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Los especialistas analizan los restos óseos encontrados. |

Antropología | Excavación arqueológica en Betancuria

Una muerte rodeada de misterio

Los resultados de la excavación arqueológica en Los Caletones no determina la filiación étnica del cadáver | Una infección bucal es la posible causa del óbito

La excavación arqueológica realizada en la cueva de Los Caletones, en el municipio de Betancuria, arroja más sombras que luces. El esqueleto hallado en 2017 por unos jóvenes y los posteriores estudios no determinan ni la afiliación étnica ni siquiera la fecha de la muerte, que posiblemente se produjera en una época posterior a la conquista de la Isla, en el siglo XVI. Si el lugar donde fue hallado el cadáver no es una zona habitual de enterramiento, sino un espacio para el procesado del marisqueo, si no fueron encontrados fragmentos cerámicos ni líticos, si el espacio no fue usado como lugar de hábitat se plantea el misterio sobre el origen del esqueleto y las causas de cómo llegó a esa zona. Serán importantes las pruebas de ADN para determinar más datos concretos sobre este hallazgo.

Imagen del esqueleto encontrado en la cueva de Punta de Caletones, en el municipio de Betancuria. | | LP/DLP

El estudio realizado en la citada cueva concluye que se trata de un individuos adulto, aunque sin determinar si es morisco o europeo. El reciente estudio bioantropológico determina que es un hombre de 50 a 59 años de 1,75 metros de estatura, aunque según los biantropólogos «su filiación étnica es por el momento desconocida y será el estudio de su ADN el que arroje luz al respecto».

El Cabildo de Fuerteventura presentó los resultados de la excavación arqueológica promovida por la Consejería de Patrimonio Histórico en una cueva de Punta Caletones. El consejero del área, Rayco León, y la arqueóloga Rosa López, dieron a conocer los detalles de una investigación que «ha permitido determinar el uso de la cueva desde el siglo XII-XIII después de Cristo como espacio de procesado de marisco, así como lugar para un posterior enterramiento puntual». En el acto estuvo presente, además, el resto del equipo encargado de los trabajos, formado por los arqueólogos Tarek Suleimán, Derque Castellano y los bioantropólogos Samuel Cockerill y Elena Sánchez.

La investigación ha aportado restos de madera en buen estado de conservación, lo que ha podido precisar el comienzo del uso de la cueva en los siglos XII-XIII, concluyendo en un momento aún indeterminado. «No fueron encontrados fragmentos cerámicos ni líticos, por lo que se puede deducir que el espacio no fue usado como lugar de hábitat, sino como espacio de marisqueo, concretamente de mejillones, un uso que se sucede en el tiempo. Este uso se atribuye incluso a momentos posteriores a la conquista, ya que se hallaron restos de un objeto metálico no identificado».

El enterramiento, según los investigadores, parece ser un hecho puntual, ya que no se documenta en su interior ni en la boca de la cueva restos de más enterramientos, descartando por tanto su uso como cueva funeraria tanto en el periodo aborigen como en momentos posteriores a la conquista.

Sin embargo, el individuo documentado no presenta rasgos de violencia alguna. Por otra parte, el estudio dental muestra gran cantidad de infecciones bucales, que se trasladaron a las fosas nasales y de ahí al cráneo, pudiendo ser esta la causa de la muerte del individuo, según el estudio.

La arqueóloga resaltó que, «aunque es la única evidencia de posible muerte, no se pueden descartar otras que se hayan producido y que no hayan dejado ninguna marca en el esqueleto».

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