![La Provincia - Diario de Las Palmas](https://estaticos-cdn.laprovincia.es/images/logo-laprovincia-white.png?id=04defd7d8c2b9db158cf)
Ver más galerías relacionadas
José Carlos Guerra
Ver galería >Los preparativos del Boombastic se cocían horas antes de que comenzara el festival. Con unas rebajas recién empezadas, entre las tiendas de Las Arenas, grupos de niñas adolescentes cuchicheaban entre ellas mientras elegían sus looks para el festival de moda. La expectación se respiraba en el ambiente de compras y miradas cómplices en la tarde del jueves mientras que, a pocos kilómetros, el reciento del Anexo del Estadio de Gran Canaria se preparaba para recibir a más 40.000 personas.
José Carlos Guerra
Los preparativos del Boombastic se cocían horas antes de que comenzara el festival. Con unas rebajas recién empezadas, entre las tiendas de Las Arenas, grupos de niñas adolescentes cuchicheaban entre ellas mientras elegían sus looks para el festival de moda. La expectación se respiraba en el ambiente de compras y miradas cómplices en la tarde del jueves mientras que, a pocos kilómetros, el reciento del Anexo del Estadio de Gran Canaria se preparaba para recibir a más 40.000 personas.
José Carlos Guerra
Los preparativos del Boombastic se cocían horas antes de que comenzara el festival. Con unas rebajas recién empezadas, entre las tiendas de Las Arenas, grupos de niñas adolescentes cuchicheaban entre ellas mientras elegían sus looks para el festival de moda. La expectación se respiraba en el ambiente de compras y miradas cómplices en la tarde del jueves mientras que, a pocos kilómetros, el reciento del Anexo del Estadio de Gran Canaria se preparaba para recibir a más 40.000 personas.
José Carlos Guerra
Los preparativos del Boombastic se cocían horas antes de que comenzara el festival. Con unas rebajas recién empezadas, entre las tiendas de Las Arenas, grupos de niñas adolescentes cuchicheaban entre ellas mientras elegían sus looks para el festival de moda. La expectación se respiraba en el ambiente de compras y miradas cómplices en la tarde del jueves mientras que, a pocos kilómetros, el reciento del Anexo del Estadio de Gran Canaria se preparaba para recibir a más 40.000 personas.
José Carlos Guerra
Los preparativos del Boombastic se cocían horas antes de que comenzara el festival. Con unas rebajas recién empezadas, entre las tiendas de Las Arenas, grupos de niñas adolescentes cuchicheaban entre ellas mientras elegían sus looks para el festival de moda. La expectación se respiraba en el ambiente de compras y miradas cómplices en la tarde del jueves mientras que, a pocos kilómetros, el reciento del Anexo del Estadio de Gran Canaria se preparaba para recibir a más 40.000 personas.
José Carlos Guerra
Los preparativos del Boombastic se cocían horas antes de que comenzara el festival. Con unas rebajas recién empezadas, entre las tiendas de Las Arenas, grupos de niñas adolescentes cuchicheaban entre ellas mientras elegían sus looks para el festival de moda. La expectación se respiraba en el ambiente de compras y miradas cómplices en la tarde del jueves mientras que, a pocos kilómetros, el reciento del Anexo del Estadio de Gran Canaria se preparaba para recibir a más 40.000 personas.
José Carlos Guerra
Los preparativos del Boombastic se cocían horas antes de que comenzara el festival. Con unas rebajas recién empezadas, entre las tiendas de Las Arenas, grupos de niñas adolescentes cuchicheaban entre ellas mientras elegían sus looks para el festival de moda. La expectación se respiraba en el ambiente de compras y miradas cómplices en la tarde del jueves mientras que, a pocos kilómetros, el reciento del Anexo del Estadio de Gran Canaria se preparaba para recibir a más 40.000 personas.
José Carlos Guerra
Los preparativos del Boombastic se cocían horas antes de que comenzara el festival. Con unas rebajas recién empezadas, entre las tiendas de Las Arenas, grupos de niñas adolescentes cuchicheaban entre ellas mientras elegían sus looks para el festival de moda. La expectación se respiraba en el ambiente de compras y miradas cómplices en la tarde del jueves mientras que, a pocos kilómetros, el reciento del Anexo del Estadio de Gran Canaria se preparaba para recibir a más 40.000 personas.
José Carlos Guerra
Los preparativos del Boombastic se cocían horas antes de que comenzara el festival. Con unas rebajas recién empezadas, entre las tiendas de Las Arenas, grupos de niñas adolescentes cuchicheaban entre ellas mientras elegían sus looks para el festival de moda. La expectación se respiraba en el ambiente de compras y miradas cómplices en la tarde del jueves mientras que, a pocos kilómetros, el reciento del Anexo del Estadio de Gran Canaria se preparaba para recibir a más 40.000 personas.
