"La pandemia ha provocado un ‘boom’ de divorcios en Canarias"

La abogada especializada en familias, Eloísa Merino, recomienda que este procedimiento se haga «por las buenas», intentando llegar a un consenso entre las partes para evitar que una situación tan dura como la separación, se enquiste

La abogada de familias, Eloísa Merino en su despacho en Santa Cruz.

La abogada de familias, Eloísa Merino en su despacho en Santa Cruz. / Andrés Gutiérrez

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Canarias es una de las regiones con más divorcios por habitante de España, ¿por qué cree que en se producen tantas separaciones en nuestra región?

El otro día estuve comentando eso mismo con una señora que me decía que eso sería por el buen tiempo. A mi me parece que pensar eso es una frivolidad. Sin duda, las causas pueden ser infinitas. Yo diría que ha cambiado la mentalidad, sobre todo después de la pandemia. Desde entonces ha habido muchos más divorcios. El encierro de las parejas, que han estado obligadas a verse 24 horas al día, ha ocasionado un boom de separaciones. 

¿Y cuál es el perfil más habitual de las parejas que eligen divorciarse?

Hay una estadística que establece que a los dos años del matrimonio se produce, puede haber un bache enorme que conducir a un divorcio. La falta de madurez, la incomprensión o darte cuenta de que no es lo que quieres pueden ser algunos de los motivos. Pero no es lo único. En los últimos estamos viendo más divorcios entre jubilados, algo que hasta ahora era poco habitual. Son personas que, después de pasar 40 años con una persona, después de jubilarse y con apenas 65 años se sigue sintiendo jóvenes y ven que no conocen a la persona con la que conviven y no se hallan con ellos. Hay una necesidad de libertad y menos miedo a la soledad.

En el primer caso que comenta, es curioso que pasen tantos años de noviazgo y no sea hasta después de contraer matrimonio cuando empiezan los problemas.

Hay montones de casos. Si. Y cada divorcio es distinto. Es un traje hecho a medida. Cada uno tiene la propia pareja, tiene su propio convenio regulador y sus propias cuestiones, que pueden resultar condiciones muy diferentes a las que tiene el vecino. El sastre, en este caso, es el abogado el que hace el traje a medida. Se hace así porque se tiene que discutir y se discute todo punto por punto y si es de mutuo acuerdo que es lo más viable y lo mejor se discute con todas las partes.

¿Qué talante muestran las parejas que acuden a su despacho para romper su matrimonio?

Lo más curioso es que algunas de las personas que acuden al despacho para divorciarse no tienen mucha idea de cómo funciona el procedimiento judicial. De hecho, suelen acercarse, en un primer momento, para conocer una opinión sobre cómo será su vida una vez procedan a divorciarse. Nosotros, lo primero que les explicamos es lo más fundamental y es que hay dos maneras de llevar este asunto: de mutuo acuerdo o por un procedimiento contencioso. Lo que coloquialmente diríamos, por las buenas o por las malas. Por las buenas lo que se trata es de conseguir que, como adultos, las personas intenten arreglar las cosas a través de un convenio regulador que les servirá de guía en su vida, y estará adaptado a sus necesidades, porque son ellos quienes mejor conocen su contexto. Pero es verdad que hay mucha gente que se empecina y nos encontramos en ciertos temas y se genera una guerra. En ese caso es mejor un divorcio contencioso y que el juez decida la mejor sentencia, especialmente si hay niños en medio.

Los litigios por separación suponen el 20% del total de divorcios en Canarias, ¿cómo son esos procesos?

Los procesos contenciosos yo no los recomiendo porque son muy dolorosos. Un divorcio es lo que más daño causa a una persona después de una muerte. Psicológicamente un divorcio produce un daño devastador. Te va a cambiar la vida radicalmente y no solo tu día a día, sino también con respecto a tu entorno. De hecho, muchas veces, cuando se produce un divorcio contencioso, muchos miembros de la familia política o, incluso, los hijos toman partido. Todo eso produce un cambio y un dolor enorme. Por eso, yo siempre digo que lo mejor es arreglarlo de buenas maneras.

¿Es mucha la carga psicológica que suelen soportar los abogados en situaciones de este estilo? 

