Un grupo de ganaderos majoreros han denunciado la existencia de una red ilegal de venta de carne de cabra que actúa no solo en la Isla sino que extiende sus tentáculos a Lanzarote. Los continuos robos de ganado en corrales y en las zonas del mancomún, lugar donde pastan libremente cientos de cabras sin ningún tipo de control ni vigilancia, tienen como finalidad el sacrificio de los animales en mataderos clandestinos para su posterior venta a precios muy inferiores a los establecidos en el mercado.

No hay noche en que no desaparecen cabras u ovejas ante la impotencia de sus propietarios que no saben que hacer para hacer frente a la desaparición de sus animales. También critican la falta de vigilancia policial en las zonas rurales: "los ladrones lo saben y actúan con total tranquilidad porque tienen el camino libre", señala uno de los afectados, que evita identificarse por temor a represalias.

La carne tiene como destino bares y restaurantes que adquieren el producto robado a un precio que oscila entre uno y dos euros, cuando en el mercado el kilo se encuentra etiquetado entre 5 y 7 euros. "Los escasos controles sanitarios impiden detectar la procedencia de la mercancía", afirma con rotundidad un ganadero del municipio de Tuineje.

Las cabras y ovejas que son robadas se trasladan hasta una zona alejada y sin vecinos en el entorno donde se produce el sacrificio sin ningún tipo de control sanitario. La carne es distribuida posteriormente entre los clientes habituales en bolsas de plástico usadas.

La celebración de las fiestas populares en la isla y la proliferación de chiringuitos en las mismas es una de las metas de los matarifes, "donde suelen colocar el producto ya que una vez en el caldero no existe control sobre la procedencia de la carne. Lo tienen fácil ", apunto J. S. , un ganadero que ha sufrido en sus carnes los ataques de los ladrones.

La misma fuente afirma que la situación de crisis ha provocado que la gente compre carne sin conocer su procedencia. "Esta actividad ilegal ha existido siempre en Fuerteventura, aunque ahora con la situación de crisis se trata de justificar el robo alegando que es para comer. Qué poca vergüenza quienes justifican estos hechos".

Los ganaderos afectados han denunciado en infinidad de ocasiones estas situaciones sin que hasta el momento se hayan adoptados ningún tipo de medidas. "No hay manera de que nos hagan caso. Siempre son las mismas personas, actúan en los mismos coches todoterreno, aunque últimamente les tapan las matrículas. Controlan las zonas con los móviles y saben cuándo, cómo y por dónde actuar. Se han hecho los dueños del campo e incluso matan las reses en lugares clandestinos o tienen tan pocas luces, como ya ha ocurrido, que las suben a Internet", confiesa enrabietado P. P., otro de los cabreros al que han sustraído animales.

Lío en Jandía

Los ganaderos de Jandía, en el municipio de Pájara, han levantado la voz contra uno de sus propios compañeros. En la zona del barranco de Mal Nombre se construyó hace años un depósito de agua para las cabras de costa en colaboración con el Ayuntamiento de Pájara y el permiso de los propietarios de los terrenos. Sin embargo, "un exconstructor ha soltado en la zona ganado manso, muchas cabras y ovejas, que se han apoderado del aljibe y no dejan beber a nuestro ganado. Esto es intolerable y pedimos una solución", señaló uno de los afectados.