Los siete detenidos en la operación efectuada por la Guardia Civil contra el tráfico de drogas, entre los que figuran cinco agentes del instituto armado y dos vecinos de El Cotillo, comparecerán hoy desde primera hora de la mañana ante el titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Arrecife, Leandro Martínez, encargado de la instrucción judicial. También deberán personarse los dos vecinos, la pareja y un hermano de uno de los apresados, que fueron puestos en libertad el viernes.

Los detenidos fueron trasladados en la noche del viernes hasta la isla conejera a bordo de la patrullera Cabaleiro fuertemente escoltados. Los cinco agentes y los dos vecinos, todos ellos esposados, fueron ubicados en distintos puntos de la embarcación con el fin de que no pudieran comunicarse entre ellos. En la mañana de ayer continuaron los interrogatorios a algunos de los apresados, que se encontraban distribuidos en diversos calabozos de la Guardia Civil por los municipios lanzaroteños, a cargo de los funcionarios de la Policía Judicial de Costa Teguise.

La operación antidroga fue puesta en marcha por el Instituto Armado desde hace meses ante la alarma social que se había generado entre los vecinos, ya que era vox populi las presuntas actividades delictivas de los agentes, entre los que se encuentra un antiguo miembro del Servicio Marítimo, que estaba de baja desde hace años tras el suicido de un compañero a bordo de una patrullera, y que hace dos años perdió la especialidad. Los investigadores mantienen que era el encargado de facilitar información a la banda sobre los movimientos de las patrulleras y las zonas de sombras de los radares para facilitar la entrada de las embarcaciones con la droga y que no fueran detectadas. En tierra, esos guardias civiles se encargaban de prestar el apoyo logístico e informar de los servicios de las patrullas por las zonas de desembarque para evitar que sus compañeros abortaran la operación.

Los vecinos arrestados, según fuentes próximas a la investigación, eran los responsables del traslado de los fardos de hachís desde las marcas , que son una boyas fondeadas en alta mar, donde el buque nodriza va distribuyendo la droga que se ata a la boya y queda hundida a media agua, para que posteriormente los miembros de la banda delictiva recogieran en zódiac o pequeñas embarcaciones. La mercancía era desembarcada posteriormente por el punto de la costa que los guardias civiles les habían indicado previamente.

Tras su llegada a tierra los fardos de hachís eran trasladados a viviendas y almacenes tanto de El Cotillo como de Puerto del Rosario. Durante los registros domiciliarios del pasado viernes se localizaron una treintena de fardos con un peso de casi un millar de kilos de hachís así como diversos objetos de valor, que los investigadores consideran que tiene su origen en la venta de la droga.

La operación antidroga llevada a cabo por la Unidad Central Operativa, el Departamento de Asuntos Internos y la Unidad Territorial de Canarias, que se venía realizando desde hace meses, continuaba ayer siendo la comidilla de los vecinos de El Cotillo, quienes vieron truncada la tranquilidad del pueblo el pasado jueves con la presencia de numerosos agentes de la Guardia Civil, de uniforme y paisano, así como de una caravana de vehículos policiales para proceder a la detención de cuatro de sus vecinos. Posteriormente, en la localidad de Corralejo se producía el apresamiento de los cinco agentes del Instituto Armado, entre ellos, un cabo.