La iglesia parroquial de Corralejo se quedó anoche pequeña para acoger a cientos de personas que acudieron a tributar un último homenaje a José Manuel González Perdomo, el hombre de 35 años que murió en la noche del jueves cuando fue atropellado junto a sus amigos en la romería del Pino de Majanicho. Tanto en el tanatorio municipal como en el cementerio de La Oliva se vivieron momentos de máxima emoción, especialmente entre sus familiares, y entre los numerosos jóvenes, amigos de la víctima, que quisieron rendirle todo el reconocimiento a una vida de colaboración y amistad.

La tragedia sacudió al deporte majorero, no solo con la muerte de José Manuel, un apasionado de los deportes náuticos, especialmente la vela latina y los barquillos, sino que un joven deportista como Ellis González todavía se debate entre la vida y la muerte.

José Manuel pertenece a una de las familias más populares y queridas de Corralejo: los Perdomo, vinculados históricamente al mar y a la pega de barquillos. La tradición por las regatas la heredó de sus abuelos y de sus tíos, unos afamados patrones que a bordo de los barquillos Isidoro y Manuela, en sus distintas etapas han conseguido importantes éxitos para el deporte náutico de Fuerteventura. José Manuel era el patrón del Isidoro y Manuela I. Su pasión por el mar le llevó también a impartir clases en la Escuela Náutica de Corralejo.

González Perdomo fue presidente de la Federación de Vela Latina de Fuerteventura desde el año 2003 hasta 2010, una etapa de gloria para un deporte autóctono que ha logrado consolidarse. De hecho, el Cabildo insular premió la labor de esta entidad deportiva.

José Manuel ya no navegará por la Bocaina, ni siquiera por el pequeño Islote de Lobos, pero su memoria seguirá viento en popa.