Si nadie le indica qué hacer con ese dinero, probablemente se gastará todo de una forma rápida y compulsiva.

Si se le enseña con ejemplos: que existen gastos imprevistos, que algunos ingresos que recibe son esporádicos, qué existen artículos que le gustaría comprar pero que no tiene suficiente dinero (idea del valor y uso del dinero) y que esto se puede solucionar no gastando todo en el primer momento (idea del ahorro). Con ayuda, se predispone al menor a que tome nuevas decisiones, distinta a la inicial y que le reportará satisfacción en un futuro no lejano (idea de planificación).

 ¿Qué conceptos financieros básicos deben aprenderse o abordarse en el entorno familiar?

Consideramos que los conceptos financieros deben ir acompañados siempre de una educación en valores, si no la labor realizada queda incompleta. En el entorno familiar, y a edades tempranas, son importantes conceptos tales cómo el dinero, el ahorro y el presupuesto.

Cuando nos referimos a educación en valores podemos especificar, por ejemplo, el esfuerzo que supone ganar dinero, la procedencia del mismo, en qué se va a gastar…

De izquierda a derecha: José Luis Lizcano, secretario de Fundación Contea, y José Manuel Oviedo, senior advisor de la entidad. ACTIVOS

En los colegios o institutos públicos, ¿tiene cabida esta materia?

Por supuesto. Ya hemos comentado que las decisiones financieras se toman a edades tempranas y, por tanto, los conocimientos que permiten tomar esas decisiones deben abordarse en los centros docentes, no sólo públicos sino también en los privados y concertados.

Nos gustaría recordar que entre los contenidos de educación económico-financiera que se incluyeron en el currículo español en 2014, en quinto de Primaria (10-11 años), y dentro de la asignatura de Ciencias Sociales, en el tercer bloque 'Vivir en sociedad' se abordan conocimientos de tipo financiero. También en esa misma etapa algunas comunidades autónomas han desarrollado asignaturas similares.

No obstante, en la Fundación Contea creemos que la manera de impartir estas materias es fundamental a la hora de introducir unos conocimientos básicos sobre economía y finanzas, por lo que es necesario utilizar los estilos de aprendizaje y herramientas adecuadas (métodos didácticos interactivos, uso de las TIC, etc.) en cada momento.

 A la hora de repartir ‘responsabilidades’, ¿cuánto peso tiene el entorno familiar y cuánto el sistema educativo? ¿Qué tareas pendientes y puntos de mejora tiene cada uno de ellos?

Es importante que el entorno familiar suministre educación económica y financiera, con contenidos y herramientas suministrados externamente, y que puedan desarrollar ante el menor con una formación previa.

A su vez, el sistema educativo tiene importantes retos y debe asumir el peso de la responsabilidad ante la educación económica y financiera . La Fundación Contea destaca las siguientes áreas de mejora:

  • Contenido del currículo: mayor involucramiento de expertos independientes en su elaboración. Estructurar el contenido del currículo según el avance de la etapa educativa. Implantar esta educación para todo el alumnado de Secundaria y FP. 
  • Modelo educativo: incorporar métodos más didácticos e interactivos. Desarrollar proyectos prácticos y colaborativos. Incorporar experiencias en el mundo laboral. 
  • Profesorado: fomentar el desarrollo y mejora continua de los docentes. Formación orientada a contenidos del currículo. Incentivar la formación continuada.

Destacar también el importante papel de las instituciones y las entidades privadas que han de colaborar estrechamente para mejorar en materia de educación financiera la posición de nuestro país en el contexto internacional. Una muy buena iniciativa en este terreno representa la celebración del día de la Educación Financiera, impulsada por Banco de España y CNMV, en colaboración con los Ministerios de Economía y Educación y un gran número de entidades, como Fundación Contea, dentro del Programa Finanzas para Todos. 

Y en cuanto a las Administraciones, ¿qué pueden y/o deben hacer para fomentar una mejor cultura financiera en España?

El Ministerio de Educación, junto con las Consejerías de las comunidades autónomas, deben impulsar y liderar el objetivo de que la educación financiera cubra a todo el espectro de la población adulta. Hay necesidad de aunar voluntades políticas en torno a la educación financiera y de diseñar una estrategia general, con planes específicos para cada segmento de población.

También de dotar de recursos adecuados dicho plan, que permitan disponer de programas de educación económico-financiera y una potente red de organizaciones y asociaciones, públicas y privadas.

Apoyar los estudios y la investigación que nos permitan conocer fielmente la situación actual de la que partimos que permita elaborar un plan de actuación y unos objetivos de mejora a alcanzar. La Fundación Contea, junto con la Fundación María Jesús Soto, han puesto en marcha el proyecto 'Mapa de la Educación Económico-Financiera Preuniversitaria en España' que pretende conocer la situación de la enseñanza de las materias relacionadas con Economía, Finanzas, Contabilidad, Administración de Empresas y Emprendimiento en los centros preuniversitarios (inicialmente en estudiantes de 12 a 18 años). La dispersión en la información y la falta de datos sobre estas materias nos obliga a dirigirnos a las Consejerías de Educación de las CCAA para saber cuál es la situación de la que partimos en el conjunto de España. Tener una visión general en lo que se refiere a las materias indicadas es un buen punto de partida. 

¿Circunstancias globales como una pandemia o el cambio climático pueden afectar en la educación financiera? ¿De qué forma?

La educación económica y financiera ha adquirido especial relevancia y atención en el contexto socioeconómico global tras la crisis financiera de 2008, impactando de manera desigual en los diferentes países europeos.

Aquellos con peor formación económico-financiera presentan economías más débiles y fueron más vulnerables.

La pandemia nos ha hecho desempolvar, entre otros efectos, los conceptos de incertidumbre y riesgo, no sólo a nivel empresarial sino también a nivel de los hogares. Y han puesto en primer plano los de sobreendeudamiento y ahorro. Por eso es necesario incidir en la necesidad de la educación financiera, tanto en los centros docentes como en el resto de la población, que permita una correcta toma de decisiones financieras.

El cambio climático es un hecho, y ahora se trata de determinar si es reversible o no. Para ello todos los estados deben ponerse de acuerdo en racionalizar todos los procesos que han conducido a esta situación. Adicionalmente, están apareciendo conceptos nuevos relacionados con la sostenibilidad y nuevos productos de inversión que deben ser asumidos por las empresas y los ciudadanos. Para entender esta nueva dimensión y poder tomar decisiones financieras, insistimos en la necesidad de dotar a toda la sociedad con una educación económica y financiera adecuada.