Sí. Te lo cargas y muchas veces acabas teniendo angustia por tus clientes, sobre todo cuando hay situaciones en que no quieren dar su brazo a torcer porque estiman que tienen la razón. También produce angustia intentar convencer que no se hable mal del otro progenitor cuando el otro no está. A su vez, los abogados matrimonialistas tenemos una labor también psicológica. Ahora existe también la mediación familiar que es una herramienta nueva para intentar que tanto el progenitor masculino como el progenitor femenino, hablen, se sienten y resuelvan sus problemas.

¿Cuáles son los escollos que suelen propiciar que las parejas acaben en el contencioso?

Lo que suele precipitar que un divorcio acabe en el contencioson, sobre todo, la pensión de alimento y las visitas a los niños en común. Son los dos pilares fundamentales que nos encontramos para intentar arreglar un divorcio. En ocasiones también encontramos muchas dificultades para llegar a un acuerdo cuando los progenitores viven en distintos domicilios. En 2011 se aprobó una ley que establecía que lo fundamental para los niños es intentar llegar a la guardia y custodia compartida. Desde entonces se intenta tener la implicación a partes iguales del padre y de la madre. Pero claro, cuando existen controversias o domicilios separados es muy difícil de lograr.

Entonces, ¿siente que muchas veces usted también actúa como psicóloga?

Sí, también lo hacemos. Y es que en muchas ocasiones los divorcios se dan porque se acaba el amor o porque dejan. Pero hay diferencias entre hombres y mujeres. Generalmente se que dice que los hombres cuando se separan es que porque tienen otra relación. Sin embargo, cuando la mujer se separa es que está harta de la situación y puede ser cualquier cosita la que colme el vaso. 

¿Se reflejan estos roles a los que alude en el despacho?

Sí, yo lo veo así. El hombre generalmente está cómodo, tiene su trabajo, su casa, su estabilidad y puede tener otra relación. En cambio la mujer no. La mujer piensa más en la hora de separarse o de romper una relación y, generalmente, no es por terceras personas. Eso no significa que no se pueda dar lo contrario. Haberlos los hay, pero es más difícil. 

¿Las reglas del juego de los divorcios han cambiado?

Muchísimo. En los últimos años se han impulsado muchísimos Reales Decretos nuevos que han afectado a los divorcios. El último Real Decreto que afectó a la familia se estableció con la Ley de Incapacidades, que en uno de sus artículos establecía que una pareja que haya sido denunciada por violencia de género ya se le impide ver a los hijos. Esto ha sido totalmente nuevo porque anteriormente no se podía establecer una medida de este tipo si no existía una sentencia condenatoria. La ley protege a las mujeres y a los hijos, después de haber visto toda la violencia vicaria que en Canarias ha venido a solventar ese problema.

Aparte de muchos divorcios, también se contraen pocos matrimonios en Canarias

Sí, es que muchas parejas acaban como pareja de hecho en lugar de casados. Pero con la normativa que regula la guardia y custodia de los menores, la separación es similar a los divorcios. En ambos casos tiene que haber un convenio regulador, donde establezca el régimen de visita, quién se queda con la vivienda o quién debe hacerse cargo de la pensión de alimento de los niños. Así se equipara a un matrimonio a las parejas de hecho, se equipara totalmente. De todas formas, el otro día comentando esto mismo con un sacerdote me decía que, aunque pueda parecer que se casa menos la gente, la iglesia no tiene fechas para casar a nadie hasta verano del año que viene. Los matrimonios se tienen que solicitar con un año de antelación por lo que aún existe bastante demanda.  

¿A su despacho acuden más casados o parejas de hecho?

A mi despacho suele acudir más gente casada. También tengo guardia y custodia de niños por el pareja de hecho, pero esto ha sido más reciente.

¿Qué diferencias existen entre divorciarse y separarse?

Antiguamente la gente no se podía divorciar, solamente se podía separar. De hecho, en un intento de proteger a las parejas, se creó la ley de separaciones en España. Decía que las parejas necesitaban un luto para pasar el bache de la separación. Esta normativa establecía hasta dos años de espera después de la separación para ver si el problema concluía en divorcio. En 2008 desapareció la ley y con ella el proteccionismo del Estado. Ahora directamente vas al divorcio, con lo cual te ahorras un procedimiento y un diner. La gente que quiere divorciarse sabe lo que quiere. 

