La vid llegó a Canarias tras la conquista y debido a las especiales características del clima isleño y del suelo volcánico los vinos resultantes presentan unas particularidades únicas, siendo la variedad más cultivada en las Islas la malvasía.  

La gastronomía canaria se ha convertido en uno de los grandes reclamos del archipiélago. Una cocina fruto del mestizaje y del cruce de culturas que siempre ha enriquecido al archipiélago, con platos sencillos pero cargados de sabor que han hecho de las Islas Canarias un gran referente gastronómico. Pero si hay algo con lo que acompañar un buen plato de gofio o un postre, eso es el vino canario y es que en las tierras volcánicas de las Islas Afortunadas han surgido hasta diez Denominaciones de Origen.

Pese a la lejanía con el continente europeo, los vinos canarios fueron y son referentes más allá de sus fronteras. La historia de los caldos isleños comenzó con los primeros conquistadores españoles que desembarcaron en el archipiélago allá por el siglo XV, momento en el que las cepas de distintas partes de España y Europa, y de gran calidad, acabaron arraigando en el suelo volcánico canario. La variedad de uva más conocida en Canarias es la malvasía, pero existen otras muchas que se cultivan en distintas islas. Tanto es así, que actualmente existen diez Denominaciones de Origen, cinco de ellas en Tenerife, y una en Gran Canaria, Lanzarote, El Hierro, La Gomera y Fuerteventura.

La Denominación de Origen Lanzarote, donde los suelos rojos y paisajes áridos, congrega una de las mayores y mejores viñas de España. Al situarse en la zona más noreste del archipiélago, los vientos tropicales y procedentes de África le afectan de forma positiva a la hora de plantar vides. Una de las cosas que llaman la atención al viajar a Lanzarote es sin duda los cultivos de vides en La Geria, únicos en el mundo.

Con cinco Denominaciones de Origen a sus espaldas: Abona, Tacoronte-Acentejo, La Orotava, Valle de Güimar e Ycoden-Daute-Isora, la isla de Tenerife acoge diferentes microclimas y diferentes formas de tratar el vino. El cultivo de vid tinerfeño se localiza en sitios dispares como a orillas del océano o a más de tres mil metros. Todo esto, acompañado con la diferencia de vientos, orientación y precipitaciones, hacen que sus vinos tengan características diferenciadas. Además, la forma de preparar las ramas de las vides, en “cordón trenzado” es única en el mundo.

La isla de Gran Canaria es otra gran productora de vinos canarios de calidad. En concreto, en la zona interior y montañosa de la isla es donde se encuentra la sede del vino grancanario por excelencia. En esta isla se elaboran tanto vinos blancos con uvas como la albillo o la bermejuela como vinos tintos con la variedad listán negro. La ubicación de las cepas en diferentes zonas, con climas únicos, hace de los vinos de grancanaria una apuesta segura. Pero si hay algo que destaca es sin duda la Casa del Vino de Gran Canaria, una gran experiencias para los amantes del vino donde la cocina típica canaria se marida con las grandes Denominaciones de Origen de la isla.