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JUAN CASTRO
La valenciana Encarnación Estéve terminó en Canarias por casualidad. Viajaba de aquí para allá porque su marido era piloto, y su último destino era Canarias, por lo que aquí se afincaron. Al poner fin a un periodo de viajes, Estéve reflexionó que era su momento para comenzar un nuevo proyecto. En ese momento recordó con cariño las ocasiones en que visitaba a su tía en Murcia, que regentaba una joyería. Esa fue su inspiración para la que se ha convertido ya en una larga carrera en el sector de la joyería. Estéve comenzó como mayorista y cuando se afianzó en el sector montó su propia tienda en plena Calle Mayor de Triana.
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