"Algunas personas que acuden a divorciarse desconocen cómo funciona el procedimiento"

¿Se suele aludir a la conciliación cuando se habla de los problemas en pareja?

Encontramos que la mujer actual trabaja, lleva la casa, lleva los niños, lleva el colegio, lleva las cuentas del banco... Llega un momento en que esa situación es insoportable y se tiene que plantear la separación. Se ha avanzado mucho en igualdad. Cuando yo empecé a trabajar la mujer estaba sometida a apoyar al hombre garantizando que él siempre fuera más importante que ella. Las mujeres tenían que elegir y si se decantaban por una carrera profesional se quedaban solas, no tenían marido o se habían divorciado. Hay una frase que dice que detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer, pero detrás de una gran mujer siempre hay un divorcio. Ahora, todo ha cambiado, y las mujeres exigen que todo se reparta al 50% para conseguir la igualdad. Es una evolución muy buena y muy positiva.

¿Ha cambiado la forma de plantear los divorcios desde que usted empezó a trabajar hasta ahora?

Sí. Cuando yo empecé, teníamos que trabajar con una la ley de divorcio con la que debíamos aludir a las causas de separación. Es decir, debíamos plasmar que aquel divorcio se debía a una infidelidad, a malos tratos o, incluso, a mal carácter. Eso conllevaba que si alguno de los dos cónyuges aludía a que el otro le era infiel, debía ontratar a un detective privado para corroborar que era así y tener pruebas. Ylo mismo ocurría si se quería aludir a que había habido malos tratos, se obligaba a llevar un parte de lesiones. Ahora todo eso ha cambiado y la evolución ha sido estupenda. Ahora con que digas que solicitas un divorcio se te concede directamente, no tienes que establecer ninguna causa. Había veces que, incluso teniendo una separación de mutuo acuerdo, había que establecer causas de divorcio, y en el papel debíamos poner que «su actitud había cambiado radicalmente» cuando no era así.

"Un divorcio es uno de los procesos que más daño causa a una persona después de una muerte"

¿Diría que la separación de bienes está normalizada?

No, depende. La gente más jóven sí que lo ha interiorizado y la mayoría parte de la separación de bienes, pero la gente que te viene a separar con 50 o 60 años suele tener aún un régimen de bienes gananciales. Eso significa que deben llevar a cabo un procedimiento posterior al divorcio que se llama liquidación de gananciales. En ese caso se reparten los bienes al 50%, a no ser que sean privativos de la persona (aquellos que reciben por herencia). Generalmente esos procedimientos también conllevan angustia y dolor. Y no puedes dejar que se enquiste el tema económico porque si no es difícil después intentar solventarlo. Se tiende a considerar que tanto uno como otros sean generosos, pero a veces se enroscan en la perra chica. Recuerdo un divorcio que se tiraba a los trastos a la cabeza por un exprimidor de naranja.

¿Ha vivido situaciones tan sangrantes como esa que cuenta del exprimidor?

Sí, he visto luchas encarnizadas por quién se queda con vivienda. Pero creo que las situaciones más sangrantes son, sin duda, las que afectan a las mujeres que no han trabajado nunca y tienen derecho a una pensión compensatoria por no haberse podido realizar profesionalmente. Llega un momento en que el hombre sí que tiene su vida realizada y su trabajo conoce a una persona más joven y deja a la mujer. Gracias a Dios que existe la prensa compensatoria, y se lre conoce a esa mujer el derecho a una pensión compensatoria que el marido le tiene que entregar durante un tiempo determinado que ella pueda conseguir un trabajo o que pueda recibir una pensión. 

¿Cree que se puede revertir esa gran tasa de divorcios en Canarias?

Yo creo que es una tendencia, pero no solamente en Canarias. También Madrid, Barcelona, Andalucía, son los que más tasas de divorcios tienen también. Los que menos pues el norte, el norte, el frío, a lo mejor no sé, no sé por eso decimos otro tiempo, el frío. Los canarios somos muy dados a entregarnos. No lo sé, pero creo que es una tendencia que va a más. Además, ahora hay distintas formas de amor, que está dando lugar a una forma diferente de entender lo que es la vida en pareja. 

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