Nos llaman ‘guerreras’, pero en realidad somos campos de batallas que terminan destruidas y, muchas, mutiladas. El cáncer se muestra al mundo, o más bien, su cura, matándonos mientras nos sana, humillándonos el cuerpo, desvelando complejos que puede que nunca tuvimos y marcándonos con una grande y brillante calva.

Cuando nos diagnostican cáncer de mama a todas nos pasa por la cabeza ese temor, esa curiosidad, ese horror que te anuncia el preludio de un viaje cuyo destino por mucho que te digan queda difuso.

El comercio de la calva

Tragas saliva y, cómo puedes, y qué remedio, intentas asumirlo. Tienes una enfermedad que sabes que es mortal y que, para colmo, te puede matar calva. Entonces buscas las opciones para por lo menos mostrarte o deambular por el mundo lo más digna posible. Y, en ese momento se presenta el fascinante comercio de los gorros, pañuelos y pelucas.

Gorros de bambú, diseñados para que no te duela su roce y que cada uno, por muy modesto que sea, cuesta no menos de 20 euros.

Pañuelos, que, si eres original y tienes tiempo, con menos inversión puedes ir por lo menos más creativa en el paseo del día. Pero se mueven, se tuercen, se caen, se deshacen, o te sudan, y tienes que volver a empezar. Con uno no basta, por supuesto, y si lo quieres de calidad, volvemos a que no te vas a encontrar nada por menos de 20 euros.

Y están las pelucas. ¡Para todos los gustos, señoras! Paras las pobres: rígidas, pesadas, con armatrostes en su interior, como si fuera un plus de tortura, que siempre se quedan torcidas, que sus puntas parecen lanzas. Para la de la clase media, que se agota duchando y adecentado esa única peluca que ha salida a tan buen precio por solo ciento y pico euros. Y, por último, las pelucas de película que llevan las afortunadas, que para nada se sienten con fortuna pero que van rodando por el escenario luciendo miles de euros encima de su enferma calva.

La opción que no te esconde

Sin embargo, hay más opciones. Otras que dignifican, que engrandecen, que no tapan. Lo contrario: Provocan. Que no incita a evitar las miradas, que las atrae, que desafía curiosidad, no pena.

Una opción que por un tiempo te hace olvidar que estás enferma, mutilada, que tu cuerpo va a desaparecer en amorfismo

Una opción que por un tiempo te hace olvidar que estás enferma, mutilada, que tu cuerpo va a desaparecer en amorfismo, que te puedes morir y que lo que menos importa es esa dichosa calva que anuncia a todos que formas parte de ese club, para nada selecto, del cáncer.

Y para más inri, es una opción que se te ofrece, por amor, por ayudar, porque es la manera que tiene de aportar. Se trata de los tatuajes de Henna Crown de Nekane Axpe, creadora del pequeño estudio Henna Las Palmas, situado en la calle Ángel Guerra,11, de Las Palmas de Gran Canaria.

Con ella, por gracia del destino nos tropezamos algunas mujeres con cáncer de mama y acompañamiento de calva. Esta es la vivencia de cinco de esas mujeres con el cáncer de mama y con la Henna Crown de Nekane.

Cinco mujeres vestidas con Henna Crown, la provocadora alternativa

Las supervivientes: Alecia, Yazmina y Celia, nacidas el 15 de febrero

Alecia Socorro, 54 años. Diagnosticada en 2017. Está casada y tiene dos hijos “maravillosos”. Pasó por el proceso de una operación, en donde “solo” perdió el pezón de una mama. Su tratamiento consistió en sesiones de quimio y radio. Ahora se encuentra bien y “ensalza la vida”. Fue la primera calva embellecida por Nekane. Para ella, las personas más importantes de su vida son: sus hijos, su marido y Nekane.

Tatuajes de Henna Crown para la alopecia oncológica que dignifican el alma: Alecia Socorro

Tatuajes de Henna Crown para la alopecia oncológica que dignifican el alma: Alecia Socorro La Provincia

Yazmina Cabrera, 43 años. Diagnosticada en 2019. Está casada y tiene una niña de 4 años. Le diagnosticaron cáncer de mama her2 +, no hormonal. Se notó el bulto en el pecho porque estaba amamantando a su hija de un año y medio en ese momento. Experimentó seis ciclos de quimio que duraron unos cinco meses y con los que, entre otras cosas, adelgazó 10 kilos. La operaron el 16 de marzo de 2020, dos días después del confinamiento del país y de Canarias. Dos meses después comenzó las sesiones de radioterapia y durante un año más estuvo inyectándose anticuerpos cada 21 días. No ha necesitado una operación reconstructiva porque le hicieron cirugía conservadora y afortunadamente, asegura, que ahora se siente "muy bien”.

