Hace unos meses un ganadero del Sur de la isla sufrió el robo de 40 ovejas. Ni siquiera se molestó en denunciar los hechos por temor a las represalias de los ladrones. A los pocos días, un agricultor de Lanzarote se pone en contacto con la Oficina de Extensión Agraria para informarse si en Fuerteventura hubo algún robo de animales. Tras la confirmación, informó que las ovejas se encontraban en un corral lanzaroteño. "Ni siquiera me preocupé en ir a confirmar si eran las mías, que seguro que eran por la señas que me dieron. Preferí perder los animales que tener más problemas y que me tengan dando vueltas de un lado para otro perdiendo días de mi trabajo. Tampoco denuncie porque el final siempre es más de lo mismo. A los ladrones no les hacen nada y encima se ríen de nosotros", señaló el ganadero afectado, que pidió el anonimato.

Los ganaderos sospechan que detrás de tanto robo de ganado "existe una red de venta ilegal de carne. Cuando se llevan las cabras las sacrifican en mataderos clandestinos y luego las venden en bares o en domicilios a un precio ridículo", señalaron. A.C.