José Carlos Guerra
Los preparativos del Boombastic se cocían horas antes de que comenzara el festival. Con unas rebajas recién empezadas, entre las tiendas de Las Arenas, grupos de niñas adolescentes cuchicheaban entre ellas mientras elegían sus looks para el festival de moda. La expectación se respiraba en el ambiente de compras y miradas cómplices en la tarde del jueves mientras que, a pocos kilómetros, el reciento del Anexo del Estadio de Gran Canaria se preparaba para recibir a más 40.000 personas.
José Carlos Guerra
Los preparativos del Boombastic se cocían horas antes de que comenzara el festival. Con unas rebajas recién empezadas, entre las tiendas de Las Arenas, grupos de niñas adolescentes cuchicheaban entre ellas mientras elegían sus looks para el festival de moda. La expectación se respiraba en el ambiente de compras y miradas cómplices en la tarde del jueves mientras que, a pocos kilómetros, el reciento del Anexo del Estadio de Gran Canaria se preparaba para recibir a más 40.000 personas.
José Carlos Guerra
Los preparativos del Boombastic se cocían horas antes de que comenzara el festival. Con unas rebajas recién empezadas, entre las tiendas de Las Arenas, grupos de niñas adolescentes cuchicheaban entre ellas mientras elegían sus looks para el festival de moda. La expectación se respiraba en el ambiente de compras y miradas cómplices en la tarde del jueves mientras que, a pocos kilómetros, el reciento del Anexo del Estadio de Gran Canaria se preparaba para recibir a más 40.000 personas.
José Carlos Guerra
Los preparativos del Boombastic se cocían horas antes de que comenzara el festival. Con unas rebajas recién empezadas, entre las tiendas de Las Arenas, grupos de niñas adolescentes cuchicheaban entre ellas mientras elegían sus looks para el festival de moda. La expectación se respiraba en el ambiente de compras y miradas cómplices en la tarde del jueves mientras que, a pocos kilómetros, el reciento del Anexo del Estadio de Gran Canaria se preparaba para recibir a más 40.000 personas.
José Carlos Guerra
Los preparativos del Boombastic se cocían horas antes de que comenzara el festival. Con unas rebajas recién empezadas, entre las tiendas de Las Arenas, grupos de niñas adolescentes cuchicheaban entre ellas mientras elegían sus looks para el festival de moda. La expectación se respiraba en el ambiente de compras y miradas cómplices en la tarde del jueves mientras que, a pocos kilómetros, el reciento del Anexo del Estadio de Gran Canaria se preparaba para recibir a más 40.000 personas.
José Carlos Guerra
Los preparativos del Boombastic se cocían horas antes de que comenzara el festival. Con unas rebajas recién empezadas, entre las tiendas de Las Arenas, grupos de niñas adolescentes cuchicheaban entre ellas mientras elegían sus looks para el festival de moda. La expectación se respiraba en el ambiente de compras y miradas cómplices en la tarde del jueves mientras que, a pocos kilómetros, el reciento del Anexo del Estadio de Gran Canaria se preparaba para recibir a más 40.000 personas.
José Carlos Guerra
Los preparativos del Boombastic se cocían horas antes de que comenzara el festival. Con unas rebajas recién empezadas, entre las tiendas de Las Arenas, grupos de niñas adolescentes cuchicheaban entre ellas mientras elegían sus looks para el festival de moda. La expectación se respiraba en el ambiente de compras y miradas cómplices en la tarde del jueves mientras que, a pocos kilómetros, el reciento del Anexo del Estadio de Gran Canaria se preparaba para recibir a más 40.000 personas.
José Carlos Guerra
Los preparativos del Boombastic se cocían horas antes de que comenzara el festival. Con unas rebajas recién empezadas, entre las tiendas de Las Arenas, grupos de niñas adolescentes cuchicheaban entre ellas mientras elegían sus looks para el festival de moda. La expectación se respiraba en el ambiente de compras y miradas cómplices en la tarde del jueves mientras que, a pocos kilómetros, el reciento del Anexo del Estadio de Gran Canaria se preparaba para recibir a más 40.000 personas.
José Carlos Guerra
Los preparativos del Boombastic se cocían horas antes de que comenzara el festival. Con unas rebajas recién empezadas, entre las tiendas de Las Arenas, grupos de niñas adolescentes cuchicheaban entre ellas mientras elegían sus looks para el festival de moda. La expectación se respiraba en el ambiente de compras y miradas cómplices en la tarde del jueves mientras que, a pocos kilómetros, el reciento del Anexo del Estadio de Gran Canaria se preparaba para recibir a más 40.000 personas.
José Carlos Guerra
Los preparativos del Boombastic se cocían horas antes de que comenzara el festival. Con unas rebajas recién empezadas, entre las tiendas de Las Arenas, grupos de niñas adolescentes cuchicheaban entre ellas mientras elegían sus looks para el festival de moda. La expectación se respiraba en el ambiente de compras y miradas cómplices en la tarde del jueves mientras que, a pocos kilómetros, el reciento del Anexo del Estadio de Gran Canaria se preparaba para recibir a más 40.000 personas.
