El presidente de Canarias y principal dirigente de CC, Paulino Rivero, se ofreció ayer al que ya considera futuro nuevo jefe del Ejecutivo central, Mariano Rajoy, para una estrecha colaboración en la próxima legislatura al considerar que el líder del PP necesitará, aunque logre una amplia mayoría absoluta en las urnas, contar con un amplio apoyo político en el Congreso para afrontar la grave situación de la economía española.

Rivero, que pronostica un aumento del paro para el próximo semestre hasta los 5,4 millones de desempleados (una tasa del 23%), prevé una importante contestación social para el año 2012 ante los necesarios ajustes que el nuevo Gobierno tendrá que seguir aplicando y advirtió al PP que "este momento no se resuelve con mayorías absolutas, sino que tiene que buscar los máximos apoyos en el Congreso".

Rivero dijo que "Canarias y CC buscarán estar en esos acuerdos", en los que considera necesario que esté también el PSOE, pero que cree difícil porque no ve la "responsabilidad necesaria" en los dos grandes partidos para alcanzarlos.

El dirigente nacionalista insistió en que el Archipiélago es "más vulnerable" ante la crisis y que si el nuevo Gobierno no toma a Canarias como un asunto de Estado, acabará convirtiéndose en una "problema de Estado". Por ello, tras recordar el "esfuerzo de lealtad" de los últimos años por parte del Ejecutivo regional y de la propia CC, espera que "el próximo gobierno tenga el mismo tacto para la situación de Canarias" que ha tenido el de José Luis Rodríguez Zapatero.

En un desayuno informativo antes varias decenas de representantes empresariales en Madrid, organizado por el Executive Forum España, Rivero advirtió al PP que sus recetas de 1996 no servirán: "Esa medicina milagrosa que tienen guardada en el botiquín para el día 21 no sirve, que no la anden sacando. Tienen que pensar en otro tipo de alternativa". Mencionó al respecto la propuesta canaria de un gran Plan Renove de modernización del turismo para dinamizar la construcción ligada al sector turístico.

Rivero descartó que Rajoy vaya a tomar cualquier tipo de represalia desde La Moncloa en relación con las políticas hacia el Archipiélago por los acuerdos anteriores de CC y del Ejecutivo regional con Zapatero o por el actual pacto político con el PSC. "No me imagino a ningún presidente español intentando castigar a un territorio porque ha tenido acuerdos políticos con otro partido. Si fuera así, no tendría talla para serlo", recalcó.