Los campistas de El Cotillo han denunciado públicamente el mal estado que presentan las tres zonas autorizadas por el Ayuntamiento de La Oliva para esta actividad y la desidia municipal para resolver el problema. "Aquí no se ofrece ningún servicio, esto es un desastre, muy ventoso y alejado del pueblo" afirmó indignada Elisa Sánchez, una campista usuaria de la zona.

Los usuarios también denunciaron que la cuba para depositar los baños químicos está llena de basura y apestando y todos los espacios habilitados están repletos de piedras y tierra, que han limpiado ellos "para poder entrar con las caravanas", manifestaban.

Elisa Sánchez acampa en Caleta Beatriz y asegura que hay muchas sebas [algas] y nadie acude a limpiar. "Tengo mucho cuidado con los niños porque se bañan y pescan en las rocas y el mar aquí azota con fuerza", añadió Elisa.

Las tres zonas autorizadas por el Consistorio desde el pasado 2009 son Miriría, Caleta Beatriz y Punta Blanca, y no son aptas para el baño, dado que toda la franja costera es muy rocosa y peligrosa para los niños. Además se sitúan entre los pueblos de El Cotillo y Majanicho y la pista de acceso para los vehículos está muy deteriorada y los coches pequeños se entierran por el camino. "Esto es una vergüenza porque todo está cubierto de tierra y no han acondicionado nada", manifestó Elena González, otra usuaria. Es su primer verano con caravana porque antes tenían una casa de piedra, "pero la derribaron".

Al inconveniente de las piedras, tierra y el viento que sopla en la zona Sofía Marcial Santana añade los roces y el desorden que hay con la práctica del windsurf. "Yo estoy la primera, junto a la única calita que hay, y no me puedo bañar con mis nietos cuando vienen los surferos porque sacan las tablas, velas, sueltan los perros y aquí el Ayuntamiento no regula nada" explicó Sofía junto a su caravana. "A marea llena no podemos ni acercarnos al agua porque no hay espacio", lamentó esta campista.

Otra queja que han formulado los campistas al Ayuntamiento de La Oliva es la falta de organización en las parcelas. "Cuando se abre la acampada, la gente entra como en el Oeste el primero que llega gana y creo que es el Ayuntamiento el que debería señalizar y medir los espacios porque se deposita una fianza, pero nadie se implica y nos echan a pelear entre nosotros", reflejó Ginés. Además, los caravanistas aseguran que se les ha marginado porque furgonetas y autocaravanas se colocan en las primeras playas y en los mejores espacios, y no se les obliga a establecerse en un lugar concreto.

Desde el verano de 2009, cuando se aprobaron las actuales zonas de acampada, la asociación de campistas de Fuerteventura reivindica las zonas tradicionales alrededor de El Faro de El Cotillo. Una lucha que mantiene la presidenta de este colectivo, Isabel Montelongo, que se ha establecido en El Marrajo, una zona prohibida para esta actividad veraniega.

"Todos estamos ilegales, según la Ley de Costas y nosotros nos negamos a acudir a los espacios destinados para acampar porque no reúnen las condiciones mínimas", explica Ángel del Pino. "Un agente de Costas ha venido y nos comunicó que si persistimos nos van a multar, pero vamos a seguir el mayor tiempo posible", añadió.

Por otro lado, el Ayuntamiento de La Oliva aprobó en pleno un escrito de la asociación de campistas de Fuerteventura para retornar a las zonas de playa que se regentaban con anterioridad, pero según fuentes municipales la decisión corresponde a la Dirección General de Costas y de momento no se ha logrado mover ficha.

Por otro lado, este año un grupo de campistas del norte están obligados a pagar una multa de unos 250 euros, que les impuso el Ayuntamiento de La Oliva, en julio de 2009, cuando se manifestaron en la playa de El Marrajo.