El Cabildo insular ha diseñado un plan de actuación específico para la lucha contra el cambio climático con el propósito de convertir a la Isla en un referente en esta disciplina y en la recuperación de los hábitat de fauna y flora a través de diferentes planes de empleo que, además, posibilitan la incorporación al mercado laboral de personas desempleadas.

Mediante los citados planes, titulados Acondicionamiento y mejora agroecológica del paisaje y de la calidad del hábitat de las aves esteparias; Restauración del Litoral Majorero y gestión de residuos y Mejoras de los ecosistemas y de la imagen de Fuerteventura, se pretende proteger la alta tasa de endemismos que atesora la Reserva de la Biosfera de Fuerteventura motivada por el aislamiento geográfico y peculiaridades del clima, así como mejorar la imagen deteriorada del territorio majorero.

Las actuaciones sobre el hábitat de las aves esteparias se centran no solo en la mejora de los mismos, sino en facilitar alimentos a las colonias que lo habitan, como la avutarda, corredor sahariano, alcaraván o ganga, entre otras especies. Por ello, se pretende actuar en zonas como la Reserva de Lajares (La Oliva, la Cerca del Jarden ( Antigua) o en la regeneración vegetal en Cofete (Pájara).

Otra de las iniciativas están relacionadas con la mejora del entorno rural y los senderos. Este proyecto implica la contratación de 44 desempleados de diferentes categorías profesionales que recibirán formación específica y también tendrá acciones destinadas a concienciación del colectivo escolar. De esta forma “la corporación pretende continuar con su apuesta por incentivar el empleo en Fuerteventura al mismo tiempo que afronta algunos de los retos más importantes de la Isla y mejora la formación y la calificación de trabajadores para afrontar estos retos ahora y en el futuro”, señalan desde la institución.

El Plan de Empleo de lucha contra el cambio climático parte de la base de que en Fuerteventura el paisaje se caracteriza por la aridez y la escasez de lluvias y que debido a su situación geográfica, por sus características físicas, el carácter disperso del sistema territorial, por su diversidad climática y por su riqueza biológica, la Isla es un ecosistema muy vulnerable a los actuales y futuros impactos del cambio climático.

Esta situación tiene gran impacto en la sociedad majorera, motivo por el cual se hace imprescindible actuar de manera inmediata para revertir la situación y que las consecuencias no se dejen notar, en la medida de lo posible. Otra de las intervenciones es la creación de muros de mampostería en las vaguadas de los barrancos, es decir, de manera transversal al cauce de los mismos, con la finalidad de evitar la erosión descendente y que esta no se siga agravando la situación en las laderas con presencia de terreno rocoso que no permite la vegetación de sistemas radiculares grandes.

Los muros impiden que el agua caiga en sentido totalmente vertical y permiten que se retenga en la ladera de manera que de tiempo al terreno a absorber la mayor cantidad posible. El objetivo es retener la pérdida de suelo.