La fiesta de las candelas se vivió el pasado sábado por la noche en Gran Tarajal con mucho entusiasmo, alegría y alta participación. La Virgen de Candelaria salió de la iglesia y recorrió las principales calles de la localidad acompañada por cientos de candelas que portaron los devotos, entre cánticos y aplausos. Una fiesta tradicional que se ha mantenido con el paso del tiempo, dado que era una de las más multitudinarias de Fuerteventura, y en la actualidad es la única que se celebra de noche.

Un vecino fiel a esta fiesta, Tino Hernández, y que cumplió 77 años en este día, manifestó que la celebración desde su infancia hasta la actualidad ha cambiado mucho. "Antes era la única fiesta, la más grande, la gente de todo el Sur se reunía. Algunos venían caminando o con sus animales desde la noche anterior y se vivía con alegría, de una forma sana y siempre con devoción", afirmó el antiguo barbero del pueblo. Tino recuerda épocas en las que se prohibieron los bailes, a pesar de que Gran Tarajal siempre ha sido muy musical "y tuvo mucho éxito nuestra orquesta Los Ángeles", dijo. Durante su infancia la iglesia actual eran pilares sin techo, "y en los años 55 y 56 se reformó y se hizo la plaza", señaló.

Otros vecinos como Nicolás o Miguel Rodríguez presumen de la importancia que tuvo esta fiesta en Fuerteventura hace 50 años porque coincidía con la zafra del tomate y en los almacenes trabajaban cientos de mujeres. "El día de la Candelaria no cabía un alma en la plaza, se estrenaba traje y se embarcaba a la Virgen en el muelle en las barquillas que transportaban el tomate y la piedra de cal a Gran Canaria", rememoran. "Algunos años vino la banda de la Legión a tocar la Diana y acompañaba mediodía a la Virgen", explica Miguel Rodríguez. La música y los bailes continuaban por la noche con parrandas y orquestas, y se encendían faroles y luces con motores de las fábricas.

Sin embargo, desde hace unos 35 años y por iniciativa de los curas que han pasado por la parroquia, la procesión se cambió a la tarde y se encienden las candelas para realzar su simbología. "A mi este día me encanta y participamos con ilusión las tres generaciones de mi casa: mis hijas y mi nieta. A mediodía nos reunimos para comer el puchero y por la tarde somos fieles a la procesión de las candelas", manifiesta María González.

Otra vecina que se traslada desde el pueblo de Tuineje para participar en estos actos es Margarita Gopar. "Venían vecinos de todos los pueblos y era muy bonito porque se compartía todo lo que se traía y el día de la Candelaria era el más divertido del año", confiesa.

Los actos continuaron este año con folclore en la Plaza.