Tatuajes de Henna Crown para la alopecia oncológica que dignifican el alma: Yazmina Cabrera

Tatuajes de Henna Crown para la alopecia oncológica que dignifican el alma: Yazmina Cabrera

Celia Morcillo, 38 años. Diagnosticada en 2019. Con 35 años sufrió un aborto que la hizo pensar que volvía a estar embarazada al notar el pecho inflamado. Fue a revisión y se encontró con un cáncer de mama triple negativo. Pasó por dos mastectomías radical unilateral y una linfadenectomía; ocho meses de quimioterapia y radioterapia; repetición de mastectomía bilateral y reconstrucción con dorsal ancho y expansores en ambas mamas y una última operación de reconstrucción con prótesis. Esta última cirugía fue hace siete meses. Le falta la reconstrucción de los pezones y, como ella zanja con soltura, “listo”. Todo esto lo ha vivido con su pareja, Tomás, con el apoyo de la familia de él, con su familia lejos y, con la ilusión, contra todo pronóstico, de esperar un bebé dentro de cinco meses.

Tatuajes de Henna Crown para la alopecia oncológica que dignifican el alma: Celia Morcillo

Tatuajes de Henna Crown para la alopecia oncológica que dignifican el alma: Celia Morcillo

Nieves López, un campo de batalla en continua guerra

Nieves López Soler, 62 años. Diagnosticada en 2007. Vive con su hijo David de 20 años. La detectaron cáncer de mama a la misma edad que cuando lo tuvo su madre. Su hijo tenía 5 años cuando la operaron y comenzó el tratamiento de quimioterapia, radioterapia y el posterior bloqueante de estrógeno. 15 años después, cuando comenzó la pandemia del Covid, localizan otro tumor metastásico en la costilla número ocho. Ahora está repitiendo el proceso. Desafortunadamente, recién operada de la mama derecha con una mastectomía simple, le han vuelto a aparecer nuevos tumores. Nieves se niega a operarse y ponerse “ningún tipo de pecho. Cuando cicatrice bien, me haré un bello tatuaje”.

Tatuajes de Henna Crown para la alopecia oncológica que dignifican el alma: Nieves Soler

Tatuajes de Henna Crown para la alopecia oncológica que dignifican el alma: Nieves Soler

Laura Morant, 49 años. Diagnosticada en 2020. Vivo sola con mi perro, no tengo hijos, padres o hermanos. Tengo familia y amigos que me quieren, cuidaron y protegieron durante el proceso de supervivencia. Sentía la enfermedad desde 2018, pero en Atención Primaria no detectaron las señales. Tenía cáncer de mama invasivo de grado 2, con carcinoma lobulillar infiltrante multifocal. Me realizaron una mastectomía con reconstrucción inmediata con prótesis y pasé por 16 “chutes de quimio” y 15 de radio. Ahora sigo un tratamiento que durará 10 años de bloqueantes hormonales que me provocaron la menopausia y que me indujeron a entrar en una profunda y aterradora depresión. Ya estoy recompuesta, soy feliz y vivo mi segunda vida con la fortuna de recordar los errores de la primera para tener la oportunidad de no volver a cometerlos. Este noviembre me enfrento a las pruebas que indican si el cáncer se ha reproducido o no.

NEKANE, por amor a la prójima

Nekane Axpe y su Henna Crown por amor a la prójima

Tatuajes de Henna Crown para la alopecia oncológica que dignifican el alma: Nekane Axpe

Tatuajes de Henna Crown para la alopecia oncológica que dignifican el alma: Nekane Axpe L.M / C.V

Nekane Axpe, 48 años. Es aventurera, soñadora; inquieta y equilibrada. También tatuadora profesional. Certificada en tatuaje de Henna natural y tatuaje de tinta permanente en Las Palmas de Gran Canaria. Inauguró el estudio en medio del estado de alarma por la pandemia del Covid. En él ofrece un pequeño universo en el que confluye el Body Art con diferentes artesanías y creatividades que luce en la 'Pared del Artesano', donde otros artistas exponen y venden sus propios productos.

Su propósito se ha convertido en el deseo de que ”cuando entres en mi Estudio vivas una experiencia única con un tatuaje de Henna, de Jagua, con un tatuaje definitivo, aprendiendo una artesanía o disfrutando de la creatividad de los artistas que me acompañan”.

Dedica su vida, vocación y talento a crear arte efímero, como el de la Henna, y definitivo con el Ink Tattoo. En su Estudio conecta con las personas, las escucha, ve sus inquietudes, miedos, gustos, sueños, y entre esas paredes blancas materializa y plasma sus historias. Y eso hizo con nosotras, tatuar belleza en nuestro presente de ese momento.

El encuentro de 'las guerreras'

El 26 de agosto de 2022, las cinco mujeres que saben qué es vivir un cáncer de mama se conocieron por primera vez en el Estudio Henna Las Palmas, donde Nekane nos dio la bienvenida para pasar una mañana juntas y compartir nuestras vivencias, emociones y deseos. Y este es el reflejo de ese encuentro.

En memoria de Marisol González Díaz (24/02/1969 - 15/07/2019)

Marisol González Díaz (24/02/1969) Murió de cáncer de mama el 15 de julio de 1999 La Provincia