Celia Morcillo, 38 años. Diagnosticada en 2019. Con 35 años sufrió un aborto que la hizo pensar que volvía a estar embarazada al notar el pecho inflamado. Fue a revisión y se encontró con un cáncer de mama triple negativo. Pasó por dos mastectomías radical unilateral y una linfadenectomía; ocho meses de quimioterapia y radioterapia; repetición de mastectomía bilateral y reconstrucción con dorsal ancho y expansores en ambas mamas y una última operación de reconstrucción con prótesis. Esta última operación hace siete meses. Le falta la reconstrucción de los pezones y, como ella zanja con soltura, “listo”. Todo esto lo ha vivido con su pareja, Tomás, con el apoyo de la familia de él, con su familia lejos y, con la ilusión, contra todo pronóstico, de esperar un bebé dentro de cinco meses.

Cuando nos diagnostican cáncer de mama a todas nos pasa por la cabeza ese temor, esa curiosidad, ese horror que te anuncia el preludio de un viaje cuyo destino por mucho que te digan queda difuso.