José Carlos Guerra
Los preparativos del Boombastic se cocían horas antes de que comenzara el festival. Con unas rebajas recién empezadas, entre las tiendas de Las Arenas, grupos de niñas adolescentes cuchicheaban entre ellas mientras elegían sus looks para el festival de moda. La expectación se respiraba en el ambiente de compras y miradas cómplices en la tarde del jueves mientras que, a pocos kilómetros, el reciento del Anexo del Estadio de Gran Canaria se preparaba para recibir a más 40.000 personas.
José Carlos Guerra
Los preparativos del Boombastic se cocían horas antes de que comenzara el festival. Con unas rebajas recién empezadas, entre las tiendas de Las Arenas, grupos de niñas adolescentes cuchicheaban entre ellas mientras elegían sus looks para el festival de moda. La expectación se respiraba en el ambiente de compras y miradas cómplices en la tarde del jueves mientras que, a pocos kilómetros, el reciento del Anexo del Estadio de Gran Canaria se preparaba para recibir a más 40.000 personas.
José Carlos Guerra
Los preparativos del Boombastic se cocían horas antes de que comenzara el festival. Con unas rebajas recién empezadas, entre las tiendas de Las Arenas, grupos de niñas adolescentes cuchicheaban entre ellas mientras elegían sus looks para el festival de moda. La expectación se respiraba en el ambiente de compras y miradas cómplices en la tarde del jueves mientras que, a pocos kilómetros, el reciento del Anexo del Estadio de Gran Canaria se preparaba para recibir a más 40.000 personas.
José Carlos Guerra
Los preparativos del Boombastic se cocían horas antes de que comenzara el festival. Con unas rebajas recién empezadas, entre las tiendas de Las Arenas, grupos de niñas adolescentes cuchicheaban entre ellas mientras elegían sus looks para el festival de moda. La expectación se respiraba en el ambiente de compras y miradas cómplices en la tarde del jueves mientras que, a pocos kilómetros, el reciento del Anexo del Estadio de Gran Canaria se preparaba para recibir a más 40.000 personas.
José Carlos Guerra
Los preparativos del Boombastic se cocían horas antes de que comenzara el festival. Con unas rebajas recién empezadas, entre las tiendas de Las Arenas, grupos de niñas adolescentes cuchicheaban entre ellas mientras elegían sus looks para el festival de moda. La expectación se respiraba en el ambiente de compras y miradas cómplices en la tarde del jueves mientras que, a pocos kilómetros, el reciento del Anexo del Estadio de Gran Canaria se preparaba para recibir a más 40.000 personas.
José Carlos Guerra
Los preparativos del Boombastic se cocían horas antes de que comenzara el festival. Con unas rebajas recién empezadas, entre las tiendas de Las Arenas, grupos de niñas adolescentes cuchicheaban entre ellas mientras elegían sus looks para el festival de moda. La expectación se respiraba en el ambiente de compras y miradas cómplices en la tarde del jueves mientras que, a pocos kilómetros, el reciento del Anexo del Estadio de Gran Canaria se preparaba para recibir a más 40.000 personas.
José Carlos Guerra
Los preparativos del Boombastic se cocían horas antes de que comenzara el festival. Con unas rebajas recién empezadas, entre las tiendas de Las Arenas, grupos de niñas adolescentes cuchicheaban entre ellas mientras elegían sus looks para el festival de moda. La expectación se respiraba en el ambiente de compras y miradas cómplices en la tarde del jueves mientras que, a pocos kilómetros, el reciento del Anexo del Estadio de Gran Canaria se preparaba para recibir a más 40.000 personas.
José Carlos Guerra
Los preparativos del Boombastic se cocían horas antes de que comenzara el festival. Con unas rebajas recién empezadas, entre las tiendas de Las Arenas, grupos de niñas adolescentes cuchicheaban entre ellas mientras elegían sus looks para el festival de moda. La expectación se respiraba en el ambiente de compras y miradas cómplices en la tarde del jueves mientras que, a pocos kilómetros, el reciento del Anexo del Estadio de Gran Canaria se preparaba para recibir a más 40.000 personas.
Noticia guardada en tu perfil
Ver noticias guardadasLos preparativos del Boombastic se cocían horas antes de que comenzara el festival. Con unas rebajas recién empezadas, entre las tiendas de Las Arenas, grupos de niñas adolescentes cuchicheaban entre ellas mientras elegían sus looks para el festival de moda. La expectación se respiraba en el ambiente de compras y miradas cómplices en la tarde del jueves mientras que, a pocos kilómetros, el reciento del Anexo del Estadio de Gran Canaria se preparaba para recibir a más 40.000 personas.